Así Avanza la Comisión de la Verdad en Urabá
En esta subregión se han realizado 218 entrevistas a víctimas, testigos, expertos y actores armados.
El despliegue territorial de la Comisión de la Verdad en Urabá completa más de un año, allí el proceso de investigación arroja que se han realizado 218 entrevistas. 198 de ellas a víctimas, familiares o testigos y tres a actores armados. Una cuarta parte de las entrevistas ya han sido transcritas y están en proceso de análisis durante esta época de confinamiento.
Asimismo, se han hecho siete entrevistas colectivas, nueve entrevistas a profundidad y una entrevista a un sujeto colectivo étnico sobre el caso de las afectaciones a la población y las formas de resistencias que surgieron tras el desplazamiento masivo y las violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario ocurridas en 1997, por causa de una incursión armada de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU). Alrededor de 400 personas fueron forzadas a abandonar sus territorios y hoy han logrado consolidarse como un espacio de paz de nuevo en el territorio.
¿A qué municipios ha llegado la Comisión en la territorial Urabá?
Acandí, Apartadó, Arboletes, Carepa, Murindó, Mutatá, Necoclí, San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá, Turbo y Unguía. El 48% de las entrevistas realizadas por la territorial han tenido lugar en los municipios que conforman la subregión norte.
¿A qué periodos del conflicto corresponden estas entrevistas?
Hasta ahora, el menor número de entrevistas se ubica en los periodos de 1944 a 1958 y de 1958 a 1977, lo cual nos señala la necesidad que se indague por información de este periodo. La mayor cantidad de entrevistas corresponden a hechos ocurridos entre 1991 y 2002, y le siguen los periodos de 2002 a 2016 y de 2016 a 2020.
¿Qué nos estamos preguntando en Urabá?
Dentro de la priorización realizada por la territorial, las preguntas giran en torno a la relación entre democracia y conflicto armado, sobre cómo fue el proceso de violencia ejercida en contra de los partidos políticos de izquierda a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Esta violencia estuvo determinada por la imbricación de los conflictos laboral (patronos-sindicatos) y político militar (guerrillas-Estado), así como por la llegada y consolidación del fenómeno paramilitar, la ambigüedad de diversos sectores de la sociedad regional respecto de los actores armados, la lucha entre guerrillas (Farc - Epl), y el proceso de apertura democrática que, en el plano regional, suponía la amenaza para las élites locales de que los conflictos se nacionalizaran.
Como lo indican investigaciones sobre violencia realizadas en la zona, en particular sobre los bloques paramilitares de la región, así como sentencias judiciales, la intensificación de la violencia armada de principios de los años noventa en Urabá coexistió con intentos de negociación entre actores locales con el objetivo de mantener la estabilidad política y económica de la región. No obstante, en un contexto de consolidación del paramilitarismo y de agudización de viejos conflictos entre actores locales como la Unión Patriótica (UP), el movimiento político Esperanza, Paz y Libertad, los nacientes Comandos Populares, Sintrainagro y el gremio bananero, dichas negociaciones fueron la base para la imposición de una paz armada y una ciudadanía autoritaria y no para la consolidación de mayores escenarios de participación democrática ni de mayores garantías laborales.
Actores armados y otros responsables
Otras preguntas que se hace la Comisión de la Verdad en Urabá tienen que ver con las diferenciaciones entre el paramilitarismo actual y el paramilitarismo de la década de los años ochenta, noventa y principios del nuevo siglo. Las continuidades y rupturas en aspectos como apoyos institucionales y sociales, de sectores económicos, la incidencia en dinámicas políticas y procesos electorales; entre otros.
Dinámicas económicas y conflicto armado/despojo y desplazamiento
Es posible asociar el desplazamiento forzado en la zona de Urabá proyectos de desarrollo económico de gran envergadura, despojo por monocultivos y despojo por “contrarreforma agraria”, desplazamiento asociado a abandono por intensidad del conflicto. Asimismo, en materia de tierras hay una constante en el sentido de que a pesar de algunos avances en materia de restitución de tierras no hay condiciones para el retorno.
Vea uno de los testimonios de Urabá. Silvia Berrocal, una de las 20 mujeres víctimas de la masacre de La Chinita que han sido escuchadas en la Casa de la Verdad, cuenta su historia. En la madrugada del 23 de enero de 1994, guerrilleros de las Farc dispararon contra habitantes del sector de La Chinita, hoy barrio Obrero, de Apartadó. Durante una verbena, asesinaron 35 personas y dejaron 17 más heridas. Varias de ellas eran miembros del movimiento Esperanza, Paz y Libertad, integrado por desmovilizados del Epl en 1991. Tras esta masacre, se agudizaron los enfrentamientos entrelos diferentes grupos guerrilleros y paramilitares, así como con la fuerza pública. En la zona se perpetraron al menos 18 masacres entre 1994 y 1996.
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