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Comisión de la Verdad

“Tenemos que hacer películas que muestren el mecanismo de reproducción de la violencia”: Víctor Gaviria

El director de cine estará en ‘Nombrar lo innombrable’, un espacio en el que artistas colombianos hablan sobre cómo el arte ayuda a nombrar el conflicto de maneras particulares, convirtiéndose muchas veces en un testimonio y en un mecanismo de resistencia

CULTURA | Octubre 13 de 2020

“Tenemos que hacer películas que muestren el mecanismo de reproducción de la violencia”: Víctor Gaviria

El jueves 15 de octubre a las 6:00 p.m., a través de Facebook.com/comisionverdadc, comisiondelaverdad.co y YouTube, se realizará una nueva charla de ‘Nombrar lo innombrable: conversaciones sobre arte y verdad’, un espacio en el que los artistas colombianos hablan sobre cómo el arte ayuda a nombrar el conflicto de maneras particulares, convirtiéndose muchas veces en un testimonio y en un mecanismo de resistencia. En esta ocasión, la comisionada Lucía González hablará con el director de cine Víctor Gaviria.

Víctor Manuel Gaviria es director de cine, guionista, poeta, escritor, psicólogo y Doctor Honoris causa en Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Es uno de los cineastas colombianos más reconocidos internacionalmente. Sus cuatro largometrajes han ganado numerosos premios internacionales, y dos de ellos han formado parte de la selección oficial del Festival de Cannes.

En su obra, Gaviria retrata con actores naturales la realidad social de Colombia y, sobre todo, de su ciudad: Medellín. “Las películas tienen que mostrarnos las estructuras que subyacen. El cineasta tiene que hacer el esfuerzo de desprenderse de la anécdota porque nuestro país produce anécdotas escalofriantes y personajes que obviamente son muy sintomáticos, casi simbólicos. Son símbolos muy fuertes, pero el trabajo radica en empezar a mostrar más allá de esa temporalidad, porque es muy mentirosa. Lo que subyace tiene otra temporalidad, que es al mismo tiempo futuro y pasado”. En ese sentido, las películas de Gaviria han intentado mostrar que existe, en sus palabras, “todo un dispositivo del mal”.

Gaviria estudió psicología en la Universidad de Antioquia porque “quería palpar el alma de las palabras”. Ya desde entonces escribía poemas. En 1978 publicó ‘Con los que viajo sueño’, y ese mismo año ganó el Concurso Nacional de poesía Eduardo Cote Lamus con ‘Alguien en la ciudad también perplejo’.

A sus 25 años ganó el Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia con ‘La luna y la ducha fría’ (1979), y unos años después reunió parte de su poesía, más algunos ensayos y guiones, en el libro antológico ‘El pulso del cartógrafo’. Luego vendría ‘El rey de los espantos’ (1993) y otros libros de poesía combinados con guiones de películas.

En 1979, ganó el concurso de cine Súper 8 del Subterráneo y el Premio Búho de Colcultura con el cortometraje ‘Buscando tréboles’. Al año siguiente, ganó de nuevo el premio de cine de Colcutura con ‘La lupa del fin del mundo’.

Entre 1979 y 1985 realizó un corto o documental anual: Sueño sobre un mantel vacío (1981), El vagón rojo (1982), Los habitantes de la noche (1983), La vieja guardia (1984), Que pase el aserrador (1985), El tren de las niñas (1985), Los músicos (1986).

Pero es en 1986 que empieza a trabajar en sus obras cinematográficas más reconocidas. Con ‘Rodrigo D, No futuro’ (1990) Gaviria contó la historia de un joven de la violenta Medellín de finales de los años ochenta que busca suplir su vacío maternal y existencial queriendo convertirse en un baterista de punk, pero no tiene los medios necesarios para comprar su instrumento. La película recibió el premio Guion de Focine y fue invitado a la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes.

Entre 1996 y 1998 Gaviria hizo ‘La vendedora de rosas’, una adaptación del cuento infantil ‘La niña de los fósforos’, de Hans Christian Andersen, en el contexto violento, pobre, cruel y marginal de la Medellín de los años noventa. La película –una de las más premiadas del cine colombiano– participó en la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes y fue reconocida como mejor película en los festivales de cine de San Juan de Puerto Rico, Denver, Santa Cruz y Eslovaquia.

La siguiente película de Gaviria, ‘Sumas y restas’ (2001-2004), sobre los orígenes del narcotráfico en los años ochenta en Colombia, obtuvo el premio Garza de Oro a la mejor película y el premio a mejor actor del IX Festival de Cine Latino de Miami, entre otros muchos reconocimientos.

En 2009, Gaviria recibió la Medalla al Mérito Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia por el aporte que ha hecho a la cinematografía colombiana y latinoamericana, pues ya entonces se había convertido en un referente del cine contemporáneo de la región. Ese mismo año, fue homenajeado en el Festival de Cine de Guadalajara por su trayectoria.

En marzo de 2017, Gaviria estrenó su más reciente largometraje, ‘La mujer del animal’, basada en la historia real de una mujer antioqueña que por años fue víctima de los abusos de su cónyuge, conocido como “el animal”.

Sobre esa película, Gaviria dijo: “Como mis películas anteriores habían sido una suma de episodios, que construían un universo, cuando conocí la existencia del animal y su mujer, pensé que esa fuerza de odio que cubría el relato desde el comienzo hasta el final podría darle a esta película un material de unidad tan constante y eléctrico como nunca lo había experimentado; de comienzo a fin, un relámpago resentido que los actores naturales y su dramaturgia harían visible palpitando en los episodios de la vida cotidiana, como siempre lo hacen. Más allá de la psicología, el cuerpo del mal aparece como la imagen de una vida cotidiana distorsionada por movimientos espeluznados e iracundos. Estos son los movimientos del mal radical. No hacen parte de la psicología sino del mito, y son las huellas que deja el mal en los escenarios de la vida cotidiana. Son las huellas de su ominosa presencia. Esta película pretende mostrarlas”.

Actualmente Gaviria estaría trabajando en tres proyectos diferentes: ‘La muchacha del ascensor’, que trata sobre la historia real de un asesinato ocurrido en 1968 en Medellín; ‘La historia de Jacinto Cruz Usma’, más conocido como Sangrenegra, un bandolero que vivió durante la época de La Violencia en Colombia, en la década de 1960, que se hizo famoso por beber la sangre de sus víctimas; y ‘Latinos’, una película inspirada en historias reales de inmigrantes colombianos y latinoamericanos en España.

La editorial Planeta acaba de hacer público que está reeditando la obra literaria de Gaviria, bajo el sello Seix Barral, con la reciente publicación de ‘El pelaíto que no duró nada’.

En este espacio, Gaviria dialogará con la comisionada Lucía González, quien ha resaltado el valor de las expresiones artísticas y su papel fundamental en la resistencia frente a la violencia que ha vivido Colombia: “Estamos destacando la vida de personas que han decidido oponerse a la guerra. Que se la han jugado por la paz. Queremos que el país entienda que no solo ha habido guerra, sino que ha habido gente construyendo la esperanza día a día y el arte ha sido fundamental en esta resistencia”.

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