“Polvo somos y en polvo nos convertiremos, y por el camino está el barro para rehacernos”

“Mi papá tenía la fábrica de materos, ahí trabajábamos todos: mi mamá, mis hermanos y él”, empezó a recordar y a contar Rosalba* apenas puso sus manos sobre el barro, ella es una de las víctimas que acudió a la Comisión de la Verdad para dar testimonio de los hechos violentos que vivió. “En una mina iba y buscaba la tierra, la arrancaba de la montaña que era donde estaba la tierra y de ahí la traía a la casa, la echaba en una pila con agua y la dejaba de un día para otro”.

En Cúcuta y los municipios a su alrededor como El Zulia, Villa del Rosario, Tibú y Los Patios, la tierra y las montañas tienen gamas de rojos por la arcilla de la que están compuestas, el barro hace parte del día a día, por eso mismo la ciudad tiene industrias de tejares, ladrilleras y cerámicas a sus alrededores.

Sin embargo, en esta ocasión, Camilo Barboza-Soto, artista plástico, utilizó el barro como herramienta para permitirles a las víctimas reflexionar sobre la verdad y convertir sus sentimientos en piezas de barro que están siendo expuestas en el Museo Casa Natal Santander (la casa del General Santander).

“El arte cura, el arte salva a las personas. Siento que el valor del taller es que busca que las personas se sientan parte de una pieza, parte de una obra. El significado del barro a la hora de trabajar con las víctimas viene de la importancia de que la tierra es un elemento que se regenera”, explicó Barboza-Soto.

La obra de la verdad

Julio* es un maestro de pueblo, o más bien fue maestro de pueblo. “No se necesita ser alfarero ni pintor para demostrar algo”, dice viendo la obra que acaba de amasar y moldear, y empieza a describir:

Antes: Estos somos nosotros antes de hablar o expresar la verdad porque en sí nosotros no nos hallamos con ese sosiego y esa incertidumbre de lo que tenemos por dentro; a veces es odio, resentimiento o muchas veces amargura, esas son secuelas que quedan de la violencia.

Contar la verdad: Pero la sorpresa que encontramos, ¡uy, existe la Comisión de la Verdad! Entonces viene la segunda parte, el poder expresar eso que uno tiene adentro y contar la verdad, aunque estamos, así como qué digo o qué no digo. Se siente uno como un monstruo en cierta forma.

Después: Viene la tercera y última fase, después de que usted ha confesado o dicho su verdad, ya usted se siente desahogado, a parte ya se siente usted libre de una carga que llevaba encima y que muchas veces no era capaz de zafarse, eso es la verdad, y como le digo, esta es la más fundamental, que es la Comisión de la Verdad.

*Los nombres fueron modificados para proteger a las víctimas.