“Necesitamos una verdad que dignifique a todas las víctimas para generar un escenario real de reconciliación”

De acuerdo con el Registro Único de Víctimas de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas (UARIV) en el desarrollo del conflicto armado en Colombia se han presentado cerca de 29.836 homicidios contra soldados, de los cuales 9.773 se dieron contra miembros de esta división.

A esto se suma que, según la UARIV, existen 5.897 casos reportados de militares víctimas de desaparición forzada, de los cuales 1.906 fueron registrados en jurisdicción de la Séptima División, que opera en Antioquia, Córdoba, y Chocó, así como algunos municipios de Sucre, Santander, Bolívar y Boyacá.

Estas victimizaciones sufridas por miembros de la Fuerza Pública son de vital importancia para la Comisión de la Verdad en su búsqueda de generar un relato incluyente y que contenga todas las voces de todos los sectores que participaron y se vieron afectados en el marco del conflicto armado interno.

En el arranque del Espacio de escucha, el Teniente coronel Mauricio Cely Ávila, director de apoyo a la transición, expresó el objetivo de este encuentro: “Estamos en la disposición, voluntad y compromiso de aportar a la construcción de una verdad amplia y plural; que dignifique a todas las víctimas del conflicto armado para generar un escenario real de reconciliación. Este es un espacio clave en la escucha plural de todas las víctimas. Esto nos lleva a conocer a las militares víctimas y así resaltamos la humanidad de la víctima militar y de su familia. Los militares somos sujetos de derechos, los cuales no pueden ser desconocidos por el hecho de portar un uniforme”

Posteriormente, el comisionado Carlos Ospina, destacó el valor de este Espacio de escucha y de la necesidad que tiene el país de conocer el dolor humano que han vivido los miembros de la fuerza pública afectados en el marco del conflicto armado: “Ustedes sufrieron el conflicto en carne propia. Conocer sus historias es conocer la historia del conflicto armado desde la institucionalidad. El pueblo colombiano conoce poco del sufrimiento suyo y el de sus familias. Y sabemos que a los militares nos preparan para el rigor del combate, pero a las familias nadie las preparó. Cuando uno habla con los militares víctimas escucha que quieren justicia y verdad. La verdad, sin la verdad de los militares, no es una verdad completa”.

Tras estas intervenciones, se dio espacio a las víctimas. Primero habló Luis Alberto Vélez, soldado profesional pensionado; luego siguió Juan Carlos David López, sobreviviente de la batalla de Dabeiba. Los dos narraron los hechos violentos en los que fueron heridos, pero donde, además, vieron como guerrilleros asesinaron, con tiros de gracia, a sus compañeros heridos.

Luego vino la intervención de Carlos José Pestana, padre del soldado desaparecido Luis Pestana Misa, quien recalcó su deseo de encontrar los restos de su hijo: “Mi hijo desapareció en zona urabeña en el año 98; yo solo quiero recuperar sus restos. Mi esposa perdió la razón, no habla, todo ese sufrimiento tuvo ese impacto. Pero tengo fe en Dios de que pronto podamos recuperar los restos de él. ¿Cuántas personas más no hay en el país sufriendo lo mismo que nosotros?”.

A esto se sumó la voz de Luis Fernando Henao, hijo del cabo segundo Luis Henao, desaparecido también en 1998: “Para mí ha sido muy fuerte crecer sin mi padre. Fue muy difícil no ver a mi papá en mi niñez. Y es que mi papá no me abandonó, a mí me lo quitaron. Me lo quitó la guerra, y yo crecí con el dolor de no saber nada. Crecí esperando siempre noticias de mi papá”.

Para el cierre, de nuevo intervino el comisionado Carlos Ospina para dar cierre al espacio: “Escuchar estos testimonios es uno de los ejercicios más duros. A mí me duele mucho como ser humano, como colombiano, como comisionado y como militar. Es triste porque yo lo viví directamente. Resalto el valor de quienes nos contaron su dolor en primera persona y quiero destacar la importancia de estos testimonios para la Comisión de la Verdad, porque queremos que Colombia escuche estas voces”.