“Ustedes son sangre y corazón nuestros. Son Colombia en el exilio”
Este sábado se realizó el segundo reconocimiento de la Comisión de la Verdad con las víctimas exiliadas. En esta ocasión, el acto se enfocó en el exilio a nivel transfronterizo.
El ‘Encuentro por la Verdad: reconocimiento del exilio en las fronteras con Colombia’ se realizó en Ibarra, capital de la provincia de Imbambura, en el norte de Ecuador, en este encuentro se reconoció el desplazamiento forzado transfronterizo al que se vieron obligados los ciudadanos y ciudadanas que huyeron de Colombia para proteger su vida, la de sus familias y la de sus comunidades. Según cifras de ACNUR, al menos 524.496 personas colombianas solicitaron protección internacional para recibir refugio en los cinco países con los que Colombia tiene frontera. La mayoría de estas solicitudes se hicieron en Ecuador (240.901) y Venezuela (200.000), seguidos por Panamá (68.000) y, en menor medida, en Brasil (8.242) y Perú (7.353).
Del mismo modo, más allá de sus fronteras. Ecuador ha sido para muchas víctimas el tránsito hacia otros países como Costa Rica, México, Chile, Argentina, Uruguay, entre otros países de América Latina, o su paso para ser reasentadas en Canadá o Europa.
El comisionado Leyner Palacios inició el reconocimiento indicando que históricamente Ecuador ha acogido a miles de colombianos que por causa del conflicto armado que llegaron en búsqueda de protección: “Este acto es para reconocer a todas las personas que les ha tocado caminar y atravesar las fronteras en medio de circunstancias inimaginables para muchos de nosotros”. Por su parte, el comisionado Carlos Martín Beristain añadió que la Comisión está haciendo visible lo que ha pasado desapercibido y ha estado silenciado, recordó que hace unos días recibió la comunicación de un refugiado colombiano víctima de tortura desde Madrid, quien le dijo: “Qué importante es visibilizar esto que ni siquiera nosotros conocemos”.
En este acto de reconocimiento de verdad, justicia y no repetición, además de los testimoniantes exiliados, participaron: Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad; los comisionados Leyner Palacios y Carlos Beristain; Charles-Michel Geurts, embajador de la Unión Europea en Ecuador; Philipp Schauer, embajador de Alemania; Pablo Jurado, prefecto de Imbabura; Marco Hadathy, alcalde encargado de Ibarra; Manuel Enríquez Rosero, embajador de Colombia en Ecuador; y otras autoridades.
Francisco de Roux se dirigió a la población exiliada y les dijo: “Ustedes se sintieron amenazados por vivir aquí (en Colombia). Sientan un abrazo muy profundo. Ustedes son sangre nuestra, carne nuestra y corazón nuestro. Ustedes son Colombia en el exilio”.
Previo a este encuentro, el Nodo de Apoyo en Ecuador, que pone en marcha la misión y objetivos de la Comisión de la Verdad en ese país, llevó a cabo una serie de microencuentros con víctimas del conflicto armado el pasado 21 de febrero. Estas actividades se realizaron en las ciudades ecuatorianas de San Lorenzo (Esmeraldas), Lago Agrio (Sucumbíos), Quito (Pichincha), Guayaquil (Guayas) y Zamora (Zamora Chinchipe).
Durante estos microencuentros los participantes expresaron sus sentimientos y pensamientos sobre el proceso de paz dibujando y escribiendo en murales y lienzos. Estos fueron entregados en la ciudad de Ibarra a los comisionados Carlos Beristain y Leyner Palacios por Diana Mesa, quien integra el Colectivo de Exiliados y Refugiados de Colombia en Ecuador (CERCE). Ella inició su participación diciendo: “No más violencia, eso es lo que pedimos los colombianos en el exilio”. La dirigente añadió que las víctimas aún llevan el dolor por dejar el país. “Hoy comparto mi voz por quienes no pueden expresar sus luchas, quienes buscan llevar honradamente un pan a sus mesas. Todo eso está que está plasmado en lienzos blancos, con lo nos identificamos y queremos concebir como la paz”.
Uno de los ocho testimonios que se presentaron en el ‘Encuentro por la Verdad: reconocimiento del exilio en las fronteras con Colombia’ fue el de Ana Milena. Ella contó que su familia tuvo que huir de Colombia debido a las amenazas de los grupos armados. Estos pedían a los comerciantes que paguen unas “vacunas”, o de lo contrario los iban a matar. Las amenazas se hicieron constantes y hubo un intento de secuestrar a su hermano mayor, que afortunadamente falló. Los ilegales le dieron un plazo de tres días para cumplir con las cuotas. “Lo que hicimos fue huir, dejamos todo atrás. Huimos a Ecuador, aquí las cosas no fueron fáciles por solo ser colombianos. Vivir en el exilio no es fácil”.
Otro testimonio fue el de David (seudónimo). Un día legó una amenaza a su familia. Pero su padre les dijo que no se iban a mover de la casa. En una ocasión, cuando él tenía entre siete y ocho años y se encontraba jugabando en el patio, vio que llegaron a su casa un grupo de guerrilleros. Se asustó. Escuchó gritos. Estuvo escondido un par de horas hasta que percibió silencio. Sus padres ya no estaban en casa. Cuando tenía 12 años un hombre le dijo que él podía ayudarle a encontrar a sus padres. Lo citó a un lugar al que llegaron otros niños. Luego, con los ojos vendados, los condujeron a un campamento de la guerrilla. Al llegar, un adulto les dijo: “Bienvenidos a la nueva familia”. David dijo que él no había llegado para eso. Uno de los menores de edad salió corriendo y fue asesinado al instante. Desde entonces, David sufrió una serie de amenazas contra su vida, por lo cual se vio obligado a salir del país.
Esta es la segunda oportunidad en que la Comisión de la Verdad realiza un acto oficial para reconocer a las víctimas exiliadas. El pasado 13 de noviembre de 2020, desde Bogotá se transmitió el Encuentro por la Verdad: El retorno de nuestras voces.
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