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Comisión de la Verdad

Las armas de las FARC terminaron en ‘Fragmentos’

La obra de Doris Salcedo se opone conceptualmente a la noción misma de monumento y se define como un contramonumento.

ARTE | December 21 de 2018

FOTOS | Museo Nacional de Colombia

‘Fragmentos’, obra de la escultora Doris Salcedo, está instalada en una casa de 800 metros cuadrados del centro de Bogotá. Fue elaborada con 37 toneladas del armamento que las FARC entregaron a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, como parte del Acuerdo de Paz firmado con el gobierno colombiano en noviembre de 2016.

Es una obra colectiva que contó con la participación de veinte mujeres víctimas de violencia sexual de diferentes actores armados, procedentes de distintos territorios del Colombia. Las víctimas martillaron las láminas hasta crear las partes de un piso gris, con pliegues que representan sus historias, sus miedos, las cicatrices de su dolor y su esperanza.

“Martillé de rabia, martillé por mí y por otras”, dice una de las protagonistas en el documental que complementa la obra con testimonios de los participantes.

 

Para Salcedo, esta es una guerra sin ganadores. Por eso quiso hacer lo que ella llama un contramonumento, en la medida que no rinde homenaje a los guerreros, no pretende expresar belleza ni construye un relato triunfalista.

“Cada colombiano trae sus memorias y las traerá a este sitio para completar esta obra inconclusa”: Doris Salcedo.

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La Comisión de la Verdad habló con los visitantes, para conocer su experiencia al transitar por la obra.

Laura, 38 años, profesora

La escultora quiso poner en evidencia las vidas que se han salvado con la dejación de armas de una guerrilla con más de 13 mil miembros. “Esta obra es el testimonio de que esto sí ocurrió”, recalca Salcedo.

La casa, ubicada en la Carrera 7 No. 6B-30 de Bogotá, es una sala alterna del Museo Nacional. La entrada es gratuita y está abierta a todos los públicos.

Su autora entiende el escenario como un espacio de memorias vivas porque a cada paso también se activan las experiencias propias.

Elena Restrepo, 35 años

La escultora quería que fuera una obra neutra, vacía y silenciosa, en la que pudieran estar todas las voces, como un camino hacia la reconciliación.

Es complicado entender cómo esas personas que estaban al borde de la violencia, sobre todo las mujeres, sintieron esos momentos y a través de esta manifestación nos transmiten mucho dolor, mucho sacrificio y especialmente el deseo eterno de reconciliación y de paz.

José Jairo Velosa, 46 años

Las emociones varían. Para algunos, es un momento de tristeza que conecta con los rencores del pasado; para otros, es el poder transformador que los lleva a una proyección del futuro. A veces todas las emociones se juntan.

Cada año se exhibirán dos obras que narren el conflicto, como lo explica la mediadora María Mónica Fuentes.

La artista destaca el papel de las víctimas y busca que su obra sea neutra y que no represente una opinión en particular, sino que convivan varias opiniones en su diversidad.

Beatriz Barros, 71 años. Procedente de Cali

En general, los visitantes más desprevenidos se desconciertan con el piso, pero luego de caminarlo resaltan la sensación física y emocional que les produce.

Para otros, cada baldosa representa un rito silencioso con sus propias biografías del dolor, que se dignifica en una obra de arte.

Michael Morales, 28 años.

Se dejaron de disparar 9 mil armas que, convertidas en arte, simbolizan a quienes padecieron la guerra; a los ausentes y a los sobrevivientes.

 

“Si se pueden fundir las armas, también se puede fundir el odio de este país”

TRAILER FRAGMENTOS from thebigstoryfilms on Vimeo.

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