Palabras de Francisco de Roux durante la visita del presidente electo Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez

Palabras del presidente de la Comisión de la Verdad, p. Francisco de Roux, con ocasión de la visita del presidente electo Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, en la sede de esta institución.

Señor presidente electo, Iván Duque
Señora vicepresidenta electa, Marta Lucía Ramírez.

Bienvenidos a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad histórica y humana, el reconocimiento de las víctimas y de responsabilidades, la convivencia en los territorios, y la construcción de un futuro que supere la violencia. Para nosotros, comisionados y secretario general, su presencia es un gesto de confianza que agradecemos inmensamente. Un gesto de comprensión de nuestra tarea. Y una invitación a construir juntos futuro, que acogemos desde nuestra responsabilidad como institucióń autónoma del Estado que tiene una obligación especial con las víctimas y con la paz.

Hemos sido establecidos para la TRANSICIÓN hacia el futuro que usted nos invita a construir juntos. Para nosotros es el futuro de la NO REPETICIÓN de la barbarie que nos llevó́ a 8 millones de víctimas. Construimos ese futuro a partir de la búsqueda de la verdad compleja, que escucha a las víctimas y a los distintos puntos de vista.

De nosotros se han dado todo tipo de interpretaciones. Y quiero decirle francamente que nosotros no somos parte de la oposición. Ni somos una Comisión contra el gobierno actual ni contra el que usted va a presidir, ni contra el Ejército, ni contra las Farc. Estamos en contra de la mentira, de los silencios, del miedo.

Muchos tienen miedo de la historia y más de la explicación de lo que nos ha ocurrido. Pero la explicación de la memoria no es el problema. El problema está́ en la manera como se haga esa explicación. Nosotros queremos hacerlo en la verdad, no para acrecentar entre los colombianos los odios, las rivalidades y las venganzas. Queremos hacerlo para llegar a una comprensión humana y real, magnánima y veraz, fuerte y compasiva de nosotros mismos. Una comprensión que lejos de profundizar nuestra crisis humanitaria que ha sido sobre todo honda con las mujeres, los niños, los indígenas, los afrocolombianos y los campesinos, nos ponga en el camino de construir juntos la vida digna que nos merecemos, desde la riqueza de nuestra diferencias.

Ustedes nos tienden hoy una mano de confianza. La tomamos, para construir juntos en la sinceridad, la transparencia y la franqueza.