Una mirada a las comisiones de la verdad en el mundo y a la de Colombia

Las comisiones de la verdad se conciben como un mecanismo de justicia transicional para que sociedades que han vivido violencia, en particular situaciones de conflicto armado o dictadura militar, pasen a escenarios de paz o democracia.

Y para el caso colombiano, según el comisionado Alejandro Valencia, la Comisión de la Verdad nace con un sentido más amplio: trabajar para lograr un relato lo más incluyente posible mediante enfoques diferenciales.

A través de estas comisiones, asegura Valencia, las víctimas y la sociedad en general pueden saber, mediante un relato explicativo, qué y cómo ocurrieron los hechos en realidad.

Las comisiones de la verdad se han desarrollado de manera particular en Latinoamérica y en África. Una de las primeras en la región fue la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas en Argentina – Conadep -, encabezada por el escritor Ernesto Sábato y que tuvo el propósito esencial de intentar esclarecer la problemática de la desaparición forzada en el cono sur.

“Una comisión intenta dejarle una historia relativamente oficial, mucho más veraz de lo que ocurrió en relación con el conflicto armado y, sobre todo, un relato explicativo”

La Comisión de Verdad del Perú fue la primera en desarrollar audiencias públicas. Tuvo un componente que permitió hacer desarrollos en lo legal y abordó ampliamente la violencia sexual contra las mujeres. Por su parte, la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala se caracterizó por hablar del genocidio. Es decir, dio la calificación de actos de genocidio en particular contra el pueblo Maya de ese país. De la misma manera, abordó el tema de género y logró movilizaciones alrededor de esta problemática.

Una de las comisiones más reconocidas es la de Sudáfrica, que enfrentó el tema del Apartheid. Contó con salas de amnistía encargadas de definir las situaciones jurídicas de los responsables que se presentaban a ellas e innovó su metodología a través de las audiencias públicas. Bajo la cultura africana, tuvo actos de sanación y de resarcimiento entre victimarios y víctimas.

“La comisión sudafricana cambió el panorama tradicional de las comisiones de verdad. No se dedicó solo a realizar funciones extrajudiciales, sino que incorporó la posibilidad de diseñar un mecanismo penal para amnistiar a los responsables y tuvo en cuenta la posibilidad de desarrollar el esclarecimiento a través de audiencias públicas”, afirmó el comisionado.

El caso colombiano

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición de Colombia es la primera del siglo XXI y se recordará, entre otros aspectos, por tener un enfoque diferenciado de género, no solo de mujer, sino del tema LGBTI, étnico y cuidadosa del apoyo psicosocial.

Alejandro Valencia cree que esta comisión no solo tiene el objetivo de esclarecer violaciones de derechos humanos, también el de propiciar el reconocimiento de responsabilidades y promover convivencia en los territorios. Destaca que esto es bastante novedoso, pues generalmente el mandato de las comisiones es limitado.

El comisionado afirma que la Comisión cuenta con un gran desarrollo tecnológico de la información en lo que tiene que ver con redes de datos y sociales que le brindarán unas posibilidades muy amplias para hacer algo potente y diferenciado.

“Queremos un relato explicativo que intente señalar el por qué y cómo ocurrieron las cosas, quiénes se beneficiaron y un relato lo más incluyente posible en el que todos los colombianos y colombianas nos reconozcamos”, explica.