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Comisión de la Verdad

“Antes de ser guerrilleras fuimos mujeres arrebatadas del seno de nuestras familias”

Este es el relato de una mujer que fue secuestrada a los 12 años por un grupo guerrillero, uno de los testimonios que se compartieron el pasado 26 de junio en el primer Encuentro por la Verdad ‘Mi cuerpo dice la verdad’.

TESTIMONIOS | Julio 03 de 2019

“Antes de ser guerrilleras fuimos mujeres arrebatadas del seno de nuestras familias”

“Mi nombre es Sara* y deseo compartir mi historia con ustedes. (*Nombre cambiado para proteger la identidad de la persona)

Creo que gran parte de lo que me pasó es responsabilidad de mi familia. Mi mamá prefería a mis hermanos mayores, por eso me fui donde mi media hermana a una finca, es ahí donde me secuestró el grupo armado.

Soy una mujer excombatiente. En mayo de1985, a los 12 años de edad, fui secuestrada por la guerrilla de las Farc, porque eso no se puede llamar reclutamiento.

Fui violada por miembros de esa guerrilla la misma noche de mi secuestro.

Las violaciones fueron repetitivas y me provocaron abortos muy dolorosos. Fui ultrajada por el hecho de ser mujer. Producto de una violación de esas tuve una hija, pero fue una hija que no quise ver, cuando la tuve la entregué. Dentro de las filas nunca sentí amor.

Después pude comunicarme con alguien de mi familia y entregársela a un hermano.  Ella sabe que yo existo, pero no nos comunicamos.

Me dañaron mi vida hasta el punto de no querer vivir.

Me dañaron mis sueños, como toda adolescente, soñaba que me celebraran mis 15 años. El día que los cumplí, estaba con un fusil en un combate.

No fue justo lo que me hicieron, tanto daño siendo una niña. Es un daño irreversible. Perdí mi familia y mi identidad, porque allá nos ponen otro nombre.

También puedo decir con mi testimonio que las Farc sí violaron a mujeres civiles. Fui violentada al tener que observar las aberraciones que hacían con ellas. He sido amenazada para que me quede callada. Pienso que es el momento de decir: ¡basta de mentiras! y que asuman su responsabilidad.

Estuve 22 años dentro del grupo armado porque no me podía salir, me amenazaban con que matarían a mi familia si lo hacía. Hasta que llegó el día en que tomé la decisión de volarme y entregarme al Ejército.

Pienso que el Estado tiene mucho de responsabilidad también. Después de salir, fui a la Defensoría del Pueblo a declarar como víctima de violación sexual dentro del grupo ¿Cuál fue la respuesta? Me dijeron: “¿Cómo es posible? Si usted fue guerrillera ¿Cómo viene a decir eso?”.

Me tocó afrontar esto sola por mucho tiempo refugiándome en el odio. He resistido por mis hijas y porque he encontrado personas en el camino que me han tendido la mano y han hecho poner mi frente en alto.

Deseo que por un momento el pueblo colombiano piense en el sufrimiento que padecimos algunas excombatientes, que antes de ser guerrilleras fuimos mujeres arrebatadas del seno de nuestras familias”.

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