“Estamos escuchando no solo con los oídos, también con el corazón”: Saúl Franco
Próximo a iniciar el periodo oficial del mandato de la entidad, el comisionado hace un balance de cómo se ha emprendido la misión encomendada.
Durante los seis meses de alistamiento, previstos en el Decreto 588, la Comisión de la Verdad ha enfocado sus esfuerzos en escuchar en terreno a los protagonistas del conflicto armado en Colombia.
De acuerdo con el comisionado Saúl Franco, en este corto periodo han escuchado a decenas de personas “no solamente con los oídos, también con el corazón”. Asegura que es necesario ponerse en los zapatos del otro para conocer su versión, que es “importantísima y tiene una dosis de dolor propio, de desgarro, de alteración de su intimidad, de su integridad física o la de su familia”.
Desde mayo, la Comisión ha realizado ejercicios exploratorios de escucha con empresarios, militares, víctimas, sindicalistas, representantes de organizaciones populares, grupos étnicos y de mujeres, entre otros.
“Nosotros hemos estado prácticamente en todo el territorio y vamos a seguir ahí”, dice el comisionado.
Para facilitar este compromiso, se dividió a Colombia en 10 territoriales, nueve en el país y una internacional. Las regiones se priorizaron teniendo en cuenta, en primer lugar, la intensidad y la dinámica de la guerra y, segundo, las identidades geográficas, históricas, culturales y étnicas del conflicto.
Según este médico de profesión, uno de los retos más grandes del organismo es el de “despertar en el país el hambre de verdad. Que la gente sienta ganas de saber la verdad no solo de las víctimas o de los responsables, sino de quienes han estado casi como observadores”.
En palabras del comisionado, el mayor valor histórico que puede obtener la Comisión es el de desnudar la verdad del conflicto armado. “Nosotros no podemos quedarnos ni con verdades a medias, ni con verdades convencionales. Tenemos que hacer un esfuerzo enorme, supremo, por tratar de descubrir esas verdades, desbaratar esas mentiras, de complementar esas verdades a medias y de tratar de llegar a un relato consistente, casi irrefutable”.
“Estoy convencido de que hay que pasar la página, pero hay que pasarla bien; con verdad, esclarecimiento, responsabilidades y con el compromiso colectivo de tratar de superar esto”.
Aclara que la comisión no puede quedarse solo en el pasado, sino que debe fundamentarse en el futuro. “Una comisión que se quede mirando hacia atrás, está equivocada y es miope”, sostiene.
Franco Agudelo es optimista y cree que la comisión va por buen camino para lograr, en el tiempo justo, el cumplimiento del objetivo de preparación y emprender un trabajo de fondo, sintonizado con toda la población colombiana. Reconoce que es una tarea difícil para una organización que tiene una vida de tres años.
Aclara que la labor que ejerce la comisión no revictimiza, por el contrario, reconoce dignidades y desestigmatiza. “Creo que la verdad tiene un doble poder. La verdad ayuda a curar la herida, a quitar la infección, porque la infección es la falta de verdad, de incertidumbre, las verdades a medias, la imposición de relatos, la curación es un relato creíble”.
Franco resalta que en todo este proceso la presencia de Francisco de Roux en la cabeza de la Comisión es una garantía ética, política, intelectual y humana, para la organización y para Colombia.
Así mismo, el académico indica que este corto periodo ha servido para organizar la ‘casa’, la cual “debe tener un reglamento interno, metodología para el trabajo, estructura organizativa, presupuesto, planta de personal, etc.”.
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