“Este manifiesto nos compromete a cuidar el río Magdalena”

Este manifiesto, que se presentó el pasado 17 de junio, reúne las afectaciones y las resistencias de las comunidades en el río Magdalena en el marco del conflicto y es el resultado de la primera de tres etapas de los ‘Acuerdos por el agua’. Asimismo, invitan al país a respaldar el manifiesto como un compromiso por el cuidado del río Magdalena, como bien público e infraestructura para la paz.  

La presentación se realizó en un evento que completó cerca de cuatro horas y en el que participaron diversos sectores. El evento estuvo narrado con actos simbólicos acompañados por el grupo de danza ‘Yuma’ y de la muestra de artes plásticas ‘Hijos del río’, donde seis artistas de la región presentaron sus obras en homenaje al río Magdalena para visibilizar la relación del conflicto armado con el río y a las personas que generan su sustento del Magdalena. María Alexandra Palencia, de Puerto Wilches, Santander, presentó dos obras: “Ríos somos”, que retrata en fotografía con intervención, la fosa común en la que fue convertido el río Magdalena y “La vida vale la pena”, donde se puede ver que el río es una fuente de ingreso para los trabajadores informales de la arena que también fueron testigos de los cuerpos arrojados.

El río Magdalena representa para todos y para todas en este territorio un efecto de vida, pero en zonas como estas ha sido un espejo de oscuridad, por ello para continuar el legado de la verdad y para la búsqueda de los desaparecidos Águeda Plata Gómez, coordinadora de la Comisión de la Verdad en Magdalena Medio, entregó a Ana Teresa Rueda, quien coordina la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), un cántaro de agua envuelto en una atarraya de la que cuelga la esperanza de encontrar a las y los desaparecidos. Asimismo, Lucía González, comisionada de la verdad, pidió a la UBPD “hacer todo lo que esté en las manos de ustedes para que estas personas: hombres, mujeres, padres, madres, amigos; aparezcan”.

De otra parte, Rafael Castillo, director del programa de Desarrollo y Paz del Canal del Dique y miembro del grupo motor expresó que: “El Manifiesto habla de la recuperación de especies nativas, la educación ambiental y capacitación, reforestación, cultura y la reconciliación con el río desde la verdad de las víctimas, lo que abre un diálogo social de todos, porque la verdad sobre el río no se dice sino se hace, y ahora hay que hacerla”.

Por su parte, Martha Gualdrón, biologa e hidrobiologa: “El Manifiesto es el resultado de recoger las opiniones de siete reuniones bilaterales, diez con el grupo motor y tres multilaterales combinadas con organizaciones de pescadores, víctimas, empresas minero energéticas, universidades, organizaciones de derechos humanos, gestores culturales y excombatientes. El grupo motor fue recogiendo uno a uno el sentir de cómo había vivido el conflicto y cómo podía aportar a los acuerdos por el río grande de la Magdalena para recuperar confianza, disminuir las asperezas del uso del río desde diversos territorios y que sea vinculante para todos”.

Soñar con el río es algo que hace posible un diálogo como estos y un consenso como el Manifiesto de la Verdad del río Magdalena, como dice el pastor Manuel Domingo Gamboa: “Para que vuelva a ser ese espacio cultural y artístico enriquecedor, espacio de los buenos recuerdos, inspirador de las próximas canciones, que como el andén y el frente de nuestra casa sea un lugar agradable, espacio para los enamorados, darle un nuevo significado al río y resignificar aquello en lo que se convirtió en un momento dado. Que este rio nos siga dando vida, de sus riquezas y una libre movilización en su caudal siempre fluyente”.

La verdad del río Magdalena, ahora convertido en manifiesto público y abierto para continuar el diálogo reconoce la verdad histórica y permite mirar hacia adelante, en este momento histórico una reparación para la no repetición del conflicto armado que permita soñar y merecer una vida armónica con el río grande de la Magdalena.

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