Declaración de la Comisión de la Verdad en el Día de las Víctimas
Palabras del presidente de la Comisión, Francisco De Roux, en el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
En esta fecha, establecida como Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas en memoria del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición invita a todos los ciudadanos y, particularmente, a los jóvenes a tener presente la tragedia del conflicto armado interno.
La Comisión conmemora este día haciendo un sentido reconocimiento a los civiles asesinados de todos los sectores sociales y etnias, a los desaparecidos, a los caídos en combate de todos los lados. Honrarlos significa acoger la obligación de luchar sin descanso para que nunca más se repita el sinsentido de la guerra que les arrancó de la vida.
La Comisión se une a más de ocho millones de sobrevivientes en el territorio nacional y más de medio millón en el exilio que llevan en sus familias, en sus tristezas del alma, en su mente y en sus cuerpos, el vacío de los seres queridos ultimados o masacrados, la desesperación por los desaparecidos, las marcas del abuso sexual, el impacto de las minas antipersona, las heridas de balas intencionales o perdidas, las rupturas del desplazamiento, la injusticia del despojo de las tierras, los traumas insoportables del secuestro, la indignación por los atracos y extorsiones, la desolación por la eliminación de organizaciones y colectivos enteros, la tristeza y la rabia por los niños que se llevaron a la guerra, los impactos dejados por las bombas y tatucos, y el drama perenne del terror y de los años de silencio.
Por la dignidad de las víctimas y de los sobrevivientes, la Comisión llama al más profundo respeto por los muertos y los vivos afectados y pide a los diferentes estamentos del Estado que se cumplan las obligaciones establecidas en las leyes de víctimas y los acuerdos firmados en la paz para garantizar la reforma rural integral y los derechos a verdad, justicia, reparación y no repetición.
La Comisión considera que los sobrevivientes, sin prescindir del dolor que los embarga ni renunciar a los derechos que les compete, tienen un papel insustituible en el momento actual que vive el país. Ellos y ellas, desde todos los lados de la sociedad, conocen en sus propios hogares y en sus cuerpos la barbarie en la que cayó Colombia, y saben también, porque les ha tocado rehacerse, que los colombianos no somos solamente violencia y que somos capaces de volver a creer los unos en los otros y a reconciliarnos y reconstruirnos en nuestras diferencias.
La Comisión ve en los sobrevivientes la fuerza moral más importante para sacar a la nación de la polarización excluyente y el resurgimiento de la violencia en que hemos caído. Ellos y ellas, porque sienten la llamada de sus seres queridos arrancados de la vida, y porque cargan las heridas y memorias, son posiblemente los únicos que tienen la palabra con autoridad ética para decir: ¡NUNCA MÁS!
La Comisión invita a que veamos en los sobrevivientes la multitud que encarna el futuro en verdad y reconciliación. Ellas y ellos somos realmente nosotros mismos. El rescate de su dignidad nos desafía para que podamos recuperar en ellos y ellas nuestra autoestima. Lo que está en juego en las mujeres y los hombres que hoy honramos es la causa definitiva, más importante que los partidos políticos, que las empresas, que las instituciones: la posibilidad de rescatarnos como seres humanos.
Bogotá, abril 9 de 2019
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