La Comisión inició preencuentros camino al Diálogo para la No Repetición en Catatumbo
Todos los jueves, desde el pasado 30 de julio, en salas virtuales cerradas, se realizarán estos encuentros previos al diálogo regional público que se transmitirá el próximo 30 de septiembre en los canales virtuales de la Comisión.
Como parte del proceso del Diálogo para la No Continuidad y la No Repetición en Catatumbo, que inició el jueves pasado y concluirá el próximo 30 de septiembre con un Diálogo Regional público, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición realizará una serie de espacios de profundización con diferentes sectores y actores del territorio en los que se analizarán los factores y condiciones que han facilitado o contribuido a la persistencia del conflicto armado en la región.
Los participantes, todos de Norte de Santander, dialogaron guiados por la pregunta: ¿Por qué persiste la violencia contra los líderes y lideresas sociales en Catatumbo? Y frente a esta situación, ¿qué podemos hacer juntos para transformar o mitigar esta situación?
En el primer encuentro participaron, de manera virtual, líderes campesinos; y en los siguientes dialogarán representantes de instituciones, fuerza pública, miembros del sector productivo, pueblos indígenas, organizaciones sociales, juntas de acción comunal, jóvenes, excombatientes, partidos políticos, artistas y medios de comunicación, entre otros.
¿Por qué el Catatumbo?
Las regiones en las que se están realizando los Diálogos para la No Continuidad se caracterizan por la persistencia y recrudecimiento de la violencia, expresada en: ataques a integrantes de organizaciones sociales y autoridades étnicas, la presencia y actuación de actores armados y el funcionamiento de economías ilícitas, principalmente del narcotráfico; además de que parece que la vía armada continúa siendo la que prima para solucionar los conflictos sociales.
A través de este proceso que viene adelantando, la Comisión de la Verdad en Norte de Santander se busca seguir profundizando en la comprensión y recoger la visión de diversos actores sobre los factores y condiciones que han permitido la persistencia de los riesgos a los que están expuestos los líderes y lideresas sociales, las economías ilegales e ilegalizadas, la presencia de actores armados ilegales, el rol de la fuerza pública y las instituciones del Estado, las empresas extractivistas, los líderes y partidos políticos, entre otros. Así mismo, se busca recoger la visión de diversos sectores y reflexionar sobre sus roles en el contexto.
¿Qué pasa en Catatumbo?
La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas reportó cerca de 341.412 personas víctimas del conflicto armado. En los municipios de El Tarra y Convención se registran 26.074 y 24.061 desplazamientos y 1.267 homicidios y 1.223, respectivamente.
El conflicto se intensificó desde marzo de 2018, pues la región se convirtió en epicentro de una confrontación armada entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un grupo residual del Ejército Popular de Liberación (EPL) conocidos como ‘Los Pelusos’, que se enfrentan especialmente por el control de cultivos ilícitos y las rentas derivadas del contrabando. Pero no son los únicos grupos armados ni actores en la zona.
Desde la firma del Acuerdo de La Habana han asesinado a doce desmovilizados de las FARC, hubo siete masacres, doce secuestros y 169 homicidios de personas protegidas, según el ELC Norte. Entre 2017 y 2020 se han presentado 92 ataques contra líderes sociales; Tibú con 32 ataques, Teorama con 14 y Ocaña con 13 son los municipios más afectados.
Este año, entre el 27 de marzo y 26 de junio, en Norte de Santander más de 45.000 personas fueron sometidas a confinamiento forzado, el 70% de ellas en Catatumbo. Además, 22 personas han sido víctimas de minas antipersonal (trece de fuerza pública y nueve civiles), según el Alto Comisionado de la ONU.
Norte de Santander es el departamento con mayor incremento en áreas sembradas de coca (24%), según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito. Sin embargo, la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito ha derivado en un aumento de la tensión entre campesinos y fuerza pública, pues campesinos de la región han denunciado abusos por parte de integrantes del Ejército que adelantan estas acciones.
Sumado a todo lo anterior, en varios municipios de la región se percibe un alto riesgo de trata y explotación sexual por parte de los Grupos Armados Organizados (GAO), y la vinculación de población venezolana al conflicto, empujados por las condiciones vulnerables de la migración.
El conflicto armado también está en el área metropolitana de Cúcuta
La confrontación entre el ELN y el EPL se ha venido trasladando a Cúcuta y su Área Metropolitana. Desde 2019 la Defensoría del Pueblo ha activado alertas tempranas en Puerto Santander y la zona rural de Cúcuta debido al control territorial y las alianzas entre el EPL y Los Rastrojos para no agredirse, distribuir rentas ilegales y facilitar la movilidad de este último grupo hacia Tibú, lo que posibilitaría su llegada al Catatumbo.
Según el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco), en lo corrido de este año hasta el 17 de julio se registraron 115 muertes violentas, pero se prevé un aumento, pues en mayo de 2020 se presentó un incremento del 61% de los homicidios respecto a mayo de 2019.
El 18 de julio, Los Rastrojos torturaron y asesinaron (masacre) a ocho personas en la vereda Totumito-Carbonera, entre los municipios de Tibú y Cúcuta, esto generó el desplazamiento masivo de 840 personas, entre ellos 211 menores.
¿Qué son los Diálogos por la No Continuidad y la No Repetición del conflicto?
Son una de las apuestas de diálogo social de la Comisión de la Verdad. Son procesos de escala nacional que se desarrollan en cuatro territorios priorizados: Catatumbo, Cauca, Bajo Cauca antioqueño y Bajo Atrato. Esta metodología busca profundizar sobre los factores y condiciones que facilitan o contribuyen a la persistencia del conflicto armado, e identificar casos, a la luz de problemas actuales, que permitan entender por qué estos factores se han reactivado o potenciado en algunas regiones.
La Comisión tiene cuatro objetivos: el Esclarecimiento, el Reconocimiento, la Convivencia y la No Repetición. Todas las iniciativas para la No Repetición buscan contribuir a sentar las bases para que no se repita el conflicto armado, sus causas y sus graves violaciones a los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH).
En 2019 los Diálogos para la No Repetición liderados por la Comisión se concentraron en uno de los patrones intolerables del conflicto armado y una de sus expresiones de continuidad: el ataque sistemático a hombres y mujeres líderes sociales y defensores de derechos humanos. El año pasado estos espacios plurales de diálogo y participación llegaron a Bogotá, Arauca, Montería, Barrancabermeja y Quibdó.
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