“Que sea una verdad que nos permita construir una política para la vida”: Francia Márquez
La activista reflexiona sobre las verdades polifónicas como la posibilidad de tener un camino de esperanza hacia la paz y la reconciliación. Señala que la Comisión debe amplificar las voces que se han mantenido silenciadas.
En la quinta entrega de Hablemos de Verdad, Francia Márquez, líder social y activista ambiental, explica que la verdad esclarecida desde la pluralidad de voces, una verdad que explique las razones estructurales de la violencia racista, debe ser un punto de partida para la reconciliación.
Hablemos de Verdad es un espacio que amplía las conversaciones necesarias alrededor de la tarea de la Comisión de la Verdad. En este espacio, diferentes voces nacionales hablan sobre lo que espera el país del informe final, las verdades que se necesitan, los retos para construir un relato nacional sobre el conflicto armado y la verdad para otros futuros posibles. Si bien las personas entrevistadas contribuyen a un debate amplio y pluralista, sus respuestas no son reflejo de la posición de la Comisión de la Verdad.
¿Cómo evalúa los avances de la justicia transicional, especialmente con lo relacionado con el derecho de las víctimas a la verdad?
Francia Márquez: El derecho de las víctimas tiene que ser pensado en términos de reparaciones integrales y eso implica el acceso a la verdad, a que conozcamos todos los hechos que hemos vivido, a entender por qué se han dado esos hechos y cuáles han sido los intereses que han movilizado todas las violencias que las víctimas han tenido que afrontar en este país y, sobre todo, saber quiénes se han beneficiado de todo eso.
A partir de ahí podemos hablar de una reparación integral, de una verdad. En el caso de nosotros como pueblo negro, nos interesa entender las razones por las cuales hemos vivido de manera desproporcional una violencia que es sistemática, que es estructuralmente racista y que se ha puesto al servicio de una élite colombiana que se ha mantenido en el poder. Nos interesa que la verdad tenga este enfoque diferencial étnico. Las verdades se han contado en este país, la historia, desde un solo enfoque. Hoy necesitamos que las verdades reflejen lo que le ha pasado a la gente en este país, no de manera general, sino como comunidades afro o indígenas, o como mujeres, o, por ejemplo, que refleje las afectaciones territoriales a causa de una visión de desarrollo que se ha impuesto a muchas comunidades y que les ha impedido vivir en condiciones dignas.
¿Y para qué esas verdades?
Francia Márquez: La verdad no es para vengarse. La verdad es para pensarnos de ahí en adelante cómo seguir caminando como sociedad. Cómo sanar las heridas profundas que todavía siguen doliendo y que todos los días se profundizan. Que la verdad sea un punto de partida para reconciliarnos como sociedad colombiana.
En épocas de pandemia, en las que, además se ha incrementado las violencias contra las mujeres y líderes sociales, ¿cuál cree que es el gran reto de la Comisión?
Francia Márquez: Nosotras como mujeres negras del cauca acabamos de presentar un informe a la Comisión de la Verdad y esperamos que sea tenido en cuenta. Esperamos que las voces de las mujeres negras, además de las voces de todas las mujeres, sean escuchadas y amplificadas. Y ese es el reto de la Comisión, esa pluralidad de voces. Esperamos que esas voces que nunca han sido escuchadas en este país, porque ha habido muchos intereses alrededor de que no se escuchen, pues que suenen, que sean escuchadas por todas las colombianas y los colombianos. Y, en esta coyuntura actual, la Comisión también debe acompañar a las comunidades y visibilizar las situaciones actuales de violencia. Eso de “quédate en casa”, para muchas comunidades tristemente es quedarse viviendo en el terror. Creo que la Comisión también tiene la obligación de demandar del gobierno garantías reales en este recrudecimiento de la violencia.
¿Qué cree que debería ser el informe final y qué debe pasar tras su entrega?
Francia Márquez: Creo que deberá ser un compendio de verdades que duelen, pero que son necesarias para poder reconciliar este país, para seguir tejiendo un camino de esperanza que nos lleve a lograr la paz y para parar la violencia que se repite y se impone en muchos territorios. Esa verdad también tiene que ayudar que no haya impunidad y repetición. Ese informe debe permitirles a las comunidades vulnerables acceso a la justicia, de alguna manera.
A partir de ahí, el Estado tendrá la responsabilidad de reparar integralmente a las comunidades, porque la reparación ha sido pura arandela burocrática y no ha permitido en realidad el goce efectivo de los derechos. Es triste ver cómo comunidades que lo han dado todo para la paz, hoy siguen siendo revictimizadas, como pasa con Bojayá o en el norte de Cauca. Son comunidades que han sufrido desproporcionadamente el conflicto armado, y que hoy vuelven a vivir esas violencias. Y ahí la sociedad civil también tiene un rol muy importante: conocer la verdad que han vivido las víctimas tiene que sensibilizar una sociedad que a veces ni se imagina lo que significan las situaciones de violencia tan terribles que han vivido muchas comunidades y regiones alejadas de las urbes. Conocer estas historias debería hermanarnos. Eso espero del proceso, que además sea un proceso transparente y no sea una verdad acomodada a los intereses de la política de la muerte. Que sea una verdad que nos permita construir una política para la vida y que todo ese daño que hemos hecho se pueda transformar en acciones para un mejor vivir en este país.
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