Comisiones de la Verdad y género en países del sur global
Docentes de diferentes universidades realizaron un análisis sobre el proceso de esclarecimiento de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado y aportaron recomendaciones para la construcción del informe final.
El 20 de noviembre se llevó a cabo el encuentro ‘Comisiones de la Verdad y género en países del sur global: miradas retro y prospectivas de la justicia transicional, aprendizajes para el caso colombiano’, allí profesores de universidades nacionales e internacionales socializaron lo que consideran clave para el proceso de esclarecimiento de las violencias contra las mujeres en el que trabaja la Comisión de la Verdad las recomendaciones para la construcción del informe final.
Las investigaciones que nutrieron el encuentro fueron el resultado del trabajo entre académicas y academicos de centros de investigación, institutos y departamentos de la Universidad Nacional, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad de Delaware, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad de Glessen, Universidad de los Andes y la Red de Mujeres del Caribe y Colectiva Feminista y El Instituto Colombo-alemán para la Paz (Capaz).
En dichas investigaciones se estudian las experiencias de implementación del enfoque de género en las comisiones de la verdad de Guatemala, Sudáfrica y Perú. En estas investigaciones se buscó revisar la forma como fueron incluidas las afectaciones que experimentaron las mujeres y las víctimas LGBTI en el marco del conflicto armado y sus procesos de resistencia desde una lectura crítica, atravesada por el feminismo descolonial y comunitario que problematiza el enfoque desde el que se efectúa la justicia transicional y la manera en que se ha implementado el enfoque de género en los procesos de las comisiones de la verdad.
En este sentido, la abogada Diana Montealegre expuso lo que considera dos reflexiones importantes para tener en cuenta: la primera está relacionada con las narrativas totalizantes que borran, capturan o distorsionan la multiplicidad de voces, los procesos y las experiencias; la segunda sobre la concepción liberal de la justicia transicional que, en palabras de la autora, es una limitante “para avanzar en cambios estructurales que posibiliten como lo deseamos todas la paz y la transformación”.
El encuentro también contó con la intervención de la antropóloga y docente Diana Gómez Correal, quien planteó el reto de dar un giro a la manera en que se lee la violencia en Colombia: “La violencia contra las mujeres desborda el conflicto armado, de hecho el conflicto armado”, dice, es producto de lo que llama “Patrix de dominación moderna colonial”, del proyecto de civilización occidental que ha venido borrando a quienes piensan modelos económicos, políticos y de desarrollo distintos. Es decir, hay un entramado de violencias estructurales que da forma al Estado Nación y la democracia; además determina las relaciones sociales y las formas de ver, comprender y vivir el mundo, cuyos soportes son el colonialismo, el racismo, el patriarcado, el capitalismo, la heteronormatividad y el antropocentrismo y su resultado ha sido la exclusión de todo aquello que no sea hombre, blanco, heterosexual y neoliberal.
Ese entramado de violencias afecta de distintas maneras a los sujetos políticos, es por esta razón que la interseccionalidad es clave para entender la historia porque, de lo contrario, según Juliana González, investigadora del Instituto Capaz, se corre el riesgo de caer en el multiculturalismo liberal que no problematiza las relaciones de poder como deja en evidencia la revisión de experiencias de legislaciones pasadas que incluyeron el enfoque multicultural para reconocer comunidades indígenas, afrodescendientes y de mujeres pero que realmente su logro fue “que los movimientos sociales entren en una competencia por la atención y los recursos estatales”.
El gran reto es, entonces, ver cómo se entrelaza el género con otras dinámicas del poder y otras formas de dominación para que la lectura de la historia de la violencia no sea ni fragmentaria, ni totalizante: ni experiencias de opresión fragmentadas e independientes; tampoco experiencias de opresión que universalicen y borren otras. Desde ese lugar se deben entender la violencia sexual y la violencia padecida por las víctimas LGBTI, como señalan Fernando Serrano y Angélica Bernal.
El encuentro, que terminó con un diálogo entre representantes del Grupo de Género y los equipos de investigación de la Comisión de la Verdad, dejó grandes reflexiones que enriquecen la mirada de quienes adelantan el trabajo del esclarecimiento de la verdad desde una perspectiva de género. “Una apuesta que a pesar de las barreras y dificultades también ha dejado muchos aprendizajes y avances”, según Salomé Gómez Corrales, coordinadora del Grupo de Trabajo de Género.
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