“Hay que dignificar y sacar las armas de la política para construir una verdadera paz”: Marta Ruíz
Esta fue una de las conclusiones del espacio ‘Democracia, otra víctima del conflicto en el Magdalena, Cesar y La Guajira’.
La comisionada, Marta Ruíz, en las conclusiones del diálogo virtual ‘Democracia, otra víctima del conflicto en el Magdalena, Cesar y La Guajira’, realizado por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, dijo que el propósito principal del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc es el de sacar las armas de la política, “para que distintas personas de distintas ideologías puedan competir con las mismas reglas del juego y sobre todo con tranquilidad, libertad y verdadera capacidad de competir”.
Este espacio de escucha representó una oportunidad para oír las voces de los representantes de colectividades de esta región del Caribe que vivieron las consecuencias de la guerra durante el ejercicio de sus actividades políticas y democráticas.
La comisionada Ruiz dijo que erradicar la violencia implica no solo erradicar las muertes, sino también las amenazas, las intimidaciones y la estigmatización, de las que aseguró “han hecho mucho daño, porque el paso que hay entre señalar o estigmatizar a alguien y luego que un actor armado pueda agredirlo, es muy pequeño”.
Agregó que dignificar la política “es lo único que nos garantiza que podamos construir paz” y sostuvo que el único instrumento real que tiene una sociedad para cambiar, para resolver sus conflictos y sus problemas es la política y que, si no se logra hacer de la política un ejercicio de deliberación pública, justo, incluyente y participativo, “va a ser muy difícil que superemos las violencias, la del conflicto armado y las otras, como las violencias mafiosas y criminales”.
Manifestó que estos tipos de violencias es lo que ha encontrado la Comisión en el ejercicio de esclarecimiento y dijo que estas violencias “atentan contra el ejercicio de la política, porque interfiere en los resultados políticos de estas regiones”. Sostuvo que por eso la Comisión se comprometió a nombrar los fenómenos violentos con nombre propio, “porque son como el gran dique que se le pone a la democracia”.
“La democracia tenemos que cuidarla todos los días”, insistió y aseguró que para la para la Comisión es importante entender el impacto del conflicto en el funcionamiento de la vida política de la región y el país.
En ese sentido dijo que para la Comisión también es importante preguntar si en el Magdalena, Cesar y La Guajira hubo prensa libre, si se silenciaron a muchos periodistas durante el conflicto. “Hay que también preguntarnos por el problema del pluralismo, si unas cuantas familias dominaron todo, todos estos son elementos que hacen precaria la democracia de esta región”, dijo.
Durante este escenario de diálogo, una de las voces invitadas fue la de la presidenta ejecutiva del Partido Alianza Verde en Magdalena, quien dijo que durante el conflicto armado en su Departamento “la democracia sufrió un acorralamiento”. Aseguró que durante la guerra “la democracia no funcionaba, la gobernabilidad quedó en entredicho porque la premisa fue la de ‘hacer la guerra para acabar la política”. Sostuvo que las mujeres durante esta época de violencia sufrieron altos índices de afectaciones. “Las mujeres fueron violentadas, abusadas, sus hijas fueron entregadas a capos”, añadió.
Entre tanto, la integrante del Partido Unión Patriótica, Anabel Zúñiga, dijo que durante el conflicto “nosotros perdimos una generación”, en referencia a los impactos que la violencia causó en la juventud del Magdalena. Agregó que ahora prima la idea de construir resistencia para la no repetición. “Empezamos un pare de la idea de presentarnos como víctimas”, dijo y agregó que hay una desesperanza entre los jóvenes por la guerra sucia que ha sufrido el ejercicio político en el país y que estas generaciones tienen el derecho a la desesperanza.
Por su parte, Xavier Estrada, líder del Partido Alianza Verde en Cesar, dijo que en esta región del Caribe hubo un emergente y progresivo surgimiento de liderazgos, de nombres de líderes que cautivaron a la ciudadanía y que durante el conflicto fueron perseguidos y, en muchos casos, asesinados. Citó el ejemplo de Fernando Rincón, quien fuera alcalde de Aguachica y promovió la iniciativa de la Consulta por la Paz. También se refirió a las afectaciones y percusiones que sufrió la dirigencia sindical del Cesar durante lo que llamó “la época dorada” de este sector y dijo que esta represión y actos de violencia contra líderes sindicales es la causa de que en estos tiempos la dirigencia actual no tenga la misma influencia y brillantez de aquellos tiempos. Sostuvo que el detrimento de los sindicatos es una de los impactos del conflicto a la democracia en el Cesar.
Astrid Ariza, presidenta del Directorio Departamental del Partido Liberal de La Guajira, dijo durante el panel que La Guajira, el Cesar y el Magdalena han sufrido los embates de la guerra, pero insistió en que es importante que se siga luchando por la paz y el cumplimiento y defensa del Acuerdo de Paz. “Hay que insistir en nuevos acuerdos con los nuevos grupos armados que han surgido para poder vivir en paz, una paz duradera y también es importante que se conozca la verdad, la reparación de las víctimas, el perdón y la no repetición para una convivencia política y lograr el desarrollo de los departamentos y el país”, sostuvo.
Dijo que la dirigencia política necesita protección y también pidió educar a la ciudadanía para que pueda acceder a los puestos de liderazgo y mantener cuidado para preservar su integridad: “A los que nos gusta la política sabemos que esto trae consecuencias”.
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