Los orígenes del conflicto armado en la Macrorregión Centroandina
El pasado viernes 26 de junio la Comisión de la Verdad realizó el conversatorio virtual ‘Orígenes del Conflicto Armado: en la búsqueda de verdades históricas entre luchas, órdenes y poder’.
Una parte de la misión encomendada a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, consiste en promover y reconocer el contexto histórico, los orígenes y las múltiples causas del conflicto armado interno en el país.
Frente a este tema han sido conocidas en el país diferentes investigaciones y producciones en torno a explicar las causas de la génesis del conflicto, sin embargo, para la Comisión resulta relevante profundizar en aquellos vacíos o aspectos no analizados antes, para brindar nuevas miradas frente a la multiplicidad de variables que surgen al momento de abordar la génesis del conflicto, lo cual permite abandonar la idea de un único origen, para concebir desde distintos aspectos la correlación de situaciones, contextos y vivencias, en diversos espacios geográficos y en periodos de tiempos distintos.
El conversatorio ‘Orígenes del Conflicto Armado: en la búsqueda de verdades históricas, entre luchas, órdenes y poder’ surge como un espacio de escucha, análisis y reflexión de los aspectos éticos y políticos menos conocidos que dieron lugar a la configuración de los actores, del territorio, sus intereses, e incidencia en la territorialidad en el conflicto armado colombiano.
Este conversatorio, desarrollado el pasado 26 de junio, contó con la participación de Carlos Guillermo Ospina, comisionado de la Comisión de la Verdad; Fernando Osorio Cuenca, exgobernador del departamento del Tolima; José Jairo González Arias, director ejecutivo del programa Huipaz; Teófila Roa, lideresa indígena del Tolima; y estuvo moderado por Martha Obregón, coordinadora de la Macroregión Centroandina de la Comisión de la Verdad.
El diálogo inició bajo la pregunta: ¿Cuál es la relevancia del conflicto por la tierra en el Huila y el Tolima, entre terratenientes, ligas campesinas y resguardos indígenas en el origen del conflicto armado en Colombia? El primer invitado en responder a este cuestionamiento fue José Jairo González quien afirmó que “es la tierra la que ha movido la violencia desde los inicios”, y realizó un recorrido desde la época de la conquista y la colonia, sobre cómo a través de las lógicas de expansión se despojó de sus tierras a los indígenas y se configuraron unos nuevos roles sociales: terratenientes y colonos o trabajadores.
Asimismo, González rescató el rol de los indígenas como pijaos, coyaimas, natagaimas, entre otros, quienes a pesar de ser desplazados, perseguidos y masacrados, se resistieron y organizaron, desde 1910, bajo el liderazgo de Quintín Lame que unificó varios pueblos indígenas del Cauca, Huila y Tolima para reivindicar el derecho a la tierra y su autonomía como pueblos originarios.
Esa presión indígena y social obligó al gobierno de Alfonso López Pumarejo, a expedir la Ley de Tierras o Ley 200 de 1936, que atendía la tan anhelada reforma agraria, que poco a poco según González fue quedando obsoleta debido a la presión de terratenientes, conservadores e incluso algunos liberales que con la democratización y legalización de las tierras vieron amenazados sus capitales políticos y económicos.
Luego de esta intervención surgió la duda sobre ¿Qué importancia tiene la economía cafetera en el origen del conflicto armado en el Tolima y el Huila? A esto Fernando Osorio Cuenca, afirmo que posterior a la crisis de los grandes hacendados cafeteros en los años 30, el Banco Central Hipotecario asumió la propiedad de las tierras organizando su distribución, dejando por fuera a los peones, que al darse cuenta se propusieron invadir los terrenos reclamando la propiedad apoyados en la ley 200 de 1936, así empezó un proceso de colonización y “surgieron las guerrillas en los cafetales, porque estas eran siembras en terrenos baldíos, ósea el cafetero no tenía la titularidad de la tierra, sino solamente la de los sembrados; y cuando explota la persecución a raíz del asesinato de Gaitán, se incrementaron las tensiones entre las campesinos y Gobierno, se iniciaron enfrentamientos entre autodefensas campesinas o guerrillas liberales contra grupos contraguerrilla como los Chulavitas y los Pájaros, financiados por terratenientes y el mismo partido Conservador que gobernaba en aquella época”, concluyó el exgobernador del Tolima.
Por otro lado, Osorio señaló que los mismo fundadores de las FARC-EP, fueron campesinos caficultores que no encontraron garantías en el Gobierno, y aunque hubo una esperanza de que se solucionara el conflicto por la tierra con Gustavo Rojas Pinilla, incluso alentada por la negociación en Villarrica entre Gobierno y las guerrillas liberales, pues no hubo reforma estructural y algunos desmovilizados como Charro Negro fueron asesinados, lo que impulsó la creación de las “Repúblicas Independientes” del Pato, Guayabero, Riochiquito, Marquetalia, entre otras, que configuraron el génesis del conflicto.
La pregunta que cerro el conversatorio fue ¿Cuál es el papel del estado y la iglesia en el origen del conflicto armado en el Huila y el Tolima? Las respuestas de los panelistas a esta cuestión coincidiero con las palabras de Teófila Roa quien expresó que “la iglesia católica como institución jerárquica todo el tiempo ha estado en el poder y ha participado de ese conflicto, ha estado involucrada en el sentido en el que lo promueve con sus prácticas de discriminación; para los indígenas ellos fueron los que le entregaron las tierras a los españoles, luego también el sometimiento ideológico, que se convirtió en una forma de enseñanza, afirmando que los indígenas no existían en el Tolima, porque ellos quisieron borrar a los pijaos de la historia, así como también lo hacían con los campesinos”, concluyó Teófila.
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