Sobre los asesinatos de jóvenes en Colombia

Primero fue el grupo de muchachos afro de Llano Verde en Cali asesinados, al parecer, por no dejarse reclutar para el delito; dos de ellos, Luis Fernando Montaño y Jair Andrés Cortés, pertenecían a nuestra Red de Aliados Generación V+. El mismo día un explosivo hizo volar el CAI del barrio dejando una persona muerta y varios heridos. 

No podemos permitir que se señale como delincuentes a jóvenes negros, pobres y sin oportunidades. La sociedad colombiana está en deuda con ellos. Y en lugar de contribuir a su estigmatización y alimentarla incluso a través de los medios y las redes sociales, el país les debe una vida digna y el respeto a su identidad y sus derechos.

En el municipio nariñense de Leiva dos menores de edad que venían de hacer una tarea juntos fueron asesinados. Y el sábado al atardecer, hombres con fusiles y armas cortas dispararon contra un grupo de estudiantes que departían en una finca en las afueras de Samaniego (Nariño). Ocho jóvenes murieron.

La Comisión está trabajando de la mano de la juventud colombiana. Muchos jóvenes tienen miedo y rabia porque el estado no los protege de los que quieren imponer autoridad por las armas o reclutarlos a la fuerza. Nuestros jóvenes se niegan a que les maten el futuro.

La vida es sagrada y su protección debe ser prioridad para el gobierno y los estamentos de seguridad del Estado. Exigimos que se sepa la verdad sobre estos casos y se aplique a los responsables el peso de la ley.

Ojalá surja entre nosotros la indignación masiva y la sociedad se levante toda para no tolerar nunca más lo intolerable.

No perdemos la esperanza. Los jóvenes negros e indígenas, campesinos y populares, todos los jóvenes de todas las clases y grupos abrirán el camino. En ellos y ellas está la fuerza moral que nos llevará a un país distinto donde haya futuro y valga la pena soñar, amar y vivir.

Francisco de Roux – Presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la verdad, la Convivencia y la No Repetición