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Comisión de la Verdad

“Esta verdad tiene dolor, pero también la esperanza de los niños y sus familias”: Francisco De Roux

La Comisión de la Verdad participó del Encuentro Internacional Palabras con Eco, sobre el rol de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la justicia transicional.

PARTICIPACIÓN | June 05 de 2019

“Esta verdad tiene dolor, pero también la esperanza de los niños y sus familias”: Francisco De Roux

El encuentro por los derechos de la niñez y la justicia transicional ‘Palabras con Eco’ fue organizado por Unicef y la Unión Europea, y contó con la participación de expertos e instituciones como el Ministerio de Justicia, la Jurisdicción Especial para la Paz, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Comisión de la Verdad.

En el evento además de discutirse el rol que tendrán las nuevas generaciones en la justicia transicional, también abordó su posible contribución al relato de la verdad del conflicto armado. “El Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición es un gran mecanismo de escucha. La palabra es el gran testificador del sujeto político que acudirá a aportar a la verdad y a la justicia, pero no debe descuidarse la palabra de los niños y sus otras formas de testificación, que no son necesariamente orales”, dijo el antropólogo Alejandro Castillejo en la conferencia inaugural.

 

Alejandro Castillejo, Antropólogo

 

“Las víctimas no necesitan que les den voz. Lo que es necesario es que la sociedad aprenda a escuchar”, agregó Castillejo, quien además resaltó los fuertes impactos en la vida de niños y jóvenes que han presenciado la guerra en el mundo y la perturbación en las comunidades por el sufrimiento causado, que es un dolor colectivo. “La violencia desestructura la vida humana. Se interrumpen los ciclos de la vida y de la muerte”.

A su vez, Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, señaló que es bueno saber que hay fuerza desde los niños, las niñas y los jóvenes para poner en primer plano la verdad y la justicia transicional. “La Comisión tiene todas sus esperanzas en el futuro de niños y jóvenes, pero también sabe del dolor y el sufrimiento que tuvieron que vivir junto a sus familias”.

 

Francisco De Roux

 

“Ellos no son responsables de lo que ha pasado, pero sí tienen la responsabilidad del futuro. Los adultos tenemos la labor pedagógica de ayudarles a comprender la barbarie que hicimos para que asuman desde ahora la no repetición y puedan transformar": continuó.

Por su parte, el consejero presidencial para los derechos humanos, Francisco Barbosa, se refirió a los retos de la infancia y la justicia tansicional: “Recojo lo que planteó el padre Francisco, en el sentido de que exista una confluencia alrededor de las víctimas, la paz y la convivencia. Es importante reconocer que al hablar de niños, niñas, adolescentes y jóvenes no puede haber un tamiz ideológico o un matiz político. Los derechos humanos se tienen o no se tienen. Son una manifestación de civilidad de una sociedad y la determinación concreta en un Estado de derecho. La Comisión de la Verdad nos contará qué pasó, pero nosotros debemos trabajar en el qué pasará”.

 

Panel participantes

 

A su turno, Patricia Linares, presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz, celebró el lenguaje desprevenido y espontáneo de los niños y las niñas y pidió seguir su ejemplo, porque “Colombia necesita estar atenta a hacer de cada instrumento un lenguaje para la paz”. 

Llamó la atención sobre la cifra de casi un millón de niños registrados como víctimas directas del conflicto armado, pero anotó que cuando se estima la cantidad de niños y jóvenes que sufren la secuela social y cultural de criarse en las lógicas propias de una guerra intensa, la estadística aumenta.

Linares resaltó la decisión del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición de incorporar el enfoque de participación de la infancia y la juventud y el apoyo de las organizaciones y de la cooperación internacional.

“El mayor estímulo que recibo en mi labor proviene de los jóvenes y niños. Nos dicen “no queremos más guerras”. Es un estímulo que supone también una responsabilidad mayor del Sistema, porque ellos merecen un presente y un futuro. No es retórico; tenemos una constitución nacional que debe ser garantista de ese derecho a no vivir en guerra”.

Finalmente, expresó que su sueño es lograr una generación en paz: “niños con memoria y niños con voz para construir una paz estable y duradera”. 

 

Participación significativa de niños y jóvenes

La participación significativa fue otra de las preocupaciones que se hizo manifiesta. Y con ella, la invitación a ir más allá de los escenarios formales y convencionales, para crear espacios de confianza donde ellos y ellas pueden dialogar con libertad y donde emerja una historia compartida.

“En un taller en Barrancabermeja, los jóvenes expresaban su miedo a hacerse insensibles, miedo a dejar de tener miedo y a mirarse en el espejo donde se miran todos los demás, miedo a morir sin saber por qué”, relató el comisionado Carlos Martín Beristain. Por ello valoró que la justicia transicional permite espacios significativos para conversar sobre temas para los que nunca hay tiempo y para comprender impactos diferenciales.

En el panel sobre el rol de niños, niñas y adolescentes en la justicia transicional, el comisionado señaló que la Comisión de la Verdad indagará sobre impactos, afrontamientos y también las demandas o solicitudes que resulten de la consulta a esta población.

Además, dijo que el esclarecimiento de la verdad sobre cómo fueron afectados niños y jóvenes será no solo una verdad que cuente sino que también explique y que, a su vez, debería movilizar una empatía amplia que involucre al gobierno, las instituciones y la sociedad en su conjunto.

“Será importante que sus relatos conecten con una empatía social, para que la sociedad sepa el impacto de lo que les pasó y sea un tema de país. Esa voz directa con sus experiencias será muy potente para ser escuchada y ponerse en su lugar. Cuando la sociedad colombiana vea a los niños y los jóvenes como a sus propios hijos, se va a movilizar una energía transformadora”, explicó.

Se refirió, además, a los diferentes tipos de experiencias en el conflicto armado, muchas de ellas traumáticas: “Han sido víctimas de minas, han sufrido atentados, han sufrido masacres, muchos han vivido directamente experiencias de violencia, han perdido familiares y enfrentan procesos de duelo”. Por eso, anotó que la metodología contempla distintas formas de expresión a través de la lúdica y el arte, para que emerjan sus relatos, pero también se tiene en cuenta las condiciones psicosociales.

El soporte social –como el ámbito familiar y comunitario– es clave para analizar variables en las condiciones psicológicas que pueda haber después de un hecho traumático. Si se ha desestructurado la familia, el sufrimiento pueden ser aún más profundo y queda un impacto que está oculto en niños, niñas y jóvenes.

Reiteró que la partipación también se va a dar en la comunidad de Colombia en exilio, que hace parte de la segunda y tercera generación de una verdad que está fuera de las fronteras del país.

Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes están en las comunidades y en las escuelas, y esos también son escenarios donde se exhumarán verdades colectivas.

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