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Comisión de la Verdad

Mujeres relacionadas directa e indirectamente con el Ejército Nacional aportan sus testimonios para el esclarecimiento de la verdad

A inicios de junio se realizó un espacio de escucha privado con estas mujeres que aportaron sus testimonios para el proceso de la Comisión de la Verdad.

ENCUENTRO | July 09 de 2021

Mujeres relacionadas directa e indirectamente con el Ejército Nacional aportan sus testimonios para el esclarecimiento de la verdad

Este espacio buscaba dar a conocer lo que ha significado para las mujeres ingresar al Ejército, una institución que tiene una trayectoria principalmente masculina, y a la par mostrar lo que han vivido algunas de ellas como víctimas en el marco del conflicto armado.

Por parte del Ejército Nacional acudieron al encuentro el teniente coronel Mauricio Cely, la mayor María Fernanda Cifuentes, la sargento mayor de comandos Sandra Vargas, la teniente coronel Elizebeth Vélez Salazar, la cabo tercera Julieth Paola Pushaina Epiayu y Lilia Vargas, madre del sargento segundo Fernando García Vargas quien fue víctima de desaparición forzada. Estas cuatro mujeres acudieron como testimoniantes y tres de ellas contaron las motivaciones que tuvieron para incorporarse al Ejército.

“A la mayoría de las mujeres wayúu se nos enfoca en que estamos preparadas para la casa y eso es algo que yo no quería, yo quería salir, yo quería conocer yo quería hacer algo diferente. Lo más duro fue vivir la descultura, salir de la ranchería y adaptarse a la vida militar, llegar a la escuela de formación. Hoy todo el mundo dice ‘¡ay una mujer wayúu! ¿cómo hizo? ¿cómo salió?”, expresó Julieth Paola Pushaina, primera mujer militar indígena wayúu del resguardo Zahino

También, las tres asistentes narraron sus historias de resistencias y recordaron los hechos victimizantes que padecieron por su relación con el Ejército Nacional. Lilia Vargas, madre de Fernando García, sargento segundo adscrito al Batallón Calibío de la Brigada 14 en Puerto Berrío, Antioquia, desaparecido el 4 de julio de 2004, compartió con las personas que la escuchaban como fue la búsqueda de su hijo: “Yo comienzo a elaborar en mi mente qué puedo hacer por él, cómo lo buscó, qué hago. Entonces le escribo a la Cruz Roja, al batallón, al comandante de las Fuerzas Militares, a derechos humanos. Comencé a llevar las cosas sola, anulé generar dolor en mis otros hijos, en mi esposo, y me fui a escondidas para Monserrate a las cuatro de la mañana. Yo caminaba, y caminaba y caminaba, y volvía a bajar a pie. Yo no sentía cansancio, yo no sentía hambre, yo no dormía, no comía. Llegué a pesar 34 kilos. Sigo adelante, sin desfallecer, solo con la ayuda de Dios”.

Alejandra Miller Restrepo señaló la importancia de este espacio, recalcó que la Comisión de la Verdad tiene la tarea de contarle al país lo que ha pasado con las mujeres en el conflicto armado colombiano, los dolores que han sufrido desde los distintos lugares en donde les ha tocado vivir la guerra y concluyó: “Compartimos todas la necesidad de que esto no se repita: que otras mamás no vivan lo que a Lilia le ha tocado; que otras mujeres no vivan lo que le ha tocado a la coronel o que las mujeres que quieran cumplir sus sueños en cualquier escenario lo puedan hacer como la cabo Pushaina. Las hemos escuchado a ustedes, también a las víctimas de la sociedad civil, a mujeres de las guerrillas y al final creo que compartimos muchísimas cosas de ese encuentro en el dolor, porque las mujeres no hemos sufrido estos dolores solamente en la guerra, lo hemos vivido también en las familias, en las comunidades, en distintos lugares y creo que ahí donde nos juntamos, es donde podemos hacer propuestas que nos ayuden también a salir de estos dolores que nos duelen a todas”.

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