El Club Héroes de Honor es una iniciativa deportiva de 20 miembros de la fuerza pública que fueron víctimas de minas antipersonal o artefactos explosivos en el conflicto armado. El grupo, en el que se encuentran soldados regulares, soldados bachilleres, soldados profesionales, suboficiales y oficiales del Ejército Nacional de Colombia, entrena fútbol como una herramienta de rehabilitación, no solo de las discapacidades físicas sino también de las afectaciones psicosociales, que han venido trabajando como familia.
Conozca las historias de quienes integran el Club Héroes de Honor, haciendo clic sobre cada miembro.
Nelson Enrique Ramírez, presidente del club, asegura que la falta de implementación e información de la participación de los agentes estatales en la Ley de Víctimas o Ley 1448, hizo que él y sus compañeros se organizaran para defender los derechos humanos de los militares víctimas y así, el 1 de enero de 2016, fundaran el club. “Empezamos a trabajar sobre nosotros mismos, con nuestros pares, a entrenar, a rodar el balón y, sobre todo, a impactar a la comunidad y a los niños, niñas y adolescentes”, asegura Nelson.
Todos los participantes del equipo tienen una experiencia colectiva: han perdido la mitad de su pierna por debajo de la rodilla en un accidente por mina antipersonal. Y esto es un factor de unión, ya que, para Nelson, la rodilla da mayor estabilidad, equilibrio y control del balón, pero, más allá de todo, trabajar en equipo los ha fortalecido como familia. Estar en la cancha, articularse y compartir, les sirve para ejercitarse pero también para acompañarse y aconsejarse.
Practican el fútbol 3, un modo de juego que la Fundación del Barça les enseñó, un juego que consiste en tres tiempos. El primero, un encuentro de los dos equipos en donde se establecen normas de convivencia y de juego, por ejemplo, “se determina que si alguien dice una grosería es un penalti automático para el otro equipo, así de radical”, explica Nelson. El segundo tiempo es la práctica del deporte y el tercer tiempo es un momento de retroalimentación. “Aquí no gana el que haga más goles. Gana el que respeta las reglas, los acuerdos de convivencia y demuestra que dentro de la cancha los valores son de vital importancia”, añade Nelson.
Como parte de su misión, han hecho festivales en varias partes del país, como Bogotá, Cundinamarca, Antioquia, Boyacá, La Guajira y Caldas, en los que hacen diferentes ejercicios de fútbol 3 para que las comunidades, y en especial los niños y niñas, aprendan valores y habilidades para la vida. Para Nelson, este deporte promueve el compañerismo, el trabajo en equipo, la resiliencia y la superación. Además, toda esa experiencia con las comunidades ha hecho que los integrantes del Club Héroes de Honor no solo sean jugadores sino formadores y transformadores que generan impacto social. “Los integrantes del club encontraron en el Fútbol Adaptado una oportunidad de cambio integral de sus vidas y sus familias”, así fue como el club, en su página de Facebook, presentó el lanzamiento de su página web.
El club también ha capacitado a mujeres que han perdido algún familiar en el Ejército, incluyendo a sus mismas familias, en procesos de perdón individual y colectivo. En medio de los eventos de reconciliación, incluso han jugado partidos con exintegrantes de las FARC-EP. Para Nelson, ese fue uno de los pasos más importantes: “Ver que sí se puede reconocer al otro, sembrar una semilla. Yo creo que en la cancha cabemos todos, que es una oportunidad de fomentar y construir la paz y la reconciliación”.
El Club Héroes de Honor se financia hoy en día con recursos propios y a través de patrocinadores y siguen trabajando para replicar sus conocimientos y que, algún día, su deporte sea reconocido por las autoridades deportivas como un deporte paralímpico.
Los relatos aquí presentados han sido recopilados por la Comisión de la Verdad, con apoyo de Rutas del Conflicto, a través de Espacios de Escucha, una metodología propia para el diálogo social que busca amplificar la escucha hacia actores y sectores claves que pueden contribuir a la construcción de un relato social, plural y diverso sobre el conflicto armado, que pueda ser reconocido por la sociedad colombiana en su conjunto.
El pasado 26 de marzo, tuvo lugar el Espacio de Escucha con el club:
El profesor Hugo Acosta fue la piedra angular en el proceso de formación del Club Héroes de Honor. No solo mostró entusiasmo ante la propuesta de un grupo de víctimas de minas antipersonal de formar un equipo de fútbol, diseñando así los lineamientos de su fundación, sino que se entregó completamente a entrenarlo y aportar elementos de fortaleza y disciplina. “Al profe Hugo Antonio Acosta yo lo recuerdo como una persona bastante exigente, bastante estricto y una persona que sabía siempre hacia dónde dirigirnos. Era una persona muy conocedora de todo lo que hacía y siempre actuó en beneficio del club”, recuerda el jugador Juan Gamba.
Nelson Ramírez también lo recuerda desde sus años de adolescencia, cuando soñó con tener una carrera en el fútbol y se acercó al Parque Metropolitano Cayetano Cañizares en busca de un equipo que lo acogiera. Allí, Hugo Antonio García ejercía como el coordinador técnico del Club Polikennedy. Años después, cuando se reencontraron y el profesor se entusiasmó con la idea, quiso siempre que sus jugadores soñaran en grande, que aspiraran a cambiar el mundo, a viajar, a expandir su experiencia. Es uno de los legados más fuertes que les dejó a los jugadores y que se mantiene hasta la actualidad.
El profesor Acosta fue un trabajador incansable, como profesional del deporte enseñaba en varias universidades, entrenaba equipos juveniles de fútbol y ejercía labores de líder social. Tenía tiempo para todo, siempre estaba presente y enfocado. Su carisma era tal, que aun cuando criticaba los errores de sus jugadores, no se sentían heridos o humillados. “Cuando llamaba la atención, lo hacía no como un entrenador sino como un padre y lo retroalimentaba a uno de tal forma que uno no se iba golpeado, sino que uno quería superar esas barreras que teníamos (…) Cuando iniciamos el proceso, para nosotros era difícil caminar, mucho más correr y dominar un balón, entonces el profe trabajó esas habilidades físicas y técnicas, para que cada uno elevara esa formación”, recuerda Nelson.
Una vez al frente del entrenamiento del Club Héroes de Honor, el profesor Acosta se destacó por sus instrucciones precisas y la rigurosa exigencia hacia los jugadores, a quienes inspiró desde su propia experiencia. “Siempre recordaré al profe Hugo como un gran ser humano, le guardo un gran aprecio porque desde un principio creyó en nosotros, en la manera como nos guió y nos llevó a superarnos, de una manera muy especial”, dice Jhon Montero, también jugador del equipo.
Como director del equipo, el profesor supo sacar lo mejor de cada jugador en la cancha: “Con el profe Hugo fue con quien yo empecé a entrenar (…) Gracias a él aprendí muchas cosas. Me dio mucho ánimo para seguir en la portería y gracias a él, hoy en día soy quien soy en la portería. El profesor siempre fue una gran persona con todos… A veces se ponía bravo, pero lo normal, porque uno fallaba, entonces era para hacerse sentir y que uno le hiciera caso (…) Aún se le aprecia mucho, se le recuerda con mucho cariño y mucho aprecio”, comenta Daniel Reyes, arquero del equipo.
Su sabiduría, sin embargo, traspasaba las barreras de lo profesional y se orientaba hacia los hombres que entrenaba, era consciente de su situación y de sus experiencias vividas, pero siempre quiso sacar el máximo potencial de cada uno, sin olvidarse de lo que realmente los motivaba. “Él apostó por nosotros, nos dejó grandes enseñanzas. Nos impulsó a ser mejores, no solo como deportistas sino como personas, eso es algo inolvidable, porque no solo se preocupó por nuestra parte deportiva, sino también por la parte humana de nosotros, dejándonos grandes enseñanzas y lecciones de vida a través de sus procesos deportivos. Es un hombre que respeto y admiro y se le guarda en los recuerdos y en el pensamiento siempre porque le debemos mucho. Muchas de las grandes historias que tenemos en el club han sido de la mano de él, por eso siempre el respeto y la admiración hacia el profe Hugo”, recuerda Montero.
Con el profesor Acosta, el club obtuvo muchas victorias deportivas, además de las personales. Fieles a su ambición de dar a conocer esa experiencia, ganaron títulos como la Copa del Café en el año 2019. Fueron muchos los triunfos y los espacios conquistados. El profesor fue miembro del Club Héroes de Honor hasta el momento mismo de su muerte, el 20 de diciembre de 2019, poco después de cumplir 56 años. Dentro de los triunfos que consiguió a lo largo de su carrera, están: