“¿Si la guerra no ha terminado, qué verdad vamos a buscar?”: taita del pueblo yuruti
Con un ritual de armonización, la Macrorregión Amazonía inició su jornada de diagnóstico participativo en Bogotá con representantes de autoridades indígenas, organizaciones sociales y académicas.
“Yo creo que lo más importante de una comisión de la verdad es que pueda narrar las historias de los pueblos desde el punto de vista de los mismos pueblos”, señaló el taita Víctor Quenama, que viajó desde Putumayo para asistir al encuentro.
Para esta autoridad del pueblo cofán, descubrir la región amazónica para el relato de la verdad del país significa hacer reflexiones sobre el tema colonial, la Casa Arana, las caucherías, los grupos al margen de la ley y la explotación de madera, petróleo y coca. También consideró que es importante abordar temas institucionales como la expansión de la religión católica y el modelo de educación que han tenido los pueblos amazónicos.
Por su parte, la comisionada Patricia Tobón Yagarí aseguró que la Comisión ha revisado los informes de las organizaciones indígenas, los planes de salvaguarda, información de alertas tempranas, informes de áreas deforestadas y otras bases de datos existentes. “El conjunto de estas fuentes revela que no existe un solo territorio indígena que no haya sido afectado por el conflicto armado. Conocer la verdad de cómo fueron afectados los pueblos indígenas es una prioridad para la Comisión de la Verdad”, expresó.
Entre los participantes de los departamentos de Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guanía y Vaupés se resaltó el papel de la vida espiritual indígena dentro de la metodología y como parte de la explicación de la sobrevivencia de algunos pueblos de esta región.
“El pueblo cofán se ha mantenido por ser un pueblo espiritual y porque tuvo como arma secreta la toma del yagé, que es su planta sagrada, para la defensa de los territorios y de los indígenas. Con toda la violencia que se ha vivido, también es importante que nos preguntemos por una estrategia para sanar la sangre derramada”, agregó el taita Victor.
En la misma línea se expresó José Homero, de la Organización Zonal Indígena del Putumayo (OZIP), quien dijo que para materializar la convivencia, la paz y reconciliación en los pueblos indígenas “es necesario el saneamiento territorial con la constitución de los resguardos, para tener una pervivencia armónica. Hay una deuda histórica del Estado colombiano en dicha materia”.
Los diagnósticos participativos son una metodología de escucha colectiva para identificar hechos prioritarios, preguntas centrales y eventos ocurridos durante el conflicto.
María Carlina Tez, coordinadora de la Macrorregión Amazonía de la Comisión de la Verdad, explicó cómo es el proceso de diálogo con las comunidades e hizo énfasis en que gran cantidad de las solicitudes que han realizado las autoridades étnicas para participar en los procesos de esclarecimiento de la verdad tienen que ver con la posibilidad de que las mujeres indígenas puedan dar sus testimonios y con que se preste el servicio de traducción en los lugares donde no se habla español.
También explicó que la Dirección Étnica tendrá en cuenta a los abuelos y abuelas para hacer una línea de tiempo que permita identificar hitos del conflicto y procesos de convivencia y resistencia liderados por los pueblos negros, indígenas y rrom.
La participación será una constante en el proceso de esclarecimiento. En busca de garantizarla, se han constituido instancias como la Mesa de trabajo permanente de pueblos indígenas, para recibir insumos y, a su vez, hacer seguimiento.
La comisionada Tobón Yagarí resaltó que “esta es una Comisión para el país y el capítulo étnico también estará sometido a la rigurosidad del contraste de la información”.
No obstante, los participantes expresaron que todavía hay dudas por la persistencia de riesgos y las múltiples violencias que asechan a sus territorios: “Si la guerra no ha terminado, ¿qué verdad vamos a buscar?”, preguntó el taita Juan Rodríguez, del pueblo yuruti.
“Como sociedad, tenemos que enfrentar esos asuntos sin solucionar y ser capaces de proponer soluciones efectivas, para que cada día no empeore. Es una problemática sistémica que necesitamos transformar conjuntamente las comunidades y las instituciones del Estado”, comentó Tobón Yagarí.
Al encuentro, que se desarrolla durante esta semana, asisten autoridades de los pueblos wanano y cofán, las Mesas de Víctimas del Vaupés y Guainía, Gobierno Propio, Asociaciones de Autoridades Indígenas (ATI) de Putumayo y Caquetá, Asocauniguvi, Jajlami, OZIP, Afroguainía, la Asociación Admucinam, la Universidad de la Amazonia, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Sinchi, entre otros.
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