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Comisión de la Verdad

La Comisión de la Verdad escucha a las mujeres negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras

Este encuentro se realizó como parte del proceso de escucha que realiza la Comisión y en el marco de la conmemoración del día de las mujeres afrolatinas y afrocaribeñas, y de la diáspora africana.

ENCUENTRO | Agosto 26 de 2020

La Comisión de la Verdad escucha a las mujeres negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras

“Lograr que en el informe final estén las voces de las mujeres, las cuales fueron construidas con las voces de las mujeres negras. Todo el pueblo negro está diciendo: “es con nosotros”, “con nosotras se tiene que construir”, “que no vengan otros a contarnos”, “cómo se construye desde la perspectiva nuestras, desde nuestra cosmovisión, desde nuestras realidades”. Este es un mensaje que nos dan las mujeres que hoy han estado aquí y han aportado ese conocimiento construido constantemente con las otras, para las otras y por las otras mujeres negras. Gracias por estar aquí y permitirnos entender la magnitud de lo que es ser una mujer negra”. Estas fueron las palabras de la comisionada Ángela Salazar durante el espacio de escucha a las mujeres afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras, el cual se realizó el pasado 23 de julio. Este evento es, quizás, uno de los principales compromisos asumidos por la Comisión de la Verdad, que ahora se convierte en uno de los principales legados que deja la comisionada María Ángela Salazar.

Este encuentro virtual se realizó como parte del proceso de escucha que realiza la Comisión y en el marco de la conmemoración del día de las mujeres afrolatinas y afrocaribeñas, y de la diáspora africana. El evento se trató de un espacio institucional destinado a escuchar reflexiones, relatos y verdades de distintos sectores de la sociedad sobre lo que les ocurrió en el marco del conflicto armado. Fue una oportunidad para activar conversaciones y facilitar aportes sustanciales al trabajo que adelanta la Comisión. El encuentro tuvo lugar en un recinto privado en el que las mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras reflexionaron de forma cercana con las comisionadas y los comisionados, la Dirección de Pueblos Étnicos y el Grupo de Trabajo de Género sobre aspectos que, desde sus experiencias de vida e investigativas, consideraron relevantes sobre las dinámicas del conflicto en sus territorios y en sus cuerpos, y también sobre sus resistencias y afrontamientos.

 

Sus voces

Las mujeres que participaron en este diálogo eran de diferentes territorios como norte del Cauca, costa caucana, Buenaventura, San Andrés y Providencia, Bogotá y Chocó. Ellas pidieron que el evento fuera cerrado y que sus declaraciones se comunicaran de forma anónima por temas de seguridad. De esta manera, pudieron compartir sus experiencias, preocupaciones, preguntas y conceptualizaciones; además, realizaron recomendaciones para la no repetición del conflicto y manifestaron su apoyo al trabajo que viene realizando la Comisión dentro de la arquitectura institucional del Sistema Integral para la Construcción de la Paz en Colombia. Ellas hablaron sobre hechos victimizantes e impactos derivados de las violencias sexuales, las afectaciones psicosociales y emocionales, la esclavización doméstica, el continum histórico de las violencias patriarcales y racistas, el reclutamiento de sus descendientes, los daños patrimoniales referentes a lo individual y al sujeto colectivo negro, la marcada exposición a las trampas de la pobreza, que exacerba el conflicto en sí mismo, y la relación de este último con la discriminación racial o el racismo. Además, las mujeres profundizaron en las dinámicas de los desplazamientos forzados múltiples y de despojo territorial muchas veces relacionados con el “desarrollo” externo que llegó a sus territorios.

“El desplazamiento ha generado fuertes impactos, tanto individuales, como colectivos, lo que ha debilitado el tejido social, amenazado la vida y el cuidado del territorio y generado un quiebre en la transmisión de los saberes ancestrales de las comunidades y las actividades de desarrollo propias, como la pesca, los cultivos, la minería artesanal, la finca, etc.”, señalaron las mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras.

Esta situación también las ha llevado a habitar la periferia de las grandes ciudades donde deben vivir en condiciones indignas. En muchas ocasiones son contratadas como trabajadoras domésticas y así se enfrentan al racismo y al machismo, y sus hijos e hijas se ven expuestos a la drogadicción, el vandalismo y la criminalización solo por el hecho de ser jóvenes negros empobrecidos. A pesar de ello, ellas resaltaron su resistencia frente al desplazamiento: “Con nosotros se viene un pedacito de territorio, a donde llegamos sembramos el territorio, ahí sembramos esa cultura nuestra de las comunidades negras y compartimos con la comunidad”.

Algunas de estas mujeres pertenecen a distintas organizaciones que han presentado previamente informes a la Comisión. Ellas hicieron varias preguntas clave sobre su participación en el encuentro, como se evidencia a continuación: ¿cómo serán leídos sus informes?, ¿cómo quedarán insertas sus realidades y problemáticas en el informe final?, ¿de qué manera la relación entre racismo y conflicto armado será parte de ese análisis de la Comisión de la Verdad?, ¿cómo se van a abordar esas afectaciones que usualmente no son consideradas como impactos del conflicto, pero que claramente son parte de sus efectos? Otras preguntas cruciales fueron: ¿Cómo van a ser integradas al informe final sus recomendaciones para la no repetición? y ¿cómo van a quedar en el informe las formas propias de nombrar algunas afectaciones de la guerra?

Las mujeres negras, afrodescendientes que participaron en este espacio también expresaron su preocupación frente a la persistencia y, en algunos casos, el recrudecimiento de la violencia en sus territorios y la necesidad de implementar medidas inmediatas de no repetición. Además, su deseo por recuperar la tranquilidad en su región.

Por otro lado, la Comisión recibió, en este espacio, varias recomendaciones conceptuales y políticas para el esclarecimiento de las violencias vividas por las mujeres negras en el marco del conflicto armado. “Cuando hablamos de la comunidad negra, de los mundos negros, tenemos que remitirnos a un debate de larga duración”, dijeron las mujeres. También, se plantearon otros interrogantes: ¿Cómo entiende la Comisión de la Verdad el racismo y cómo está esclareciendo los factores que esta estructura de poder le aporta al conflicto armado?, ¿qué diferencia hay entre el racismo cotidiano y la forma en que la guerra retoma elementos del racismo?, ¿cómo abordar el racismo sistemático en el marco del conflicto armado?

Asimismo, las mujeres participantes enfatizaron en la existencia de relaciones de dominación en el racismo antinegro, lo cual genera un proceso de jerarquización y clasificación que termina fortaleciendo a las clases sociales y los estereotipos. Además, señalaron con vehemencia que el racismo no está solo en lo cotidiano, sino también en la configuración de estados raciales, las dinámicas económicas y el conflicto armado que fragmenta las prácticas culturales comunitarias. Un ejemplo de esto es la manera en la que el conflicto ha afectado a la “ombligada”, la cual es una práctica ancestral en la que se entierra el cordón umbilical del recién nacido en la tierra para conectarlo con el territorio, y que por medio de la minería criminal se sacan los ombligos del suelo con ayuda de las retroexcavadoras, lo que afecta las dimensiones que pueden ser entendidas como simbólicas. Por todo esto, las mujeres solicitaron: “que estas afectaciones diferenciales y desproporcionadas del conflicto armado puedan quedar reflejadas e insertadas como una polifonía de voces en el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad”.

De igual forma, ellas expresaron que su expectativa es que el informe represente a las mujeres negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras como sujetos sociales dignos, que han sufrido victimizaciones, pero que también han construido, aportado, resistido y afrontado el conflicto.

 

Voces de los y las comisionadas

En este espacio, el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux, les agradeció a las mujeres negras de la siguiente manera: “Queridas compañeras, mujeres negras del Pacífico y raizales de las islas, gracias por la confianza que ustedes depositan en la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad cuando acogen nuestra voluntad de escucharlas, de conocer y de aprender de ustedes en esta lucha tan profunda. Necesitamos profundamente de ustedes, de su coraje y de su autoridad moral”.

En el encuentro también estuvieron los comisionados Carlos Martín Beristain y Alejandro Castillejo, así como las comisionadas Patricia Tobón y Alejandra Miller. “Gracias por permitirnos escuchar estas reflexiones bien diferentes, bien auténticas, bien interesantes”, expresó Carlos Beristain. Mientras que Alejandro Castillejo comentó: “Tenemos una deuda de orden histórico con las comunidades étnicas, con las comunidades negras, con las mujeres negras. La Comisión en este sentido tratará de abordar esa misión de la mejor forma posible, dar la cara ante de esa deuda histórica”.

Asimismo, Patricia Tobón expresó que el pueblo negro y las mujeres negras han aportado en la construcción, los aprendizajes y los debates, llevando a que el asunto del racismo sea fundamental en la revisión de una mirada de larga duración del conflicto, mientras que Alejandra Miller señaló que se debe “investigar cómo el conflicto armado exacerba el racismo, el cual ha existido como el patriarcado, y es una responsabilidad y un compromiso ético y político que la Comisión ya ha asumido, el reto es que salga bien la tarea, pero la decisión política ya está tomada”.

 

Respaldo de las mujeres negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras a la Comisión de la Verdad

Por su parte, este variado grupo de mujeres expresó su esperanza y apoyo a la Comisión:

- “El Acuerdo de Paz ha generado grandes expectativas y esperanzas, especialmente el punto quinto, el de víctimas. El Sistema Integral es para nosotros una gran esperanza, ya que la justicia ordinaria, frente a tantas violaciones de derechos humanos y tantas denuncias que hemos hecho, no ha servido; hay impunidad, falta de avances en las investigaciones y mucho más en los procesos de judicialización. En esa medida, el Sistema Integral genera muchas esperanzas y expectativas para nuestros pueblos y, especialmente, para las mujeres afectadas en todo esta violencia económica, política y armada”.

- “Agradezco y respaldo a la Comisión de la Verdad porque es nuestra esperanza, de las mujeres, de los jóvenes y de la niñez, para esclarecer la verdad de nuestros problemas, del desplazamiento, de las violaciones, de todo lo que hemos pasado”.

- “Estamos aquí para lo que necesiten. También ponemos a disposición el trabajo realizado y el acompañamiento. Para nosotras tiene mucha importancia que lo que hemos construido con tanto esfuerzo y de manera autónoma sea tenido en cuenta realmente y lo podamos ver evidenciado en el informe final”.

- “Hay una diferencia entre incluir y hacer parte. Una cosa es incluir cuando las cosas ya están hechas y nos llaman para que les demos el visto bueno, y otra cosa es ser parte de su origen, considerarse importante en la participación y en la construcción. La Comisión nos ha permitido participar”.

La Comisión sigue comprometida con el esclarecimiento de lo que en el conflicto armado le ha ocurrido a las mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras, y reconoce, además, que el conflicto ha sido solo un momento de violencias racistas y patriarcales vividas durante siglos.

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