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Comisión de la Verdad

La Comisión de la Verdad sigue funcionando y avanza en el análisis y procesamiento de testimonios e informes

En épocas del Covid-19, la Comisión de la Verdad concentra sus esfuerzos en el procesamiento y análisis de cerca de 7.000 testimonios y de unos 150 informes entregados por organizaciones sociales.

LA COMISIÓN | Abril 06 de 2020

La Comisión de la Verdad sigue funcionando y avanza en el análisis y procesamiento de testimonios e informes

Para la Comisión de la Verdad, entidad cuyo mandato termina en poco más de año y medio, los efectos del Covid-19 han mermado su trabajo de campo, pues los testimonios son recogidos de manera presencial hasta en las zonas más recónditas del país, esto incluye veredas y diferentes resguardos indígenas.

El comisionado de la verdad, Carlos Martín Beristaín explica que la Comisión se encuentra evaluando cuáles serían las prioridades de escucha cuando termine la emergencia, qué tipo de testimonios faltarían por recoger y cuáles de los ya tomados requieren de una mayor profundización. 

En este tiempo incierto, lo que estamos haciendo es preparar cuáles serían esas prioridades de escucha después de este proceso que ha hecho la Comisión en este primer año, pues ir a ver, en función del análisis de lo que tenemos, qué tipo de testimonios nos interesa más recoger, de qué tipo de casos y cómo los documentamos mejor y poder poner las bases de preparación de ese trabajo para cuando haya mejores condiciones para ello”.

La Comisión empezó su trabajo en casa desde el pasado 16 de marzo, desde entonces implementó una serie de medidas que permite a los documentadores continuar con su labor bajos estrictas medidas de seguridad.

“Estamos viendo si es posible tomar algunos testimonios que no tengan riesgo y con la voluntariedad de las víctimas o testigos, que podamos usar un medio más telemático el trabajo. Pero esto está en discusión hasta ver las condiciones de seguridad y ver también cómo evoluciona la pandemia”, precisa Beristaín.

Ya hay cerca de 2.400 testimonios transcritos. La mayor parte del total recogidos son de víctimas y de testigos directos de los hechos en diferentes territorios. Hay también un número significativo, pero menor, de testimonios de responsables. De la misma manera, de personas que tienen la doble condición, fueron un tiempo víctimas de violaciones de derechos humanos o del Derecho Internacional Humanitario y después tuvieron una participación directa en el conflicto.

A esos se suman los obtenidos durante los ejercicios de escucha pública como las contribuciones a la verdad -a los que han acudido dirigentes políticos, expresidentes-, los espacios de escucha, los actos de reconocimiento y los diálogos para la no repetición.

“Entre las víctimas tenemos de todo. Tenemos población campesina, afrodescendiente, indígena, miembros de organizaciones, defensores de derechos humanos, empresarios, jueces y miembros del aparato del Estado que fueron victimizados como consecuencia de su trabajo”, explica Beristain.

De igual manera, la Comisión cuenta con testimonios de comparecientes ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en especial de excombatientes de Farc, miembros del aparato del Estado, del Ejército y algunos civiles que se han presentado a la JEP para contribuir con su relato.

En el exterior se ha venido realizando un proceso arduo con el apoyo de nodos de trabajo encargados de la toma de entrevistas, tanto en Europa, Sudamérica, Norteamérica y Centroamérica.

“Sobre el caso del exilio hemos recogido 600 testimonios, nuestra meta era que pudiéramos recoger 1.000 testimonios y esta pandemia nos ha tomado un tiempo en que la gente estaba muy activa. Poner en marcha un proceso así en 23 países es muy difícil, pero ya estaba en marcha y el único país que nos falta es Brasil”.

 

Una fase menos visible

Ante la coyuntura, la Comisión ha pasado a otra fase, una menos visible del trabajo en la que se está sistematizando todo lo recogido y preparando los siguientes pasos, “pero no por ser invisible significa que no estemos avanzando en ese trabajo”, advierte el comisionado. El énfasis está puesto en la sistematización, el análisis y la producción de los insumos clave para el informe final.

Las actividades colectivas previstas tanto del área de esclarecimiento, entrevistas colectivas de casos, como de las actividades de Diálogo Social, que cuentan con la participación de un alto número de personas, no solo están suspendidas por ahora, sino que se prevé que deberán ser aplazadas indefinidamente. “Por lo tanto tenemos la previsión de que en los próximos meses todavía va a ser muy difícil poder realizarlas”, afirma el comisionado.

“Aprovechamos el tiempo ahora para avanzar, pero nos limita esa recogida de otra información que consideramos es muy relevante para el caso y probablemente eso va a retrasar el trabajo de la Comisión unos meses. Es decir, va a haber cosas que no vamos a poder ir haciendo y en la medida en que no podamos tener esa información, el trabajo, obviamente, se va a retrasar”, enfatiza Beristain.

No obstante, la Comisión ha articulado los sistemas informáticos para poder hacer un trabajo colectivo. “Estamos haciendo sesiones virtuales de acompañamiento psicosocial, de diálogos más amplios sobre este proceso de la Comisión que también sirva para ir procesando esta experiencia y no centrarse en el trabajo en condiciones de aislamiento”, comenta.

En cuanto al proceso que se venía llevando con las comunidades indígenas, se analizan posibles estrategias, toda vez que frente a la pandemia nadie tiene inmunidad. Las condiciones de vida en una comunidad, de contacto social, entre otras, hacen a esa y a otras poblaciones más vulnerables. Contextos de exclusión social, de marginación que viven muchas de estas comunidades también afectan.

Por ahora, la entidad mantiene el contacto con estas comunidades y está rediseñando los planes de trabajo a partir de los contactos virtuales con los líderes, que permiten ir identificando qué se puede y qué no se puede hacer. Obviamente, limitando el contacto para evitar que el propio trabajo de la Comisión sea un posible vehículo para esa transmisión.

Beristain concluye que “cuando se den las condiciones, sobre todo para muchos de los ejercicios con las comunidades indígenas que son mucho más colectivos que en otro tipo de testimonios que son a veces mucho más individuales, pues el nivel de afectación para este tipo de actividades es mayor y tenemos que repensar eso. Todavía no hay condiciones para tener un proyecto concreto de cómo retomar eso, hasta ver cómo evoluciona la epidemia un poquito más adelante, en las próximas semanas”.

 

El mensaje a las víctimas

La Comisión sigue funcionando, ese es el mensaje que envía la entidad. Sin embargo, le preocupa las condiciones de inseguridad en algunos territorios por el conflicto armado. “Hemos tenido noticias de asesinatos de líderes, la Comisión ha hecho un llamado a los actores armados a una tregua, a un pare de la violencia, que permita a la sociedad y a las comunidades enfrentar esta otra situación que se ha venido encima con la pandemia del Coronavirus”.

La entidad quiere transmitirles la tranquilidad de que está trabajando. “Hemos pasado a otra fase, una fase menos visible del trabajo en el que estamos sistematizando todo lo recogido y estamos preparando los siguientes pasos, pero no por ser invisible significa que no estemos avanzando en ese trabajo”, concluye Beristaín.

El mensaje también es que la Comisión va a seguir evaluando las condiciones para acceder a los territorios y realizando este trabajo de escucha que tan importante es para hacer un trabajo que sea significativo para el país.

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