“La construcción de memoria y el perdón son procesos difíciles que como cantautora, puedo acompañar”: Andrea Echeverri

El jueves 12 de agosto a las 6:00 p.m., a través de Facebook.com/comisionverdadc, comisiondelaverdad.co y nuestro canal de YouTube, tendremos una nueva charla de ‘Nombrar lo innombrable: conversaciones sobre arte y verdad’, un espacio en el que los artistas colombianos hablan sobre cómo el arte ayuda a nombrar el conflicto de maneras particulares, convirtiéndose muchas veces en un testimonio y en un mecanismo de resistencia. En esta ocasión, la comisionada Lucía González hablará con la cantante y compositora Andrea Echeverri.

Andrea Echeverri estuvo rodeada de música desde su niñez. Ella y sus hermanos tomaron clases de guitarra desde temprana edad gracias a su madre Amparo Arias. Durante la universidad, cuando estudiaba Artes Plásticas, dejó la guitarra y se enfocó en la cerámica, un oficio al que aún hoy se dedica paralelamente a la música.

Sobre su paso por la Universidad de los Andes, la artista dice que fue una experiencia que le abrió los ojos para un conocimiento distinto de Bogotá, su ciudad. Empezó a recorrer el centro, y a raíz de ese nuevo conocimiento de su espacio, y de las clases de maestros como Umberto Giangrandi, Miguel Ángel Rojas, Nelly Rojas y Gloria Duncan, se planteó preguntas que contribuyeron a forjar su identidad: “Estar en Los Andes definió en gran medida la manera creativa con que abordo la vida”.

Luego conoció a Héctor Buitrago. Se enamoraron y fundaron juntos la banda “Delia y los Aminoácidos” (1990). Su relación sentimental duró dos años, pero su asociación como músicos trascendió y se plasmó, desde 1993, en Aterciopelados, cuyo nombre, según Echeverri, viene de una frase de Simone de Beauvoir: “La aterciopelada flor de la pasión”.

La banda se hizo conocida rápidamente, y a lo largo de su trayectoria ha sido la protagonista de hitos importantes en la historia de la música colombiana y latinoamericana. La banda ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales y hoy es, sin duda, el referente más importante en la historia del rock colombiano.

El primer álbum de la banda, Con el corazón en la mano, se publicó en 1993 e incluye éxitos como ‘Mujer gala’, ‘Sortilegio’ y ‘La cuchilla’. Luego llegó El Dorado (1995), con el que se hicieron conocidos en el mundo del rock de América Latina gracias a éxitos como ‘Bolero falaz’, ‘Florecita rockera’ y ‘La estaca’.

Luego vino el disco La pipa de la paz (1996) grabado en Londres, que contiene canciones como ‘Cosita seria’, ‘Baracunatana’ y ‘La culpable’. Este trabajo empezó a definir la identidad feminista de Andrea Echeverri, mientras alcanzaba una gran proyección internacional.

En 1998 Aterciopelados lanzó Caribe atómico, con el que dio un giro hacia una música más electrónica y obtuvo una nominación al Grammy Latino en la categoría Mejor álbum de rock alternativo latino. En él se destacan éxitos como ‘Maligno’ y ‘El estuche’.

En 2001 la banda ganó el premio Grammy latino con su quinto álbum, titulado Gozo poderoso, como Mejor álbum de rock de grupo o dúo, y además la nominación al premio como Mejor álbum de rock.

Después vinieron el disco compilado de sus éxitos, Evolución (2003), y tras un periodo de separación en que tanto Andrea Echeverri como Héctor Buitrago realizaron proyectos como solistas, se reagruparon y lanzaron el disco Oye, en donde aparece ‘Canción protesta’, que fue acogida como tema del aniversario número 60 de Amnistía Internacional. Además, obtuvieron el Grammy Latino como Mejor álbum de música alternativa.

En el año 2008 presentaron Río, un álbum de temática ambientalista. Andrea como solista publicó los discos Andrea Echeverri (2005), Dos (2010) y Ruiseñora (2012).

Luego de un receso, Aterciopelados regresó en el 2014 como invitados especiales al Festival Rock al Parque en Bogotá. En 2016 apareció el disco Reluciente, rechinante y aterciopelado. En 2018 Claroscura, que plasma intereses como los derechos de las mujeres y el medio ambiente

Ahora, en 2021, el grupo está lanzando Tropiplop, su nuevo trabajo discográfico, cargado de mensajes en defensa del arte, la mujer y el planeta, así como una crítica a la situación actual del país.

“Creo que el arte y la cultura tienen un papel importante –dice Echeverri en una entrevista–. Creo que cada uno desde su lugar debe buscar el equilibrio, la tolerancia. Creo en la paz y el amor, aunque a veces me contradiga, me pierda, creo en los demás. También pienso que la construcción de memoria, el acompañamiento a las víctimas, el perdón, son todos procesos muy profundos y difíciles, que desde mi lugar como cantautora puedo acompañar”.