“Los tres años de la Comisión de la Verdad son muestra de que la paz no tiene reversa”

El significado de la verdad para las víctimas, el valor del reconocimiento de responsabilidades y la esperanza de mantener viva la paz arroparon el auditorio ‘Los fundadores’ de la Universidad del Norte en Barranquilla. El espacio recogió las opiniones de víctimas, niñas, niños, jóvenes, comunidad internacional y representantes de organizaciones que contaron sus experiencias en el camino de la verdad. También se hizo entrega del legado que recogió múltiples procesos guiados por la Comisión y las comunidades dentro de los territorios.

Las víctimas como centro del proceso abrieron la ceremonia resaltando la importancia de que el país entero pueda conocer las afectaciones del conflicto en sus cuerpos, territorios y en sus seres queridos. Aída Quilcué, indígena nasa del norte del Cauca habló acerca del impacto individual y colectivo del conflicto y las afectaciones históricas a sus cosmovisiones, entre esas la relación con la madre tierra. De las labores de la Comisión resaltó el hecho de que los pueblos indígenas han podido relatar desde sus sentires lo que realmente les ha ocurrido.

Al escenario también acudió Édgar Bermudez, exintegrante de la Policía Nacional, quien resaltó que los familiares de los soldados necesitaban contar sus vivencias y hablar de sus seres desaparecidos en medio de esta guerra que ha destrozado todo lo que toca. “Han sido tres años arduos en el que nos han brindado los espacios de escucha. Somos nosotros los que hemos visto los avatares de la guerra en este país”, expresó Bermudez.

La voz de los responsables también estuvo presente para revelar lo que la escucha a las víctimas ha significado en sus procesos individuales. Uber Banquez, exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombi (AUC), pidió perdón, en especial a las comunidades de los Montes de María. También afirmó que cree en la paz y que ese espacio era una cosecha de la paz.

Faiber Amaya, exintegrante del Gaula Casanare, indicó: “Tenía mi mente privada de la libertad por esas verdades que debía contar ante las víctimas”. También, contó que ese espacio de reconocimiento marcó su vida y cree que eso ayudó a las víctimas a liberarse de tanto dolor que han cargado.

La paz no tiene reversa

“Tres años de vida de la Comisión de la Verdad es la muestra de que la paz no tiene reversa”, comentó Richard Moreno, el coordinador del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA) quien destacó la necesidad de reconstruir lo que hemos vivido como país teniendo en cuenta las graves afectaciones a los pueblos étnicos.

Aunque los anhelos de paz siguen vivos, las dificultades vividas por el acuerdo no pasaron desapercibidas. Al respecto, Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, hizo un llamado a la implementación del Acuerdo de Paz y la necesidad de que este haga parte de la agenda política del país. “Colombia hoy necesita renovar la convocatoria hacia esa paz grande por encima de todos los intereses políticos de los partidos”. De Roux añadió que dentro de la campaña política es necesario restaurar el deber y el derecho incondicional que le ha sido otorgado a la paz a través de la constitución.

Si bien, el Acuerdo de Paz ha tenido una implementación lenta, el comisionado Leyner Palacios destacó la voluntad y el compromiso de la sociedad por creer que la paz si es posible. La puesta en marcha de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y la disminución de la desigualdad en los territorios son puntos que señaló como claves para enfrentar las causas estructurales de la violencia.

Acciones vivas: un legado para el país

Los procesos adelantados en los territorios durante los tres años del mandato dieron paso a una serie de intervenciones artísticas y culturales en espacios públicos, denominadas acciones vivas, en los que las comunidades comprometidas con alcanzar la convivencia a través de la verdad se reunieron alrededor de los tejidos, el fútbol, los estampados, las muestras culturales al ritmo de los tambores y demás procesos artísticos y estéticos que invitaron al país a la empatía y al compromiso con la no repetición. El video resumen de los múltiples escenarios guiados por las macro territoriales de la Comisión de la Verdad fue proyectado durante el encuentro.

La comisionada Lucía González indicó que este legado significa una herencia para el país y que refleja la escucha realizada a miles de víctimas y la apuesta de excombatientes por alcanzar la paz. “Esperamos que haga crecer la conciencia del país y promueva las transformaciones necesarias para que la paz grande se haga realidad”.

La voz de los jóvenes

Recordando la ‘Consulta nacional de niños, niñas, adolescentes y jóvenes por la verdad’ realizada en el mes de octubre, se dio la palabra a la juventud, a los herederos del legado. Del trabajo de 20 jóvenes de distintas regiones del país, acompañados por la Comisión, nacieron cinco preguntas que dieron conocer sus opiniones sobre lo que ha vivido el país. Desde la memoria y la verdad como clave para una Colombia diferente, los participantes pidieron que se les siga teniendo en cuenta y que se reconozca su potencial como actores que pueden aportar a la transformación del país.

Para ellos el trabajo de la diversidad de pensamiento y orientaciones, en lugar de dividirlos, los unió en la aplicación de la consulta nacional. Jimena Montaña, lideresa social de Villavicencio expresó: “Es importante que estos espacios se sigan generando. Espacios en los que seamos protagonistas con voz y voto”.

A modo de conclusión, el comisionado Palacios dijo que el Informe Final vendrá acompañado de unas recomendaciones profundas, con las voces de las víctimas en el centro y será la oportunidad para conquistar una nueva vida en la que desde el compromiso ciudadano se le exija a la institucionalidad que se priorice la paz.