Sanar, el sexto episodio de ‘La fuerza de mi voz’
En este capítulo Martha Domicó, mujer indígena de Tierradentro, Córdoba, habla de su liderazgo, del asesinato de su padre y del camino que debemos emprender para sanar.
“Yo decía —¿mi papá por qué se atreve a hacer esto? —. No me dejaba tranquila, yo nunca vivía tranquila, yo vivía con ese miedo ahí, preocupada de que mi papá no dijera nada. Yo no quería escuchar noticias malas, yo no quería escuchar esas cosas”. Así inicia el relato de Martha Domicó, con los recuerdos de cuando se enteró de que, a su padre, Kimy Pernía Domicó, líder indígena embera katío, lo amenazaba un grupo de paramilitares.
Martha recuerda a su padre, asesinado en 2001 a manos del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, a través de las palabras y los estados de ánimo que experimentaba en su niñez, mientras él denunciaba y trabajaba en contra de la construcción de la hidroeléctrica de Urrá I, finalmente edificada en Córdoba. Al narrar la relación con su padre, Martha habla del papel de quienes han defendido el agua en Colombia, es decir quienes han puesto en el centro a la vida, no solo humana, sino de todas las especies que habitan el planeta. También habla del padecimiento histórico de los pueblos indígenas en Colombia, de la exclusión y de la suspensión de la democracia.
“¿Qué he querido yo?, ¿qué busco yo?: que de responder con guerra no ganamos nada. Yo no llevo odios con nadie, no le llevo rencor a nadie. Mi papá no vive ya, no existe, pero sé que su organización continúa; es lo que a mí me anima a seguir adelante”.
Las memorias de Martha también reflejan su lucha por ganarse un lugar en una organización indígena en la que solo los hombres ocupaban cargos. La negación de Martha por cumplir con los roles asignados a las mujeres en su comunidad permite explorar las trayectorias de resistencia de las mujeres indígenas, quienes no solo han debido luchar contra el Estado y los grupos armados, sino enfrentar a sus conciudadanos para que las reconozcan como iguales y como sujetas políticas, capaces de liderar procesos emancipatorios. La historia de Martha permite también reconocer las voces de las mujeres en general y su batalla en contra del patriarcado.
“Comencé a estudiar y terminé el bachillerato. De ahí empecé a participar como profesora. A los 16 años empecé a ser educadora de los niños de la comunidad. De ahí, como docente, dije que quería aspirar a la organización; quería ser así como mi papá. Me metí y me decían —usted no está invitada, usted no puede estar aquí en esta reunión —, así me trataban. Yo decía —no, yo no estoy invitada, pero quiero estar ahí. Yo puedo escuchar, yo tengo derecho a escuchar, yo sí puedo estar en esta reunión —, y me metía. Y en el 2002 asumí como gobernadora de las mujeres, y de ahí empecé a trabajar con ese papel. Después, como mujer, asumí la vocería en la minga”.
Para finalizar su historia, Martha envía un mensaje de aliento para seguir en el camino de la búsqueda de la paz y no repetición de la guerra: “¿Qué les digo a las personas y a los jóvenes? Les digo que no vivamos de la guerra, del odio y del rencor, porque el odio lo que lleva es a la guerra”.
Los y las invitamos a escuchar este episodio sobre Martha Domicó, a detenerse en sus palabras, a escuchar lo que tiene para decir sobre su vida, su pueblo y Colombia ↓↓
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