Un encuentro interétnico para la no repetición de conflicto en el Pacífico

“Conocer la verdad para no repetir” es una frase que cobra cada vez más fuerza entre los pueblos étnicos del sur del Pacífico colombiano, que encuentran en el esclarecimiento de los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado el camino hacia la no continuidad de estas violencias que aún persisten en los territorios.

Así lo dieron a conocer autoridades, líderes y lideresas de las comunidades afrocolombianas e indígenas en el marco del encuentro interétnico para la no repetición, realizado el 4 y 5 de septiembre en Cali, un espacio propiciado por la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, la Comisión de la Verdad y la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), con el apoyo de la Unión Europea. Encuentros similares ya fueron realizados en el Caribe, la Orinoquía y el centro del país.

Particularmente en este encuentro, líderes y autoridades étnicas del Pacífico se plantearon las recomendaciones para la no repetición en varias dimensiones: las transformaciones institucionales, sociales, económicas, políticas y culturales, todas desde la agenda propia de las organizaciones étnicas y las garantías de no repetición en el marco del Acuerdo de Paz y los derechos humanos.

Para Sonia Londoño, directora de Pueblos Étnicos de la Comisión de la Verdad, estos espacios de diálogo hacen parte de un trabajo de la entidad con los pueblos afrodescendientes e indígenas como sujetos colectivos, todo esto en el marco de la metodología étnica y contra el racismo de la Comisión. Y agregó: “La narrativa de los pueblos étnicos en la explicación del conflicto y la no repetición es fundamental para el trabajo de la Comisión en el marco de su escucha plural. Las recomendaciones para la no repetición deben tener en cuenta sus visiones, algunas de las cuales han sido recibidas por la Comisión en el marco de informes entregados por estas organizaciones y en estos espacios de interlocución y construcción interétnica”.

En lo que respecta que algunas de las dificultades encontradas en materia metodológica en el desarrollo del proceso, para Londoño esto obedece a que el conflicto ha sido narrado desde otras miradas que no corresponden necesariamente a los análisis y narrativas propias de los pueblos étnicos. “Estos espacios se convierten en una oportunidad histórica para que desde sus voces y análisis pueda ser narrada la historia del conflicto”, agregó.

Las afectaciones ocurridas a los pueblos étnicos en el Pacífico son múltiples, el esclarecimiento de la verdad tiene una temporalidad que conecta las violencias históricas desde la colonia y la trata esclavista con las violencias recientes en el marco del conflicto. Asimismo, se ha generado una  reflexión alrededor de cómo se conectan esas violencias y de cómo elementos como el racismo y la discriminación racial están vinculados con el conflicto armado. Estos hechos no habían estado presentes en las narrativas nacionales sobre el conflicto y responden a esos llamados que hacen los pueblos étnicos de que el Informe Final de la Comisión cuente con sus voces y narrativas.

Las recomendaciones construidas de manera participativa harán parte del proceso enmarcado en el objetivo de no repetición, algunas de las cuales serán recogidas en el informe y otras quedarán para la agenda de las organizaciones. De esta forma estos espacios también se convierten en lugares para la continuidad del legado de la Comisión y de los procesos de los pueblos étnicos.

“Hemos venido comprendiendo, articulando, coordinando y avanzando desde lo diverso y el enfoque diferencial estas historias de violencia que se desarrollaron y se siguen desarrollando en nuestros territorios para que, al conocer y consolidar la verdad, esto no pueda y no deba volver a repetirse”, manifestó Armando Wuoriyu Valbuena, maestro de la sabiduría ancestral, secretario técnico de la Comisión Étnica e integrante de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

De esta manera será posible, según Wuoriyu Valbuena, aprender y llegar a un estado de vivencia a partir de los principios, de la armonía, el equilibrio, la complementariedad, la responsabilidad, la solidaridad y la reciprocidad.

Por su parte, Richard Moreno Rodríguez, secretario del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano, (CONPA), señaló que siguen construyendo una historia común entre los pueblos negros e indígenas como parte de una relación histórica que les ha permitido avanzar en la defensa de la vida y del territorio y en la posibilidad de engendrar bienestar endógeno.

“Al reactivar esa relación histórica de hermandad, nos hemos juntado para identificar las causas estructurales que han generado los conflictos en la población étnica, definir las medidas de no repetición a manera de recomendaciones y cuáles serían las responsabilidades que debe asumir el Estado para que no se generen nuevamente estos hechos de violencia que han ocasionado desplazamientos, muertes y extinción cultural de algunos pueblos en Colombia”, puntualizó Moreno Rodríguez.

El análisis, la reflexión y el diálogo continúa, mientras las comunidades siguen reafirmando su ejercicio de gobernabilidad territorial, denunciando los hechos que vulneran los derechos individuales y colectivos, y apostando a la firma e implementación de unos acuerdos humanitarios que generen nuevas condiciones de vida y de tranquilidad en los territorios. Estas comunidades apuestan por la implementación del capítulo étnico del Acuerdo de Paz en su conjunto y, sobre todo, continúan articulándose de manera interétnica para avanzar en el propósito de construcción de paz territorial.