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Comisión de la Verdad

Las reflexiones que dejó el Diálogo para la no continuidad en el Catatumbo

Este fue el escenario para aproximarse a las conclusiones sobre la persistencia de la violencia y para plantear sugerencias que permitan cambiar estas dinámicas.

DIÁLOGOS | Octubre 16 de 2020

Las reflexiones que dejó el Diálogo para la no continuidad en el Catatumbo

Durante dos meses y medio, la Comisión de la Verdad se adentró en una escucha profunda sobre el Catatumbo, en el nororiente colombiano. El diálogo fue con las comunidades, la institucionalidad, organizaciones humanitarias, la fuerza pública, excombatientes y otros actores del territorio, y consideró acerca de las razones por las cuales el conflicto armado persiste en esta zona.

Se llevaron a cabo al menos diez encuentros de profundización, fueron cerca de 30 horas repartidas en diferentes espacios en los que participaron más de 248 personas. A raíz de la pandemia por la COVID-19, las conversaciones fueron organizadas de manera virtual.

El pasado 15 de octubre, todo este proceso que se venía desarrollando desencadenó en el Diálogo para la no continuidad y la no repetición del conflicto armado en el Catatumbo, que tuvo lugar en Cúcuta, y fue el escenario para aproximarse a las conclusiones sobre la persistencia de la violencia y para plantear sugerencias que permitan cambiar estas dinámicas.

 

Conclusiones sobre el porqué de la persistencia de la violencia

Alba Luz Trigos, lideresa social, manifestó que en el Catatumbo falta inversión social y la tarea para que el desarrollo económico de la región sea efectivo no avanza. Agregó que no se puede decir que el narcotráfico, aunque ha sido un motor del conflicto, sea el único problema, sino que hay fallas estructurales que vienen de tiempo atrás.

En opinión de Mauricio Vargas, gerente de Palnorte y representante del sector comercial en el diálogo, es necesario buscar la sostenibilidad económica para que los campesinos puedan sembrar su tierra con tranquilidad sin que, por falta de infraestructura, tengan que recurrir a cultivos ilícitos porque sacar sus productos del campo les sale más costoso, y que por ende sea más barato importar de lugares que están a miles de kilómetros.

La voz de los jóvenes la llevó Santiago Ramírez, miembro del colectivo Amigos, Amigas, Memoria y Verdad, quien aseguró que la juventud ha sido usada como “arma para la violencia” en su propio territorio. Sin embargo, señaló que los jóvenes cuentan con una rebeldía que les permite hablar y los blinda contra el olvido.

Otra arista del proceso de no continuidad y no repetición la aportan los excombatientes. Catherine Avella, firmante del acuerdo de paz con las FARC-EP, insistió en la gran responsabilidad que tiene el Estado en la persistencia del conflicto. El abandono del Gobierno nacional, según ella, ocasiona que muchos líderes que desean participar activamente sean desaparecidos, asesinados, y eso fortalece a las organizaciones armadas ilegales.

Monseñor Ómar Sánchez, quien hasta este diálogo ofició como obispo de la Diócesis de Tibú, alertó sobre los incumplimientos reiterados de los gobiernos, porque estos desencantan a la gente, hacen que los pobladores se aferren a los que tienen, y esto genera condiciones para la persistencia de problemas como los cultivos de coca. Si el Estado se mueve con inteligencia, observó, se logrará que los grupos armados den un respiro y así entablar un diálogo sin miedos y proyector un mejor futuro para el Catatumbo.

El primer paso para evitar la continuidad de la violencia es la inversión social, apuntó Juan Felipe Corzo, secretario de gobierno de Norte de Santander, y agregó que eso no significa bajar la guardia en la lucha contra el narcotráfico. Por otro lado, dijo el funcionario, la mejor forma de acabar un conflicto es el diálogo y para eso se deben buscar las condiciones para que actores que siguen armados, como el ELN, se sienten a conversar.

 

La óptica de la Comisión

Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, aseguró que en la solución de los problemas en el Catatumbo se juega, en gran parte, la paz del país. También resaltó la persistencia de los líderes de la región para sacar adelante su territorio.

La comisionada Patricia Tobón indicó que la Comisión trabajará para que las recomendaciones que se incluirán en el Informe Final siempre tengan un proceso participativo de las regiones. Además, expresó que en una sociedad en ebullición no se puede seguir dándole la espalda al diálogo sino que hay que enfrentar los problemas, y para eso la entidad ayudará a tejer puentes entre los diversos sectores que hay en el Catatumbo.

Sin duda, señaló el comisionado Saúl Franco, la cultura de la coca ha trasformado los valores, las costumbres y la forma de vivir en la región. Para superar esta situación, planteó, no solo debe mejorar la presencia del Estado sino que los campesinos deben ser el centro y objeto de las políticas públicas. Adicionalmente, observó que es vital avanzar en el cumplimiento de los acuerdos de paz, sobre todo la reforma rural integral.

 

 

Las frases del encuentro

“En el Catatumbo vemos la falta de presencia del Estado, el asesinato de líderes y formas de economía ilegal, pero también la persistencia de sus líderes”: Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.

“En el Catatumbo hay políticas públicas globalizadas desde Bogotá, pero a los territorios llegan de manera lenta. Hay una fractura en la implementación (…) Todavía padecemos flagelos como el de las minas antipersona, y muchas víctimas no obtienen una adecuada reparación”: Alba Luz Trigos, lideresa social.

“La invitación también es a los empresarios, para que consideren al Catatumbo como una oportunidad donde todos podemos ganar (…) Lo importante, para cambiar las dinámicas en la región, es que haya voluntad de todas las partes y que lleguen las inversiones del Estado”: Mauricio Vargas, gerente de Palnorte.

“La guerra hace que perdamos nuestra capacidad para soñar, el conflicto se convierte en una barrera para cumplir nuestros sueños”: Santiago Ramírez, miembro del colectivo Amigos, Amigas, Memoria y Verdad.

“Esta tierra debe construirse desde economías de paz, que resignifique esa identidad campesina, que les permita a sus campesinos tener una vida digna”: monseñor Ómar Sánchez, obispo de la Diócesis de Tibú.

“Lo que más quiere un campesino catatumbero es estar en paz, que pueda despertarse cada amanecer y bailar carranga sin sentir temor por vivir en su territorio (…) La implementación de los acuerdos es fundamental para tener una transición exitosa”: Catherine Avella, excombatiente de las Farc.

“Como miembro de la institucionalidad no puedo tapar el sol con un dedo. En la historia ha habido una precaria presencia del Estado en el Catatumbo. Ese es uno de los factores que ha generado el conflicto“: Juan Felipe Corzo, secretario de Gobierno de Norte de Santander.

“Es importante que la verdad la digan todos los actores involucrados y solo así se podrá armar el rompecabezas completo que la Comisión podrá reflejar en su Informe Final”: Gautier Mignot, embajador de Francia en Colombia.

“La Comisión hará las sugerencias y observaciones del caso e integraremos este diálogo a otros que se desarrollarán en el país. Nuestra labor es convocar a quienes tienen la responsabilidad de generar un cambio”: comisionado Saúl Franco.

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