Verdades de un periodismo narrador, víctima y responsable
En el Espacio de Escucha ‘Periodistas: entre el deber de informar y la primicia del conflicto’, cinco informadores conversaron sobre los aportes, las limitaciones y las falencias de los medios durante el conflicto armado.
Para salir de la guerra es fundamental la libertad de expresión, pero no para limitarse a invocarla, sino entenderla y garantizarla. Esta reflexión de Pedro Vaca, relator Especial para la Libertad de Expresión en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dio inicio al Espacio de Escucha ‘Periodistas: entre el deber de informar y la primicia del conflicto’, en el que cinco periodistas conversaron sobre los aportes, las limitaciones y las falencias de los medios de comunicación en medio del conflicto armado.
El espacio fue presentado por Ricardo Corredor, coordinador de Comunicaciones de la Comisión de la Verdad, y la moderación estuvo a cargo de la comisionada Marta Ruiz, quien invitó a reflexionar sobre la verdad como víctima del conflicto y el papel del periodismo para que contribuya a la construcción de paz en Colombia.
Para la comisionada es claro que los periodistas se arriesgaron, sufrieron y también se jugaron su independencia en medio del conflicto armado y, por otro lado, también existen responsabilidades en el gremio tras haber transgredido fronteras a la hora de relacionarse con actores y víctimas para contar los hechos ocurridos.
Pedro Vaca señaló que el rol del periodismo es vital para ofrecer un punto de vista que no es tan obvio, para contar y denunciar los horrores de la guerra, aunque pese a esta misión se sufran castigos y ataques. Además, alertó por la falta de abrigo estatal y la impunidad de muchos hechos violentos que padeció y sigue padeciendo el gremio.
Ignacio Gómez, subdirector de Noticias Uno, expresó que “cada guerra comienza por la represión de una expresión”, y señaló que los delincuentes, que entienden a los medios de comunicación como una poderosa plataforma, tenían y aún tienen espacios en estos para tergiversar la verdad y engañar a la ciudadanía. Incluso, mencionó, también se orquestaron planes de Estado, con injerencia extranjera, para amordazar denuncias sobre violaciones de derechos humanos.
En el Espacio de Escucha Gómez entregó un informe que compila varios factores que propiciaron la guerra, elaborado desde su perspectiva, en el cual profundiza sobre el alcance de actores internacionales en el conflicto armado colombiano.
“La coraza que existe con respecto a ciertos temas es una forma de invisibilizar que aún se mantiene”, dijo Juan Diego Restrepo, director de Verdad Abierta. Por eso, más allá de un diálogo entre periodistas, propuso indagar a los anunciantes sobre las presiones que ejercieron sobre los medios, preguntar a jefes de prensa de las fuerzas militares y de carteras de Gobierno la manera como tergiversaron la información.
También, dijo Restrepo, es necesario conocer qué piensan las audiencias, pero no solo las actuales, sino las de los años 70, 80 o 90, pues en sus testimonios están las claves de cómo el periodismo cubrió el conflicto y qué tan independiente fue su labor.
Por su parte, Orley Durán, periodista comunitario en el Magdalena Medio, indicó que para narrar sobre lo que ocurría en la región los periodistas locales tuvieron que ser creativos e incluso valerse de la ficción, con dramatizados radiofónicos o fábulas, porque las amenazas eran tan fuertes que “las radios prácticamente nacían con la boca tapada”.
“Visibilizar a las víctimas y tomarlas como fuentes”, agregó Durán, fue una tarea que se hizo con mucho respeto, comprendiendo lo que vivieron y con la premisa clara que lo publicado repercute directamente en sus vidas. Por otro lado, anotó, la labor de los medios comunitarios era mostrar lo que no mostraban los medios nacionales.
El periodismo no ha sido ajeno a fenómenos como las detenciones arbitrarias, el exilio y todo tipo de amenazas. Hollman Morris, quien padeció estas agresiones durante el ejercicio de su oficio, dijo que la política de contrainsurgencia y la estrategia de comunicación guerrerista son algunas de las razones para que existan esas mordazas sobre la prensa.
Morris considera que esa forma de contar el conflicto tiene el beneplácito de cierto sector del periodismo, lo cual impide que se pueda conocer la realidad y la verdad. En muchos casos “se terminaron entrelazando intereses comerciales”, comentó.
Para cambiar las dinámicas que han afectado históricamente al periodismo, para garantizar la independencia y la no repetición, la periodista Carmen Rosa Pabón cree que es fundamental que desde el Estado se contrarreste la impunidad: “Cuando no hay acceso a la información, la sociedad se puede manipular más fácil. Se debilita, se calla. El miedo en las salas de redacción baja la calidad de la información, y cuando asesinan periodistas, el silencio que se genera facilita la actividad de los actores armados”.
La comisionada Marta Ruiz agradeció los aportes de los cinco periodistas y del relator Pedro Vaca, dijo que la conversación será parte del análisis que la Comisión de la Verdad adelanta de cara a la entrega de un informe final, pero también que la sociedad profundice sobre estos temas, pues el periodismo se debe a la ciudadanía.
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