Comunidades afro esperan que la Comisión sea la oportunidad para contar su verdad de la guerra
Este viernes, 21 de diciembre, se formaliza en Cali el proceso de consulta previa con una amplia participación de las organizaciones de los pueblos afro, negro, palenquero y raizal de todo el país.
La población afrocolombiana ha sido, durante los últimos 20 años, una de las más afectadas por el conflicto armado. De ello da cuenta el Registro Único de Víctimas, donde aparecen los nombres de más de 800 mil mujeres y hombres negros, raizales y palenqueros, especialmente de los departamentos de Nariño, Chocó, Valle del Cauca, Antioquia y Cauca.
De allí la importancia de garantizar su participación efectiva en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Para lograrlo, la Comisión de la Verdad realiza un proceso amplio de consulta previa que se formalizará el viernes 21 de diciembre en Cali.
“Antes de la llegada del conflicto, en Guapi se vivía bien, no había violencia, se podía andar tranquilo por las calles”, cuenta a las orillas del río, cerca de la costa pacífica caucana, Carmelina Montaño, una matrona que conoce los secretos de las plantas de este exuberante territorio, asediado por la guerra desde los años 90.
La violencia se ha manifestado principalmente en los territorios donde confluyen uno o varios actores armados y economías ilegales, como la deforestación, la minería ilegal y el narcotráfico. Casi todos ellos coinciden con los territorios tradicionales de las comunidades negras y sus consejos comunitarios, hasta donde llega la Comisión para oír sus voces.
La principal consecuencia suele ser el desplazamiento forzado; las cifras oficiales reseñan que 792 mil afrocolombianos abandonaron sus hogares por cuenta del conflicto. Muchos llegan a las grandes ciudades, especialmente a Cali, y la mayoría de ellos se asienta en la comuna 21, conocida como el Distrito de Aguablanca.
En el marco del ejercicio de concertación para la consulta previa, Arnolia Arboleda contó su historia. Tuvo una infancia feliz en El Charco (Nariño), donde se dedicaba a jugar y explorar la naturaleza y, de adulta, a la agricultura y al comercio. Fue así hasta que la presencia de actores armados, el amedrentamiento, los cultivos ilícitos y la muerte la obligaron a huir a la capital del Valle del Cauca.
Allí ha tenido que enfrentar el racismo, que en ocasiones condena a muchos afrocolombianos desplazados a trabajos mal remunerados y sin garantías de que se respeten sus derechos laborales.
El proceso de concertación con los afros, raizales y palanqueros se ha realizado en Guapi, Villavicencio, Buenaventura, Santander de Quilichao, Quibdó, Cali, San Basilio de Palenque y Bogotá. Durante el próximo año se espera ampliar la participación a Guaviare, Tumaco, San Andrés, Providencia y Santa Catalina y otras geografías emblemáticas del Caribe.
“Los negros, afros, palenqueros y raizales han vivido el conflicto de la forma más cruenta”, explica la comisionada Ángela Salazar. “No solo fueron desplazados y violentados, sino que se rompieron los lazos de confianza entre las comunidades, se afectó su forma de vida con la contaminación de las tierras y los ríos, se impidió incluso que despidiéramos a los muertos según nuestras tradiciones”, agrega Salazar, quien lidera el despliegue de enfoque étnico en los territorios y con las comunidades afro de todo el país.
Durante la concertación de la consulta previa han comenzado a perfilarse los patrones de violencia que afectaron especialmente a esta población.
“La importancia del diálogo con las comunidades negras, raizales y palanqueras radica en que hay una deuda histórica y, esta vez, una oportunidad para escuchar su verdad y conocer otra perspectiva, la perspectiva étnica”, puntualiza la comisionada Salazar.
Ángela Perlaza, quien participó en uno de los encuentros en el Pacífico colombiano, respalda este proceso de participación porque “es un espacio que abre puertas para que nuestras comunidades, nuestros territorios étnicos y consejos comunitarios afectados por el conflicto armado puedan participar en el esclarecimiento de la verdad”.
Junior Godoy, líder estudiantil del Valle del Cauca, destaca por su parte que con estos encuentros la Comisión “está haciendo la tarea; está mirando a las poblaciones desplazadas, que necesitan contar su historia y entender por qué padecieron hechos tan graves”.
Consulta previa: Los pueblos afro quieren contar su verdad
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