El trabajo de escucha de exiliados colombianos durante el primer año de la Comisión

Según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en el marco del conflicto armado colombiano más de 550.000 personas se han visto forzadas salir del país para proteger su vida. Las amenazas, persecución, intimidación y diferentes formas de violencia las ha llevado a salir del territorio, a un “no lugar” en el imaginario colectivo, por fuera de las fronteras. La Comisión de la Verdad reconoce el lugar de la población exiliada y las víctimas en el exterior, entendiendo la Colombia por fuera de Colombia como un territorio al igual que los 10 macroterritorios en los que se realiza el trabajo dentro del país.

En Colombia y el mundo, poco o nada se conoce sobre la población víctima en el exterior. Su invisibilización es evidente no solo en la debilidad de las fuentes y en el subregistro del número de víctimas exiliadas bajo distintos estatus de protección (asilados políticos, refugiados, solicitantes de refugio, de protección temporal humanitaria, entre otros) o quienes salieron y no solicitaron dicha protección; a esto se suma el silencio y la poca verdad que les asiste sobre lo ocurrido, las causas y hechos de violencia que precedieron su exilio, y los impactos sobre su vida, familia, organizaciones, partidos políticos y comunidades.

Teniendo como base los objetivos y el mandato de la Comisión de la Verdad, el equipo de la macroterritorial internacional ha centrado su tarea en indagar y aportar al esclarecimiento de las violaciones de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario (DIH), u otras situaciones que ocasionaron el desplazamiento forzado al exterior y el exilio; la responsabilidad colectiva de los actores frente a estos hechos y la razón de sus actuaciones; los contextos que explican la salida forzada al exilio; los patrones que lo caracterizan; los procesos de migración forzada y sus dinámicas en diferentes épocas; los impactos del exilio en sus distintas dimensiones; los elementos que pueden incorporarse en los procesos de Reconocimiento; y los factores o condiciones que deben existir para la Convivencia y la No Repetición, desde la perspectiva del exilio, el refugio y el retorno.

Una primera aproximación a la experiencia de las víctimas colombianas en el exterior arrojó estos momentos principales: los hechos violentos que causaron el exilio o desplazamiento transfronterizo; la salida (ruta de salida, múltiples desplazamientos, condiciones); la llegada (búsqueda de estatus de protección internacional, impactos y nuevas violencias en los países de llegada); la permanencia en el exterior/integración, los impactos y resiliencia y el retorno.

Además, se instalaron redes de colaboración –que se han denominado nodos- en cinco regiones. Europa: España, Suecia, Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Noruega, Holanda, Bélgica, Grecia y Dinamarca; Norteamérica: Estados Unidos y Canadá; Centroamérica: México, Costa Rica y Panamá; Andina: Ecuador, Venezuela; Suramérica: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Para la Comisión es fundamental el aporte de las víctimas en el exilio y por eso ha realizado este despliegue con la intención de acercarse a ellas, de crear lazos de confianza y de generar un ambiente propicio para la trabajar e incluir este relato de país que se tuvo que desarrollar lejos de casa.

Esto se ha hecho teniendo en cuenta un enfoque étnico que reconoce las dinámicas particulares de la migración forzada y pendular, y los impactos diferenciados en comunidades afrocolombianas, indígenas, pueblos binacionales y también comunidades campesinas. Esto se hace evidente en las zonas de frontera donde ha habido desplazamiento masivo.

Esclarecimiento

Para muchas víctimas persiste el miedo de hablar y las desconfianzas. Por lo tanto, el primer paso del trabajo de la Comisión en el exterior ha sido la construcción de confianza con las víctimas, la cual parte de experiencias previas de trabajo con organizaciones y redes, así como de la construcción de nuevos lazos. Con ello se busca que la entrevista en sí misma sea una experiencia dignificante, cuidada y que tenga sentido para la víctima.

Hasta el momento se han recogido 188 testimonios a población exiliada en las cinco regiones (Europa, Norteamérica, Andina, Centroamérica y Sudamérica). También se han tomado 24 testimonios de personas exiliadas que han retornado a Colombia. Los testimonios tomados en el extranjero se envían a Colombia a través del Sistema de Información Misional de la Comisión, que garantiza la seguridad y confidencialidad de la información.

La Comisión de la Verdad también ha iniciado un proceso de escucha en conjunto con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para el caso Unión Patriótica. Se han tomado hasta el momento 21 testimonios a profundidad de familiares de víctimas y sobrevivientes exiliadas en Canadá, España, Portugal, Suiza, Bélgica, Grecia, Suecia, Noruega, Argentina y Uruguay. Resaltamos la colaboración entre los mecanismos del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición y respeto por la independencia de los mandatos. 

Reconocimiento

Una de las principales exigencias de la población exiliada y víctimas en el exterior es que se reconozca la violencia sufrida y las afectaciones, las cuales han estado invisibilizadas en el país. De igual forma, que se reconozca su agencia, estrategias de afrontamiento y trabajo por Colombia desde el exterior.

La Comisión ha comenzado la preparación de un reconocimiento a uno de los aspectos más silenciados e invisibles del exilio que son los impactos en los niños, niñas y adolescentes que se vieron obligados a migrar a causa de la violencia dirigida a sus padres. En el 2020, la Comisión llevará a cabo un reconocimiento a la segunda generación del exilio que se llamará “El retorno de nuestras voces”.

Se pretende visibilizar algunos elementos del exilio poniendo énfasis en los testimonios de personas pertenecientes a las primeras y segundas generaciones en el exterior, los cuales se abordarán a través de un enfoque transgeneracional. Los testimonios propiciarán reflexiones sobre el impacto del exilio en las familias y en las segundas generaciones; los frontamientos y resistencias de las familias y en las segundas generaciones en el exilio; la identidad y memoria intergeneracional en el exilio; el diálogo entre las y los jóvenes de otros países y Colombia sobre las perspectivas políticas y demanda de futuro; apoyo desde el exterior al proceso de paz como elemento de la reparación y la no repetición.

En el mes de octubre, en Bogotá, se hizo un taller con población exiliada que ha retornado al país en el que se reflexionó colectivamente sobre dimensiones del reconocimiento. En noviembre de este año se realizó un segundo encuentro con personas de segunda generación para profundizar sobre el exilio de sus familiares y los impactos de haber tenido que salir del país por diversas causas relacionadas con la violencia sociopolítica y el conflicto armado interno. Este acercamiento también se enfocó las diferentes maneras en que los participantes han afrontado la experiencia a través de diversas formas, entre ellas las expresiones artísticas.

Acompañamiento psicosocial

Para la Comisión es de gran importancia que la participación sea una experiencia cuidadosa y con sentido para las víctimas. Por este motivo las formaciones a entrevistadores tienen un importante énfasis en la escucha, la construcción de confianza de cara a quienes participan en las actividades de la Comisión, así como de los equipos que de manera voluntaria la apoya. Esta formación también se complementa con el Manual de Formación en Enfoque Psicosocial difundido a los equipos.

Entre el 29 y 31 de octubre de este año, en Europa tuvo lugar un encuentro con representantes de nodos de todas las regiones para construir una estrategia conjunta, liderada por el equipo del Enfoque Psicosocial de la Comisión. A partir de este encuentro, se obtuvo un documento base de Estrategia Psicosocial para apoyo a la labor de la Comisión y un Protocolo Psicosocial para los procesos de entrevista y para el objetivo de Reconocimiento. Los nodos además han diseñado estrategias propias de autocuidado y/o considerado propuestas de apoyo de otros equipos y personas con esa experiencia. También se ha generado contacto con organizaciones que brindan acompañamiento psicológico a víctimas.

Finalmente, se ha valorado la necesidad de ampliar los canales de comunicación e intercambio de información sobre el enfoque, sus avances y desafíos.