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Comisión de la Verdad

Señores desaparecedores

Escrita por Martha Ospina, hija de Hernando Ospina, desaparecido el 11 septiembre de 1982.

CARTAS POR LA MEMORIA DEL CASO COLECTIVO 82 | Agosto 27 de 2021

Señores desaparecedores

Señores desaparecedores

Esta carta tiene como motivo primero que todo contarles lo que pasó con la vida de mi familia luego de su acción desaparecedora de mi padre el 11 de sep de 1982.

Mi padre Hernando Ospina Rincón era un hombre inteligente, valiente, responsable, infinitamemente solidario con todos los que lo rodeaban , en fin podría durar mucho tiempo contándole del gran ser humano que era y que ustedes nos robaron.

Les quiero decir que mi papá era muy importante, eje central, sustentador y cabeza de familia del que dependíamos no solo mi mamá y hermanos, sino abuelos, hermanos y sobrinos que dependían directamente de su provisión. Inicialmente la familia fue afectada economicamente por lo que tuvimos que sufrir para salir adelante luchano por conseguir el sustento; pero lo más grave y realmente importante y que aún hoy no hemos podido superar es su asencia.

El tomar conciencia de lo que ustedes hicieron con él, del objetivo que persiguieron al desparecerlo nos hizo darle rienda suelta a la imaginación y pensarlo sufriendo las más aterradoras, inhumanas y dolorosas torturas, la pérdida de la dignidad humana, el sometimiento constante a tratos indignantes, físicos y emocionales. La soledad, el dolor, el frío, el hambre y mil cosas más no nos permitían tener un minuto de tranquilidad, no fueron solo 10 sino han sido 39 años de ese eterno dolor. Mi abuela, madre de mi papá cuando nos fue imposible ocultar su ausencia y tuvimos que contarle la realidad no hubo un solo día en que no saliera con una olla de comida a andar las calles de Bogotá en la búsqueda de su hijo hasta el día que fue atropellada por un autómovil y la dejó limitada en la movilidad con una fractura en una pierna mal tratada y debido a esto murió con el dolor de no haber vuelto a ver a su amado hijo.

Mi hermana Alba Luz la hija menor, le escribía poemas, recordaba permanentemente los juegos que hacía con su papá, se sumó en una tristeza permanente que le fueron deteriorando fisicamente hasta cumplir o cerca de cumplir 15 años permanecer un mes hospitalizada con más de un millón de exámenes y uso de medicamentos, no se supo porque su cuerpo se deterioró y murió con el diágnóstico de pena moral.

Mi hermano, el segundo hijo sufría de pedadillas permanentes, ataques de ansiedad y pánico, y tuvo un desarrollo emocional anormal, siendo diágnosticado por bipolaridad, tratamiento toda la vida por psicología y psiquiatría, pensionado por una enfermedad degeneritaria de las articulaciones.

Así podría escribir un libro contándole las enfermedades físicas y emocionales, que trajo a cada uno de los familiares y no acabaría, perdimos nuestros bienes en manos de avivatos aprovechados de la situación, tuvimos que escondernos mucho tiempo por amenazas a nuestra vida, desintegración familiar, dolor y más dolor permanente.

Quiero decirles que durante muchos años mi corazón hacia ustedes solo estaba lleno de rabia y odio, los maldije todos los días y les deseaba que les hicieron lo mismo que le hicieron a mi padre a ustedes y a toda su familia.

Con el paso de los años y con el deseo y preocupación por mi salud mental y física, emocional, decidí dejar la pesada carga del odio y el rencor y el dedeo de que todo lo malo les sucediera. He decidido reconciliarme y dejarle a la vida y a Dios  su justicia, ya que la que el gobierno, los organizmos de seguridad y la mafia, paramilitares, narcos y demás se asociación y que por decisión de la justicia humana nunca habrá. La impunidad es la reina en estas circunstancias es la constante. La pérdida de la esperanza de la verdad.

Mi anhelo es que algún día ustedes entiendan la gravedad de sus acciones, se arrepientan y que Dios los perdone.

Deseo que esa alma y la conciencia los toque y los moleste y los conmueva a contar la verdad, a decirnos por qué se los llevaron en forma particular a cada uno ya que nosotros tenemos la certeza de que mi papá no participó ni fue ideólogo de nada de lo que posiblemente en su razón para haberlo desaparecido.

Quiero saber qué más le hicieron y si lo mataron a dónde resposan los restos.

Mi anhelo es por fin sentir la paz de encontrar a mi papá, elaborar un duelo adecuado. Anhelo que ninguna persona más tenga que padecer la tortura de la desaparición forzada.

Martha Ospina, hija de Hernando Ospina, desaparecido el 11 sep. de 1982.

 

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