Racismo contra mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras en el conflicto armado en Colombia
La Red Mariposas de Alas Nuevas y la Fundación Akina Zaji Sauda entregó a la Comisión el informe ‘Las Espinas del racismo en la guerra. Reconstrucción de la memoria de las mujeres negras, afrocolombianas raizales y palenqueras en el marco del conflicto’.
El objetivo de este informe entregado a la Comisión, en palabras de las organizaciones que lo realizaron, es: “Visibilizar, en el marco del conflicto armado colombiano, ‘las violencias’ que viven algunas de las mujeres. No solo por su condición de género, sino también por la condición racial, es decir, por ser mujeres negras, afrodescendientes, palenqueras o raizales. Se evidencia cómo operan los actos de racismo y cómo se manifiesta la racialización de la guerra en el litoral Pacífico colombiano, especialmente en el Distrito de Buenaventura”.
Este informe hace parte del proceso de escucha plural que lleva a cabo la Comisión y servirá como insumo en el riguroso proceso investigativo que realiza la entidad.
El informe también analiza las continuidades cíclicas y dolorosas de las violencias heredadas de épocas coloniales que hacen presencia en las violencias vividas por el pueblo negro en el marco del conflicto armado y que, por tanto, han dado formas específicas a los vejámenes vividos por las mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras.
De esta manera, el documento revisa las características de las violencias vividas en el conflicto armado por el pueblo negro y centra su atención en las violencias perpetradas por diferentes actores armados en contra de las mujeres negras. En este texto se hace evidente que la “exotización” y todas las formas de las violencias en contra de los territorios, los cuerpos y las vidas de las mujeres negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras hacen parte de repertorios racistas coloniales que no han sido superados por sociedades como la colombiana; en la cual las mayorías blanco mestizas no solo siguen negando esta continuidad violenta e histórica, sino que, además, se siguen beneficiado de estas violencias. Según el informe, históricamente el cuerpo de las mujeres negras fue despojado y fue visto como propiedad, como el lugar en el que se disputaba la continuidad del proyecto esclavista; cuerpos que hoy, tal y como se enuncia en el informe, siguen siendo vistos como “espacios de disputa”, como “objetos que pertenecen” en este caso a los actores armados.
Asimismo, una de las mujeres negras que estuvo en la entrega expresó: “En el marco del conflicto armado se puede afirmar el hecho de que las mujeres negras son utilizadas para reafirmar la masculinidad en muchos contextos, para reafirmar las lógicas de dominación y, sobre todo, para dimensionar la fuerza y el impacto de la colonización y los colonos en nuestros territorios”.
El informe ‘Las espinas del racismo en la guerra’, también analiza el efecto de las violencias racistas y las violencias basadas en género sobre los tejidos sociales y comunitarios del pueblo negro; sus costumbres, espiritualidades, creencias; la tenencia de la tierra; la vivencia del territorio y, en general, sobre sus experiencias como pueblo. Además, resalta la importancia de las reparaciones integrales e históricas con enfoque diferencial antirracista, la dignificación de la existencia de las mujeres negras y la no repetición de estas violencias.
“Queremos que la Comisión de la Verdad tome estos elementos como narraciones de las voces nuestras para decirles que sí sufrimos una violencia distinta a todas las mujeres, que hay una violencia racista que nos marca y que muchas de las violencias que nos suceden son violencias racistas con enfoque de género”, expresó Bibiana Peñaranda Sepúlveda, feminista, antirracista y coordinadora general de la Red Mariposas de Alas Nuevas.
“A mí me dejan una preocupación: y es que el desafío no está únicamente en cómo vamos a contar esta historia en el informe final, sino en cuáles son las recomendaciones o las transformaciones que necesitarán hacer al país para que este tipo de narrativas tan dolorosas no tengamos que volverlas a narrar en nuestra historia colombiana”, concluyó el comisionado de la verdad Leyner Palacios, quien evidenció que la tarea no se trata tan solo de hacer un estudio sobre lo que les ocurrió a las mujeres negras durante el conflicto armado, sino también de garantizar la no repetición de estas violencias específicas, que afectan de manera diferencial.
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