“El hombre blanco no entiende que lo que le quita a la naturaleza tiene que devolvérselo”: Abel Rodríguez

El jueves 11 de febrero a las 6:00 p.m., a través de Facebook.com/comisionverdadc, comisiondelaverdad.co y el canal de YouTube de la Comisión de la Verdad, se realizará una nueva charla de ‘Nombrar lo innombrable: conversaciones sobre arte y verdad’, un espacio en el que los artistas colombianos hablan sobre cómo el arte ayuda a nombrar el conflicto, convirtiéndose muchas veces en un testimonio y en un mecanismo de resistencia. En esta ocasión, el invitado será artista del pueblo indígena nonuya Abel Rodríguez.

Abel Rodríguez es un sabio del pueblo nonuya, poseedor del conocimiento ancestral de las plantas medicinales y sistemas ecológicos de la cuenca del Amazonas. En los años noventa, después de que su familia abandonara la Chorrera, su territorio natal, en medio del conflicto armado colombiano, Rodríguez encontró la manera de preservar su legado dibujando sus saberes desde la localidad de Bosa, en Bogotá.

Cuando vivía en la selva amazónica, Abel Rodríguez era un sabio de su comunidad, un conocedor de la flora, la fauna y los ecosistemas sociales de su territorio. A finales de los años noventa, ya en su madurez, Rodríguez tuvo que dejar la selva y refugiarse con su familia en Bogotá. Estando en la capital, se convirtió en pintor por necesidad. Sin embargo, motivado por la Fundación Tropenbos, que vio en él un talento particular, Rodríguez encontró en la pintura no solo una forma de sustento, sino una manera de plasmar su conocimiento de la clasificación local de árboles y plantas, sus usos, los ciclos de cultivo y las relaciones sociales que esto implica.

Con una trayectoria de más de quince años como investigador de la botánica del Amazonas y del sistema clasificatorio local de árboles y plantas, Abel Rodríguez ha sido fundamental para el desarrollo de investigaciones científicas botánicas, que son complementadas con sus conocimientos tradicionales de la fauna y flora local. Conocido como “el nombrador de plantas”, Rodríguez ha ilustrado más de 400 árboles del Amazonas.

Sus dibujos y artefactos del mundo de la cestería (canastos, balays, chinchorros, cernidores) conjugan el ojo conocedor de las particularidades y propiedades de la naturaleza y el ejercicio clasificador moderno, y se estiman en el arte y los círculos científicos por sus cualidades únicas. Al registrar el conocimiento ambiental integral del pueblo nonuya, transmitido a través de generaciones, el trabajo de Abel Rodríguez demuestra el valor y la relevancia del conocimiento indígena para el bien común.

La obra de Abel Rodríguez es un tesoro ancestral, un regalo de la selva para este mundo globalizado, totalizante y homogenizado, cuya noción de progreso atenta gravemente contra la naturaleza y la supervivencia de los seres humanos y las demás especies.

A pesar de que en nuestro país no es tan conocido por el público general, Abel Rodríguez se ha convertido en uno de los artistas plásticos colombianos no académicos con mayor reconocimiento en los últimos años. Fue invitado a exponer en Selva Cosmopolítica, una muestra colectiva curada por María Belén Sáez de Ibarra en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, junto a artistas como Miguel Ángel Rojas, Fabián Moreno, Miler Lagos, Delcy Morelos y Úrsula Biemann. En 2014 recibió el Premio Príncipe Claus, con el que el Gobierno de Holanda distingue a artistas cuya obra considera excepcional. En su caso, el premio le fue dado por, en palabras del jurado: “Dar a conocer la visión del mundo del indígena como fuente de conocimiento para el bien común, llamando la atención sobre las habilidades, talentos, legados y derechos de las comunidades indígenas; y por estimular el intercambio intercultural dentro de un contexto de violencia y discriminación”.