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Comisión de la Verdad

“El secuestro es un crimen de guerra que pega sobre Colombia y toda la humanidad”

Palabras de Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, durante el Encuentro por la Verdad ‘Vivos, libres y en paz: reconocimiento sobre los impactos y afectaciones del secuestro en Valle del Cauca’.

ENCUENTRO POR LA VERDAD | June 26 de 2021

“El secuestro es un crimen de guerra que pega sobre Colombia y toda la humanidad”

 

Buenos días a ustedes familiares y participantes afectados profundamente que vivieron estos secuestros, que conmovieron profundamente a esta ciudad. Gracias a los que no vinieron, pero que siguen este evento y participan de corazón.

Siendo parte de Cali, como es mi familia, y siendo parte muy cercana de las familias de ustedes que sufrieron estas cosas tanto en la iglesia de la María como en el Km. 18, como en la Asamblea del Valle, como en el caso de mayor (r) Solórzano.

Un encuentro como estos, me conmueve inmensamente y no puedo menos que sentirme muy tocado por lo que está pasando aquí. Gracias por su presencia, como realmente quisiéramos que este acto, sea un acto de dignificación a su grandeza humana, de cada uno de los que sufrieron, tan profundamente. por este crimen espantoso. De todos los crímenes en Colombia que son muchos: el desplazamiento forzado, la destrucción de pueblo, las masacres de 100 personas, el arrastre a la selva de grupos de 200 y 300 soldados. La cantidad de guerrilleros sin piernas. La cantidad de muchachos y muchachas asesinados por falsos positivos y presentándolos como guerrilleros muertos en combate, o las minas antipersona.

De todos esos crímenes, el más inhumano, el que más golpeó a la sociedad Colombia, fue el crimen del secuestro. No fue un error como nos dijeron en algún momento los miembros de la guerrilla de las FARC-EP: “Estamos arrepentidos por ese error”. No, un error es cuando uno dispara tratando de matar un conejo y le pega a una gallina, eso es un error, por un error uno pide excusas, pero esto es un crimen. Un crimen es cuando utiliza su libertad humana, porque, pudiera perfectamente no hacerlo y utiliza su libertad para hacer un daño máximo a las personas secuestradas, a sus familias, a los niños, a una sociedad y se sostiene durante años, ejerciendo la libertad para mantener la gravedad de lo que ha hecho.

Eso es un crimen de guerra y un crimen que no solamente pega sobre Colombia, toda la humanidad y esto es lo profundo de la comunidad internacional articulada con nuestra sociedad de Cali hoy y con el mundo. Este evento lo están viendo a nivel internacional. Esto es un crimen que el mundo entero resiente, porque todos sentimos, cualquier hombre o mujer que vive en Alemania, Japón, Inglaterra o que viva en Ecuador siente, aquí me están golpeando a mí como ser humano y yo como ser humano no puedo permitir que estas cosas sigan pasando en la tierra, en esta humanidad, hoy en día, unida tan profundamente.

Yo, muchas veces, no solamente leyéndome el libro escrito por una de las víctimas de la iglesia de La María que recibí de ustedes, sino también dándole vueltas a lo que fue esa subida por las montañas de los Farallones de Cali a los secuestrados y secuestradas del Km. 18. Como pensando y dándole vueltas al drama de la expectativa de las familias del secuestro de los diputados. Muchas noches me he pasado dándole vueltas a eso y recordando el dolor de los niños que también los hemos encontrado y la tragedia de todas partes en la ciudad y siento hoy con ustedes de una manera muy particular, esa profundidad del secuestro y del dolor, también de la rabia que esto desata y de la enorme dificultad de enfrentarse contra lo que es definitivamente intolerable, que no puede más volver a ocurrir en nuestra sociedad.

Esta semana nosotros hemos tenido en la Comisión momentos muy fuertes. Después de tener primero a Ingrid Betancourt en un encuentro virtual entre ella y los miembros de Farc, le pedimos a Ingrid que viniera ya ella, aquella vez que habló virtualmente, sacudió a la gente del Secretariado de las FARC-EP y después de eso ellos produjeron este documento en que utilizaron exactamente la palabra infierno. Nosotros sometimos a un infierno a las personas que secuestramos, utilizan por primera vez la palabra secuestro, y no solamente a ellos, sino también a sus familias, dijeron en el documento. No solamente infringimos nuestra dignidad, destruimos, vulneramos la dignidad de ellos y arrasamos contra nuestra legitimidad. Eso fue muy importante, pero esta vez la Comisión quiso invitar a Ingrid a que viniera físicamente a Colombia. Hicimos para que ella pudiera llegar hasta, por supuesto estamos inmensamente agradecidos, porque para Ingrid encontrarse con sus captores era muy difícil y sin embargo dio el paso, estuvo con nosotros. Ustedes la escucharon y como me decían algunos de ustedes, antes de iniciar la conversación. Ustedes se sintieron representados en ese grito de dignidad expresado con tanta fuerza y con tanta determinación.

Un momento que fue difícil para todos. Créanme, para nosotros en la Comisión estas cosas están lejos de ser fácil, porque tratamos de contenerlos a todos. Tratamos de contener el dolor inmenso de las víctimas, que es lo primero, la dignidad arrasada y golpeada en todas las formas y con eso también la dignidad del país y al mismo tiempo los hombres y las mujeres, porque esto nos cuesta y esto nos es claro que resolvieron un día como lo vimos en la Habana decir “esto es irreparable lo que hemos hecho, esto no tiene manera de arreglarse. Hemos causado tanto dolor ¿cómo reparar tanto sufrimiento? Lo único que podemos hacer, serio, grave es hacer la dejación de las armas y comprometernos con todos ustedes de que jamás volveremos a la guerra”. Y estos hombres del Partido Comunes, nos consta, los hemos acompañado, lo sabemos, les tenemos confianza, lo han hecho a pesar de que les han matado 280 compañeros. A pesar, que algunos de ellos, ustedes lo saben, “El Paisa”, “Santrich”, “Márquez” desertaron, pero ellos se han mantenido y están en ese proceso y eso hay que reconocerlo, porque ellos se tiraron a una incertidumbre muy grande y lo están cumpliendo.

Yo quiero sinceramente decirles: estamos con ustedes. El dolor de ustedes es nuestro dolor. La razón por la cual existe la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad son ustedes. Nunca más puede volver a pasar esto en Colombia. Como quisiéramos no sentir este dolor tan grande, las tres personas que mueren en el Km. 18, el hombre que está tratando de proteger la vida de los que estaban en la iglesia de La María, el periodista que muere, los soldados, el guardia que estaba allí en el momento del ataque de las FARC-EP a la Asamblea. Todo eso es una cosa espantosa. Como es también lo que le tocó vivir Sigifredo, confrontando tantas veces, mal entendido, vilipendiado. Todo eso lo llevamos en el alma.

Si bien este es un acto de dignificación de ustedes, yo quiero repetirles algo que es, también, salido del alma. Nadie tiene la autoridad moral que ustedes tienen en el país. Cuando ustedes, los familiares de estos secuestros espantosos de Cali, se ponen aquí, llegan aquí a esta reunión, así no suban al estrado, su presencia es un grito para Colombia. Ustedes están significando: queremos la paz, independientemente de si votaron sí o no, queremos la paz en Colombia. Aquí están nuestras vidas para que esto nunca más vuelva a acontecer. Nos importa este país con toda el alma y ese gesto de ustedes sobre su dolor, sobre las situaciones dramáticas que vivieron, vamos adelante y vamos a tener el coraje de sacar este país de tanto sufrimiento, así que gracias de corazón por participar en este acto y que, sobretodo, los que murieron sean dignificados hoy. Debemos sentir este acto como un acto sagrado porque nos esperan y nos acompañan esas personas.

 

Vea aquí el encuentro en su totalidad ↓↓

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