Cuidar la vida de los jóvenes
La ciudad de Medellín ha vivido décadas de violencia y muerte, con profundas implicaciones para la sociedad, la cultura y la economía. El asesinato de jóvenes en la década de los noventa fue el principal signo de alarma de una sociedad que sucumbía ante múltiples factores de violencia.
En la búsqueda de alternativas de futuro, este fue un grupo poblacional que estuvo en el centro de las preocupaciones y propuestas. Por eso, del diálogo social del que participaron múltiples sectores, emergieron una serie de iniciativas relacionadas con opciones educativas, culturales, de ingresos, a la par con políticas de seguridad y convivencia que pudieran sacarles de ese círculo de la muerte.
En el mes de noviembre del año 2019, la Comisión de la Verdad realizó en la ciudad de Medellín, un acto de Reconocimiento de niños, niñas y adolescentes, en el que escuchamos, con profundo dolor y compasión el testimonio de jóvenes cuyas vidas han sido afectadas por múltiples formas de victimización, de manera directa o indirecta, en medio de los desmanes de la guerra. También se presentaron relatos valerosos sobre cómo han trabajado cada día por resignificar los impactos del conflicto armado en nuevas maneras de enfrentar y cuidar la vida. Y se hizo un llamado urgente para que ni un niño, niña o adolescente más esté en el centro de las violencias que hoy siguen azotando nuestro país.
Varias de estas voces provenían de lugares emblemáticos del conflicto armado en la ciudad como la Comuna 13, Villatina, Aranjuez, Castilla, entre otras. Esta semana, hemos recibido con dolor, la noticia del asesinato en la comuna 13, de Miguel Ángel Marín, de 15 años, un joven líder social, artista, partícipe de procesos organizativos y culturales promovidos por organizaciones que se la juegan todos los días por cuidar la vida y sus territorios, por que nazcan razones para la esperanza. Con varias de ellas tuvimos la posibilidad de intercambiar ideas y propuestas en torno a este acto de reconocimiento, nos ayudaron en el diseño y realización, y nos comprometimos a seguir alentando estos procesos.
Uno de los objetivos de la Comisión de la Verdad es identificar lo que necesitamos como sociedad para que este conflicto que hemos producido y vivido, nunca más vuelva a repetirse. Lo que sucede hoy en Medellín (además del asesinato de jóvenes, asesinatos múltiples, aumento de desapariciones), debe ser motivo de alarma para la sociedad entera.
Necesitamos rodear a los niños, niñas y adolescentes que se encuentran inmersos en situaciones de vulnerabilidad latente, fortalecer sus organizaciones, acompañar a las instituciones estatales, para que encuentren salidas que les permitan enfrentar estas dinámicas de nuevas violencias; mantener en alto la consigna del valor sagrado de la vida y como manifestamos en el acto de reconocimiento a los impactos del conflicto armado en niños, niñas y adolescentes: NUNCA MÁS NIÑOS Y NIÑAS EN LA GUERRA
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