Mujeres negras documentan a mujeres negras
Más de 70 mujeres negras, de diferentes ciudades, se reunieron para dialogar sobre la importancia ética, política y social de documentar sus historias como aporte a las entidades del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
En un encuentro sin precedentes, más de 70 mujeres negras de diferentes ciudades del país se dieron cita en Cali, entre el 16 y el 20 de septiembre, para dialogar sobre la importancia ética, política y social de documentar sus propias historias, como aporte a los procesos de la Comisión de la Verdad, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Justicia Especial para la Paz -JEP-, entidades del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR).
Con un ritual de armonización, las mujeres de la Fundación Valle de Bendiciones del municipio de Turbo (Antioquia) motivaron a las asistentes –en su mayoría víctimas del conflicto armado– a un ejercicio de sanación espiritual. Luego la comisionada Ángela Salazar dio apertura al encuentro, poniendo énfasis en que “tenemos que admirar a todas las compañeras que hoy están aquí, que, aun siendo víctimas, tienen la valentía para escuchar a otras y documentar lo que han vivido. Este acto de profundo amor y compasión que vienen haciendo las mujeres negras en sus territorios es de gran valor para las tres entidades del Sistema Integral y es de nuestro interés que quede registrado en la historia de Colombia”.
Al reconocer el papel que ha desempeñado la mujer negra de manera ancestral en las comunidades, se hace necesario escuchar sus voces para esclarecer la verdad, buscar a las personas desaparecidas e impartir justicia en el marco de los acuerdos de paz. Precisamente fueron las mujeres negras quienes tocaron las puertas para que el Sistema Integral apoye la construcción del relato de verdad y busque a las personas desaparecidas implementando estrategias que incluyan sus historias, sus formas y sus ritos. “En Colombia ya hay una narrativa que habla de nosotras, pero no son nuestras voces, son voces diferentes, voces mestizas que no hablan como nosotras, ni emplean nuestro acento y tampoco conocen nuestros caminos. Ya no queremos que nadie nos escriba, queremos narrarnos nosotras mismas”, afirmó Bibiana Peñaranda, lideresa del Movimiento de Mujeres de Buenaventura.
A su vez, el Movimiento de Mujeres Negras, Raizales y Palenqueras invitó a la Comisión de la Verdad, a la Unidad de Búsqueda y a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) a hacer un trabajo articulado en el que las mujeres negras que documentan los casos de mujeres negras puedan entregar sus aportes a partir de un ejercicio conjunto.
En el marco del encuentro se realizó un conversatorio que permitió que las mujeres contaran sus experiencias, metodologías y retos para la documentación de casos. Laura Rosa Vélez Ramos, lideresa del Movimiento de Buenaventura, dijo: “Llevamos años escuchándonos unas a otras, hemos diseñado una metodología y pedagogía diferenciada que beneficia las tradiciones ancestrales como los encuentros entre comadres, los espacios autónomos de diálogo y conversación a la orilla del río o junto a la olla comunitaria. De esa manera establecemos canales de confianza que permiten que las mujeres cuenten lo que les pasó y cómo les pasó”.
Las lideresas hablaron de la importancia de narrar sus propias historias a partir de un principio de escucha sin daño. Reconocieron que la documentación de casos no es solo la sistematización de información, es un proceso que transforma a quien documenta porque debe implementar estrategias de autocuidado y desarrollar la escucha activa. Ellas tienen claro que la documentación de los hechos vividos por las mujeres negras debe trascender el ejercicio de archivo nacional y ser un aporte para que los hechos de violencia no se repitan, posturas que coinciden con los mandatos de las entidades del SIVJRNR, que fueron socializados en el encuentro.
En Colombia las mujeres negras han sido víctimas de abuso sexual, desplazamiento forzado y amenazas, además de ser buscadoras incansables de sus familiares desaparecidos. A pesar de las huellas de la guerra que todas llevan a cuestas, llegaron al encuentro entonando canciones, vestidas con atuendos que evocan su ancestralidad africana y recordaron todo lo que habían tenido que dejar por la guerra.
Los cinco días que duró el encuentro reflejaron la valentía que las caracteriza porque ellas no solo trajeron sus historias: estaban en representación de un pueblo que lucha por romper las cadenas del racismo, la estigmatización y la invisibilización histórica. Ellas creen firmemente que la mejor manera de lograrlo es que las mujeres negras documenten a las mujeres negras.
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El ‘Primer Encuentro de Diálogo Nacional entre la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero para encontrar hay que buscar desde la raíz’, fue el resultado de un proceso de relacionamiento con organizaciones como: Movimiento de Mujeres de Buenaventura, Movimiento social y político de mujeres negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras desde sus identidades diversas, Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA) y otras organizaciones sociales, plataformas y autoridades. Este ejercicio hace parte de la implementación de los acuerdos de la consulta previa que realizó el SIVJRNR con los pueblos étnicos, en el que se le dio especial relevancia al enfoque de género.
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