Documental ‘Infancia reclutada’: las verdades ocultas sobre el reclutamiento forzado

En la sede de la Comisión de la Verdad, el pasado 9 de diciembre, se proyectó el documental ‘Infancia reclutada’ y se sostuvo un diálogo sobre los hallazgos recabados a partir de información incautada a las antiguas FARC-EP, archivos de la justicia ordinaria, investigaciones de oenegés y universidades, y los testimonios de 1.000 víctimas que padecieron múltiples vejámenes al interior de las filas de este grupo armado.

El proyecto ‘Infancia reclutada’ fue dirigido por Alejandro Eder junto con el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP). Esta contribución constituye un aporte para la Comisión de la Verdad en su objetivo de esclarecer un actuar sistemático que permitió que más de 18.000 niños y niñas fueran reclutados, según cifras de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). También, los hallazgos del ICP muestran que el 40% del total de niños fueron llevados a la guerra siendo menores de 15 años.

Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, expresó: “Ojalá esto nos ayude a comprender hasta dónde llegó la destrucción del ser humano entre nosotros y nos ayude a recuperarnos”. En el espacio de diálogo también estuvo presente María Clara Escobar, directora del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP); María, víctima de reclutamiento y las comisionadas Lucía González y Saúl Franco.

Durante el filme se escucharon los relatos de nueve víctimas, algunas con su rostro oculto, que narraron casos de violencia sexual, aborto, tortura, malos tratos, fusilamiento de sus compañeros por supuestos actos de mala conducta y una serie de impactos físicos y psicológicos dejados por la guerra.

Asimismo, contaron cómo fueron sacados de sus hogares, usualmente ubicados en zonas apartadas donde sus familiares no tuvieron más opción que entregarlos. En las filas debieron cargar un fusil, aprender a poner explosivos, realizar emboscadas a la policía e inclusive fusilar a sus propios compañeros. Del universo de menores de edad desaparecidos, sus familiares hoy siguen esperando la verdad.

Al respecto de las víctimas de desaparición, De Roux recordó el reconocimiento de responsables a los habitantes de Caldono, Cauca. Allí exintegrantes de las FARC-EP aseguraron que desconocen el paradero de los niños y niñas del pueblo, porque fueron enterrados por sus propios compañeros y ellos también habían muerto. Y agregó: “Los que salieron libres y hoy en día tienen 18 o 20 años esperan que se diga la verdad a fondo. Yo le pido a los hombres que digan la verdad, si no lo hacen no es posible la reconciliación”.

Si bien el lema “todos son iguales dentro de las filas” estaba en los estamentos del grupo armado, las diferencias de género estuvieron marcadas durante la degradación de la guerra. A su ingreso, una víctima manifestó que le dijeron: “Si es niña acá le toca volverse machito”. Aquellas niñas que quedaban embarazadas, y deseaban ser madres, llegaron a ocultar su barriga por mucho tiempo, pero cuando avisaban a sus comandantes la orden era acabar con la vida del bebé.

María, quien padece una discapacidad a causa del reclutamiento, contó que este hecho le acabó su oportunidad de cumplir sus sueños y de disfrutar su infancia. Contó que para nadie era un secreto que son miles las víctimas a quienes les privaron de la oportunidad de tener una niñez diferente. “Nos obligaron a tener esas experiencias que nos marcaron para toda la vida, que causa mucho dolor. Tenemos que vivir con la marca, con las cicatrices y con el estigma porque tienden a vernos como victimarios”.

Un llamado al reconocimiento

Para María es necesaria la verdad, la justicia y la reparación. En representación de miles de víctimas, exigió que las verdades no queden ocultas y que este trabajo adelantado por el Sistema Integral para la Paz ayude a que haya reconocimiento de las y los responsables.

Alejandro Eder, quien también fue director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, expresó que los firmantes del Acuerdo de Paz han reconocido que reclutaron menores desde los 15 años en adelante. Sin embargo, no han aceptado públicamente los reclutamientos antes de esa edad. “El Derecho Internacional Humanitario establece los 15 años como la edad mínima para que pueda entrar en la guerra, sino es un crimen de guerra”. Además, agregó que este hecho se sigue cometiendo por otros actores armados en diferentes territorios y que “la Comisión deberá contarle al país esta verdad y la JEP deberá brindar justicia a las víctimas, porque hasta que no haya verdad y justicia se seguirá cometiendo”.

También, Eder pidió la verdad por parte de los responsables e hizo énfasis en que la justicia ordinaria necesita castigar estos crímenes, porque muchas veces estos hechos no aparecen dentro de la condena contra algún responsable o simplemente nunca hay un fallo condenatorio. “Hay por lo menos 18.000 víctimas y solo ha habido 10 fallos condenatorios. Es un delito que el que lo comete se sale con las suyas”.

La Comisión y su escucha a la niñez reclutada

Por su parte, la comisionada Lucía González destacó que las verdades de los menores de edad reclutados han sido uno de los ejes del trabajo de la Comisión. “Tenemos un capítulo de niños y niñas que venimos trabajando desde el inicio. Tenemos documentales y libros que narran esto”.

Por su parte, el comisionado Saúl Franco se dirigió a María para asegurarle que estos hechos se van a decir en voz alta y, además, dentro del Informe Final esto no estará entre líneas, sino explícitamente señalado: “Nos comprometemos a llamar la atención y buscar que la sociedad en su conjunto reaccione frente a esto”.

Al cierre, Francisco de Roux recalcó el compromiso de la Comisión de la Verdad con que estos hechos salgan a la luz e hizo un llamado para que esta práctica no se siga repitiendo en Colombia. “Tengan la seguridad que esto cae en tierra fértil y que esto llegará primero a las víctimas, segundo a nuestro diálogo con los responsables y finalmente a todo el país”, puntualizó.

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