Sumapaz: la eterna disputa por el páramo

Las luchas en Sumapaz empezaron a inicios del siglo XX y no se han detenido. Este territorio ha sido el deseo de muchos, no solo por su belleza, sino por su valor estratégico y económico.

A raíz de los gobiernos liberales de Enrique Olaya Herrera y Alfonso López Pumarejo, muchos colonos del Sumapaz lograron el reconocimiento de la posesión de la tierra hacia finales de los años 30. Sin embargo, este proceso se vio interrumpido por el periodo de violencia a raíz del Bogotazo.

La lucha agraria y la época de La Violencia, que allí se extendió hasta los años sesenta, dio paso a los primeros grupos guerrilleros agraristas de la zona. Estos primeros conflictos por la tierra, así como la lucha y los posteriores acuerdos, permitió que los habitantes de la región accedieran a la tierra.

Sin embargo, se generó una estigmatización del campesinado, que por su ideología política comunista fue perseguido por las autoridades. Esto llevó a que después del año 1960 se diera una guerra entre el Estado y algunos grupos de exguerrilleros liberales, lo que ocasionó la muerte de varios líderes de la región.

Posteriormente se evidenció la importancia estratégica del páramo en el desarrollo del conflicto armado colombiano. Las FARC-EP consideraban que el Sumapaz era fundamental para llegar al poder, ya que era la puerta de entrada a Bogotá. Así empezaron a buscar apoderarse del páramo.

Con el fin de los ‘Diálogos de Casa Verde’ en 1990, el Ejército desplegó tropas por todo el páramo, dando lugar a sangrientos combates en la región. Varias tomas guerrilleras y constantes agresiones se escenificaron en el páramo durante la década del noventa. Era habitual ver tropas guerrilleras o del Ejército patrullando la zona.

Tras esta época de lucha por territorio estratégico, empezó una nueva fase de violencia, esta vez buscando un control territorial para beneficio económico. Proyectos extractivistas, de hidroeléctricas y el control de fuentes acuíferas han generado nuevas luchas y otras resistencias que poco a poco han derivado en más violencia.

Desde el 2000, el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz (Sintrapaz) y la Asociación de Juntas de Acción Comunal (Asojuntas) empezaron a trabajar para constituir una Zona de Reserva Campesina en el Sumapaz. Pero ni con la llegada del Acuerdo de Paz en 2016 y su punto 1, la Reforma Rural Integral, los campesinos del páramo han logrado la garantía de sus derechos y su soberanía sobre la tierra.

Hoy, los habitantes de Sumapaz sueñan con vivir en paz, en su territorio y alejados de esa violencia que pareciera estar atada a la vida del páramo.