‘La verdad tiene rostro rural’, una muestra artística sobre el impacto del conflicto armado en el centro de Colombia
Voces históricamente silenciadas de quienes han vivido la guerra y hoy se resisten a ella con diversos y profundos procesos para la convivencia y la paz.
La región Centroandina se erige entre elevadas montañas y productivos valles bañados por caudalosos ríos que llevan consigo la historia de sus gentes, quienes son fiel muestra de la diversidad propia del territorio, que ha acogido a múltiples culturas, las migraciones de mitad del siglo XX y a desplazados víctimas del conflicto armado a lo largo de la geografía colombiana.
En esta región conviven contrastes de verdades innegables, como la resistencia campesina y el valor de la ancestralidad indígena, con el silencio impuesto que por años ha hecho pasar a la región por una tensa calma que ignora su pasado. La Comisión de la Verdad, en el marco de su mandato, ha llegado hasta lo más profundo de sus pueblos y montañas, para escuchar las voces de quienes han sido protagonistas silenciosos de la guerra y ahora quieren ser promotores de paz y convivencia en un territorio donde aún persiste la violencia.
“Son estas voces y experiencias las que nos motivaron a presentar en el marco de las ‘Acciones vivas’ la exposición ‘La Verdad tiene rostro rural’, una iniciativa que busca visibilizar a través del arte, las afectaciones del conflicto armado. Para la Macrorregión Centroandina la ruralidad ha sido protagonista, y desde estas expresiones se busca conectar la escucha y el reconocimiento hacia el camino de la no repetición”, afirmó Alejandra Trujillo, enlace de Diálogo Social de la Macrorregión Centroandina.
‘La verdad tiene rostro rural’ es una instalación de once obras artísticas del campesino y pintor boyacense Ismael Manco. Las obras fueron hechas con diferentes tipos de tierra y pigmentos extraídos de semillas y carbón mineral. Esta tuvo como objetivo profundizar sobre los impactos del conflicto armado vivido en la ruralidad, desde los rostros y paisajes, así como en las lecciones del campesinado en torno a la verdad y la importancia de transitar hacia la no continuidad y no repetición del conflicto armado.
El pasado mes de noviembre de 2021, la exposición artística recorrió ciudades y municipios como Ibagué, Tolima; Viotá, Cundinamarca; Boyacá, Tunja; Neiva, Huila, y la Casa de Gobierno Chuntzuá del Cabildo Mayor Muisca Oriente, en Fómeque, Cundinamarca. En las paradas del recorrido, la muestra artística estuvo acompañada de música tradicional campesina, mercados locales, representaciones teatrales y rituales indígenas de armonización.
“Hoy recibimos con gran gratitud el legado que nos está dejando la Comisión. Para nosotros es satisfactorio, porque podemos mostrarle a la comunidad que gracias a la verdad estamos tratando de sanar las heridas que nos ha dejado el conflicto; un conflicto que no nos llevó a nada bueno”, expresó Leoronicel Villamil, integrante de la Organización de Mujeres Voces por la Paz Rural y Urbana del corregimiento de Gaitania ene Planadas, Tolima.
La comunidad LGBTI también fue protagonista del recorrido artístico, Camila Pérez, representante legal de la Asociación LGBTI Chaparral Diversa dijo: “Para nosotros son muy importantes estos espacios de reconocimiento y visibilización acerca de lo que ha sucedido en medio del conflicto armado en las zonas rurales de nuestros territorios... Nosotros, como población LGBTI, realmente nos sentimos agradecidos, porque ha sido histórico el reconocimiento de las violencias hacia las lesbianas, gais, bisexuales y transexuales del sur del Tolima”.
Podría decirse que, para víctimas, indígenas, campesinos, integrantes de la Comisión y demás asistentes, el recorrido artístico y las obras de Ismael Manco sirvieron como motor para el reconocimiento y la visibilización de historias, al igual que un homenaje a la ancestralidad indígena y sus resistencias en el marco del conflicto armado. “Los tomamos a ustedes como representantes y mensajeros, para que se reconozca y cuente nuestra historia, y para que no nieguen a los muiscas desde la cultura occidental. Aquí estamos los que siempre hemos vestido la bandera de la paz”, expresó un indígena de la Casa de Gobierno (Chuntzuá) del Cabildo Mayor Muisca Oriente en Fómeque, Cundinamarca.
De igual manera, el evento sirvió para expresar y reflejar sentimientos y heridas que se están tratando de sanar: “Nosotros los campesinos de Cundinamarca hemos recibido el legado de la Comisión como un paso importante para la transformación de la sociedad. Sabemos que sin verdad no habrá un futuro para nuestros hijos; no queremos que ellos vivan lo que nos tocó vivir a nosotros”, expresó Nelma Forero Sánchez, integrante de la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia.
Martha Obregón, coordinadora de la Macrorregión Centroandina, se refirió a la instalación de obras como un reflejo de los rostros campesinos afectados por el conflicto armado y expresó que la intensión de la presentación artística era la de generar una reflexión en la sociedad: “Este es un referente histórico para que, a partir de la verdad, logremos como sociedad caminar y avanzar en la construcción de la paz y la convivencia que tanto anhelamos como colombianos”.
Con estas Acciones Vivas, se inició el proceso de preparación para la entrega del Informe Final y de su legado. Para la Comisión de la Verdad es fundamental que los aprendizajes, reflexiones, hallazgos y propuestas recogidas en el Informe Final puedan servir a la sociedad y al Estado para comprender las razones que han fundado y estimulado el conflicto armado, al igual que los factores de persistencia y los asuntos que son necesarios remover, modificar o fortalecer, para construir las condiciones necesarias para la convivencia y no repetición.
En imágenes: el recorrido de las acciones vivas ‘La Verdad Tiene Rostro Rural’ en el centro del país
Vea aquí las obras presentadas durante el recorrido ►
El pasado 24 de noviembre la Comisión llegó hasta el barrio el de Ibagué, Tolima, para dar inicio a la instalación de las obras artísticas de Ismael Manco, allí se contó desde la pluralidad de voces, el valor del territorio que fue testigo de la resistencia campesina, de los orígenes del conflicto y que hoy es símbolo de paz. La acción estuvo acompañada de productos del campo que son parte de la identidad local y que fue representada a través de obras de teatro, también estuvo acompañada por un ritual indígena de armonización ► Vea aquí la galería
El 25 de noviembre, el recorrido llegó al municipio de Viotá, Cundinamarca, para realizar la instalación de las obras, junto con la presencia de quienes son descendientes por sangre o por convicción de los gestores de las luchas y las organizaciones campesinas y agrarias de este municipio. La instalación de las obras se dividió en seis estaciones, entre el parque principal y la plaza de mercado municipal; esta interacción cultural permitió rendir un homenaje a las víctimas, quienes han tenido un papel protagónico en sentido de esperanza, también a los continuadores de las reivindicaciones de los sindicatos agrarios, las juntas de acción comunal rural, los cafeteros y los movimientos políticos por su aporte y contribución a la verdad y la paz ► Vea aquí la galería
El 26 de noviembre en la capital de Boyacá, víctimas del conflicto y campesinas y campesinos de la región, caminaron desde la Plaza Real (antigua plaza de mercado) por la peatonal que conduce hacia la Plaza de Bolívar, allí se instalaron las obras artísticas, hubo presentaciones de música tradicional campesina boyacense, e intervenciones culturales ► Vea aquí la galería
La instalación de las obras también llegó Neiva, Huila, en el Pasaje Camacho, peatonal que se convirtió en el camino de víctimas, campesinos, campesinas, gestores culturales y firmantes del acuerdo de paz, quienes contaron como la verdad es su aporte a la paz desde el trabajo que han desarrollado en el departamento y como lo representan a través de sus productos y en el arte. Los asistentes disfrutaron de un mercado campesino, obras de teatro y música campesina en vivo. “La Verdad Tiene Rostro Rural, es para nosotros los campesinos, de buena aceptación, el que sea reconocido la labor del campesino y sus productos, el hablar de esa verdad, limpia nuestro nombre, nos ayuda a sanar y nos ayuda a tener una verdadera reconciliación con nosotros mismos y con nuestro alrededor” acotó Marinella Prada, campesina de Algeciras Huila, durante el desarrollo del mercado campesino. Asimismo, Diana Carvajal, represéntate de la Asociación Amurapaz de Aipecito, Huila, manifestó que “esta es una gran oportunidad para los campesinos que estamos cosechando la paz” ► Vea aquí la galería
Finalmente, la Comisión llegó hasta la Casa de Gobierno (Chuntzuá) del Cabildo Mayor Muisca Oriente en Fómeque, Cundinamarca, allí por medio de un ritual de armonización y un mambeo reflexivo, la comunidad indígena recibió las obras artísticas, como legatarios del proceso de la Comisión de la Verdad y un como un homenaje a la ancestralidad indígena, a sus luchas y resistencias vividas en el marco del conflicto armado “Nosotros los tomamos a ustedes como representantes y mensajeros para que se reconozca y cuenten nuestra historia, para que no nieguen a los Muiscas desde la cultura occidental, aquí estamos los que siempre hemos vestido la bandera de la Paz”, puntualizó uno de los integrantes de esta comunidad indígena ► Vea aquí la galería
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