“Suecia espera que el Legado de la Comisión de la Verdad toque especialmente a la juventud”

Bogotá, 23 de junio de 2022

Las relaciones entre Colombia y Suecia pronto cumplirán 150 años. Hemos sido y seguiremos siendo socio sostenible de este maravilloso país. En este camino, Suecia ha acompañado en las últimas décadas los esfuerzos por una salida negociada al conflicto armado, como eje central de las relaciones diplomáticas con Colombia. Esto ha incluido la destinación de recursos de cooperación internacional para el apoyo a las acciones de construcción de paz en sus diferentes etapas y procesos. Lo hemos hecho sin importar el color político del gobierno que las ha liderado: desde el proceso de Ralito y la desmovilización de las AUC, hasta el Acuerdo Final de Paz con las FAR-EP.

La paz es nuestra prioridad, compartida por toda la comunidad internacional. Que la humanidad pueda vivir y desarrollar su potencial en paz, con bienestar y sin violencias, es su derecho fundamental, y la guerra es la mayor negación de ese derecho. Evitar los patrones que permiten la persistencia del conflicto armado en Colombia será la solución a este obstáculo para el desarrollo sostenible e incluyente de un país con tanto potencial.

Con este norte de apoyo a la implementación del Acuerdo de Paz y a la construcción de escenarios de posconflicto no violentos, la Embajada de Suecia ha acompañado a la Comisión de la Verdad en el desarrollo de su trabajo y la entrega que se acerca de su Informe Final y Legado. La paz completa no es solo ausencia de guerra; incluye el ejercicio de reflexionar sobre lo sucedido, saber por qué pasó y cómo pasó. Esto le permitirá no solo a víctimas y a victimarios sino a toda la ciudadanía en general tener una comprensión histórica y poder asumir posturas sobre el futuro, para evitar, a toda costa, una eventual repetición. Esto es aprender del pasado. La Comisión de la Verdad brinda la oportunidad de sanar heridas muy profundas, empezar procesos de reconocimiento, y, en especial, de no repetición.

Probablemente, el mayor reto que debe afrontar el Legado de la Comisión de la Verdad es que cada uno de los sectores aún tiene ancladas sus narrativas en culpar al otro. Es entendible que, tras más de 50 años de violencia, tome tiempo sobrepasar esta postura. Pero es justamente esa la bondad que ha tenido la Comisión: permitir espacios donde muchas verdades fueron escuchadas. Ahora, toda la población colombiana podrá escuchar los hallazgos y recomendaciones, con curiosidad y empatía.

Suecia espera que el Legado de la Comisión de la Verdad toque especialmente a la juventud, para construir su futuro, y a las víctimas para impulsar su reconciliación. El Informe Final de la Comisión servirá además para dar el salto a un país más incluyente, en donde se reconozca la discriminación y la exclusión histórica que han tenido ciertas poblaciones. El país, basado en todo lo escuchado de todas las orillas, y de los grupos que históricamente no han tenido acceso igualitario a los derechos, podrá dignificar su historia. Esperamos que se genere un debate nacional sobre lo que ha sido el conflicto y su costo en términos de sufrimiento, y que se logre un consenso sobre la necesidad de que esto nuca se repita.

Esta reflexión no va a resolver los problemas de un día para otro, pero le dará pistas importantes al país para avanzar en el gran ejercicio de su reconciliación.

Helena Storm

Embajadora de Suecia en Colombia