La verdad y el territorio contados por niños, niñas y adolescentes en Cúcuta

A veces, las manos se levantaban rápidamente para pedir la palabra y las voces se sobreponían unas a otras cuando se les preguntaba a los niños, niñas y adolescentes por qué es importante la verdad y cómo contar la verdad: “Al saber la verdad podrían haber buscado una solución”, “la amenaza o el miedo hace que las personas decidan callar o contar”; eso respondieron algunos de los participantes de las ‘Travesías por la verdad’ en Cúcuta.

“Y luego los papás dicen que los hijos son muy mentirosos, ¿y de quién aprenden?”, sentenció otro de los niños como una manera de explicar que es importante cuestionarse y que cada persona debe hacerse responsable de lo que estamos construyendo.

“Como dice la Casa de la Verdad, no podemos ocultarles nada a nuestros jóvenes, a nuestros nietos, a nuestros niños, porque siempre Colombia ha sufrido ese conflicto. Mi nieto me preguntaba si eso que está escrito allá en la pared, ¿eso sí sucedió? Y yo no le podía negar que eso sucedió, ahí están los lugares, en Juan Frío, nosotros lo vivimos, mal haríamos con ponernos a negar. ¡Qué bueno es encontrarnos hoy este grupo de colombianos diciéndole la verdad a nuestros hijos y diciéndonos la verdad a nosotros mismos!”, expresa Hernando Velazco, abuelo de uno de los niños participante de la travesía.

“Qué importante es conversar sobre el porqué del conflicto y a partir de esa reflexión, de preguntarnos ese por qué, qué es lo que está pasando para poder soñar con algo que no sea la violencia. Tenemos una tarea titánica, que esas situaciones de conflicto y de violencia repetitiva no vuelvan a ocurrir en ningún espacio o en ningún contexto donde puedan estar los niños y los jóvenes”, explica Jorge Ramírez, profesor de la Institución Educativa Julio Pérez Ferrero.

¿Qué son las ‘Travesías por la verdad’?

Las ‘Travesías por la verdad’ “son un proyecto que ha venido recorriendo diferentes regiones del país, iniciamos en La Palma, Cundinamarca, fuimos a San Rafael, Antioquia, estuvimos en Belén de los Andaquíes, Caquetá, llegamos a Aguachica ,César, y finalizamos aquí en Cúcuta, Norte de Santander; a través de la cual durante una semana conversamos, dialogamos, trabajamos con los niños, niñas y jóvenes en temas relacionados con la verdad y la no repetición”, explica  Sinthya Rubio, coordinadora del Enfoque de Curso de Vida y Discapacidad de la Comisión de la Verdad.

La pintura está en todos lados, igual que el brillo de las lentejuelas, las piedras de colores fluorescentes; carcajadas y gritos se mezclan con las voces que conversan; unos cantan, otros hablan, más de uno corre y otros tanto observan y escuchan. Esa es la escena previa al conversatorio de cierre de las ‘Travesías por la verdad’ que se desarrollan como un proyecto articulado entre la Comisión de la Verdad, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través del programa de Reintegración y Prevención del Reclutamiento (RPR), y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).

Además de la Casa de la Verdad de Cúcuta, la biblioteca Julio Pérez Ferrero y el barrio Colombia 1 albergaron a los niños, niñas y adolescentes que reflexionaron y construyeron sus propios relatos sobre la verdad y el conflicto armado de la ciudad, sus colegios, barrios y alrededores. “Aprendí cosas de mi barrio que no había conocido, sobre el conflicto armado que vivían las personas, también viví demasiadas cosas lindas y hermosas”, cuenta Lina Marcela, de 14 años y habitante del barrio Colombia 1, que fue construido como invasión de personas desplazadas por la violencia y años después fue una de las zonas que debió soportar la violencia de grupos armados.

Finalmente, como recomendación para hablar sobre la verdad, los participantes manifestaron: “Antes de decir la verdad hay que meterle como parla, mire que eso es normal, mire que usted también lo cometió”. Asimismo, concluyeron que: “No somos seres superiores para juzgar a las demás personas”.