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Comisión de la Verdad

Rostros diversos que le faltan a la sociedad

Los pueblos étnicos también han sufrido desaparición forzada y han configurado sus propias formas de búsqueda.

ESPECIAL BUSCADORAS | Abril 07 de 2020

Rostros diversos que le faltan a la sociedad

Kimy Pernía, líder indígena de la comunidad embera katío del Alto Sinú en Córdoba, quien lideró la resistencia al megaproyecto Urrá en su territorio colectivo fue secuestrado, asesinado y desaparecido por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2001.

Su pueblo emprendió una búsqueda colectiva que fue prohibida por el gobernador de Córdoba con la excusa de que esta movilización entorpecería la Feria Ganadera en Montería.

En 2007 Salvatore Mancuso confesó haber asesinado y arrojado el cuerpo de Kimy al río Sinú, por orden de Carlos Castaño.

En 2001, el diario El Espectador citó esta frase: “Las estrellas serán sus aliadas nocturnas. El bramido lastimero del río Sinú, herido por la represa de Urrá, le ofrecerá sus frutos para alimentarlo. Los cantos de los ancianos, la risa de los niños, miles de brazos, seguirán las huellas de Kimy Pernía hasta dar con su paradero”. Esta fue una expresión de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) sobre una decisión que generó impacto nacional. Se trababa de una marcha espiritual donde no se responderían las agresiones y las únicas armas serían los bastones y los símbolos de la dignidad embera katío.

Así como los impactos de la desaparición en pueblos étnicos son colectivos y diferenciados, también lo son los procesos de búsqueda.

Toda búsqueda es política. La desaparición de un miembro de una comunidad de un pueblo étnico implica no solo la movilización de su familia en la búsqueda, sino de toda la comunidad. En el caso de los pueblos indígenas, la búsqueda la inicia la guardia indígena que recorre el territorio para dar con la persona dada por desaparecida. A esta búsqueda se suman las autoridades tradicionales y espirituales que usan la medicina tradicional como una metodología propia de búsqueda, para sanar el territorio y mantener la pervivencia cultural.

Para los pueblos étnicos, la búsqueda también ha implicado desarrollo de experiencias propias y significativas que responden a los daños colectivos, espirituales, culturales y organizativos que la desaparición deja en sus territorios. Reconocemos su búsqueda, nuestra búsqueda.

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Uno de los retos para la Comisión de la Verdad en Antioquia y el Eje Cafetero consiste en reconocer la diversidad de las víctimas de desaparición forzada, reconocer y comprender los impactos de este flagelo en grupos indígenas, palenqueros, afrodescendientes, raizales y rrom. Entre las personas víctimas de desaparición forzada de quienes se tiene información en Urabá, varias se reconocen como afrodescendientes. En el caso del Eje Cafetero, uno de los lugares más afectados es el municipio de Ríosucio, Caldas, con población mayoritaria de indígenas embera-chamí.

 

Esta es la quintaentrega de un especial de siete entregas en el que explicamos qué reconoce la Comisión de la Verdad en las buscadoras y cómo vamos en Antioquia con el proceso de esclarecimiento de la verdad de la desaparición forzada.

Especial: Reconocemos la búsqueda de más de 100.000 desaparecidos en Colombia

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