Luis Fernando, quien desnaturalizó la violencia policial hacia las personas LGBT

“Yo nunca me consideré víctima del conflicto armado en Colombia. Cuando tenía 15 años me pusieron un arma apuntándome en la cabeza, y mi agresor me dijo que me iba a matar por ser marica. En 1991, cuando por primera vez fui a un bar gay en Cali, un escuadrón de la policía entró sorpresivamente al establecimiento, nos ordenó levantar las manos, nos subieron a un camión, nos llevaron a la estación de policía, allí nuestros documentos de identidad fueron confiscados, y se nos ordenó que llamáramos a nuestras familias. Crecí sabiendo que podía ser asesinado por ser diferente, creyendo que estaba bien que la policía me arrestara por ir a un bar gay”, cuenta Luis Fernando un hombre gay que vive en Londres hace más de 20 años, y quien, al poco tiempo de llegar a esa ciudad, huyendo del maltrato que viven los gais en nuestro país, se enteró que uno de sus amigos, quien asistía asiduamente a estos bares, había desaparecido.

Para Luis Fernando relatar esta historia es importante, pues cree que permite a otras personas LGBT darse cuenta de lo que se percató él muchos años después de llegar a Londres: que incluso ellas mismas tienen normalizadas estas violencias y que los abusos y violencias cometidas por militares y policías contra las personas LGBT en un contexto como el colombiano se agudizan por las dinámicas de la guerra.