Sintraofan entregó un informe a la Comisión de la Verdad y a la JEP

“La historia que ustedes nos han contado es intolerable”, con esta frase resumió el comisionado Carlos Martín Beristaín lo que han vivido las personas integrantes del Sindicato de Trabajadores y Empleados Públicos de los municipios del departamento de Antioquia (Sintraofan), quienes junto al Grupo Interdisciplinario de Derechos Humanos (GIDH), entregaron un informe a la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz sobre las agresiones que han sufrido durante décadas.

En un acto cargado de dolor por lo vivido y de demandas de verdad y justicia, cerca de 100 personas, 40 de ellas familiares de víctimas pertenecientes a Sintraofan, relataron sus vivencias sobre las diferentes violaciones de derechos humanos que han sufrido las personas de este sindicato: asesinatos, desapariciones forzadas, amenazas, desplazamientos, despidos injustificados, entre otros atropellos, ocurridos en municipios de subregiones de Antioquia como el noroeste, oriente, suroeste, occidente y bajo cauca. Esta violencia produjo un impacto colectivo que casi desaparece esta organización sindical.

Los testimonios fueron complementados con dos intervenciones de abogadas del Grupo Interdisciplinario de Derechos Humanos sobre el contexto de violencia generalizada que vivió Antioquia desde comienzos de la década del noventa, el accionar conjunto entre grupos paramilitares y fuerzas estatales e incluso de autoridades civiles del departamento de Antioquia, así como la impunidad en que se mantienen las investigaciones sobre estos crímenes. El GIDH lleva este caso ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y están a la expectativa de que sea admitido ante la Corte Interamericana, dados los nulos avances en el país en materia de garantía de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación integral.

Los representantes de la Jurisdicción Especial para la Paz y de la Comisión de la Verdad hicieron un reconocimiento al valor de los integrantes de Sintraofan y sus familiares, así como al GIDH por persistir en su actividad a pesar de las agresiones sufridas. Al tiempo, se comprometieron desde sus funciones institucionales a tener muy presente tanto los hechos que se relacionan en el informe, como las expectativas de satisfacción ante los derechos vulnerados.