“Yolanda Cerón está viva con nosotros, lejos de matarla la hicieron muchísimo más fuerte”
Palabras de Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, en el Encuentro por la Verdad ‘Reconocimiento de responsabilidades en el caso de asesinato de Yolanda Cerón Delgado por parte de exintegrantes de AUC’.
Acabamos de escuchar a Guillermo Pérez y yo me uno a estos sentimientos, a veces difíciles de incorporar que nos pasan cuando un hombre, que ha hecho estos crímenes inmensos, llega ante nosotros a pedirnos perdón. Ustedes saben lo que eso nos pide a todos, en primer lugar, es simplemente, como comunidad, acoger a las personas e intentar empezar a caminar juntos en la espera de que eso que es un milagro, un regalo, acontezca entre nosotros. Qué bueno que Guillermo lo haya expresado. Quiero agradecerle mucho a lo que nos ha dicho Yenith, la sobrina de Yolanda, las palabras de Juan Carlos y las palabras que recibimos de Ángel María y de María Valeria, tan profundas tan sentidas.
Me impresionó cuando nos hablaba Ángel María, en esas décimas dichas con tanta propiedad, cuando se refirió a que ella, Yolanda, siempre estuvo dentro de la tormenta, y quiero traerlo porque yo no puedo hablar de Yolanda sin traer a cuento la tradición cristiana, profunda, que ella vivía en su espiritualidad. En el evangelio que ella leía, en el evangelio de San Juan, hay una frase que es muy profunda dice: “puso su tienda de campaña en la mitad del problema”, puso su tienda de campaña en medio de nosotros y Yolanda que hubiera podido vivir tranquila allá en la Sierra, en su mundo de Nariño o que hubiera podido quedarse tranquila en otras partes de la comunidad, resolvió poner su tienda de campaña en la mitad del Patía, grande, para hacer desde ahí el Consejo Comunitario tan profundo y eso es tremendo, pero en la única forma de entender las cosas, acampar en medio del problema y no dejarse sacar de allí. No dejarse llevar a las universidades, no dejarse llevar a los sitios de reuniones, sino mantenerse en medio del problema.
Eso es lo grande, en primer lugar, de Yolanda, una pasión por su pueblo negro, por sus indígenas del territorio y una pasión por el territorio y quedarse allí, en la mitad, a todo riesgo. A sabiendas, como nos decía María Valeria, que les había dicho que la iban a matar, pero ahí estaba todo el tiempo.
Por otra parte, esto que nos decía el padre Héctor Fabio, Yolanda aceptó la responsabilidad de ser la cabeza de la Pastoral Social. Ser pastor fue también una cosa que Yolanda meditó muchas veces, porque está puesta, muchas veces en el evangelio. ¿Qué hace el pastor? el pastor crea una comunidad, simbólicamente, de ovejas y deja que las ovejas vayan adelante como iban ustedes en el Concejo Comunitario y respetaba completamente las decisiones de ustedes, Ángel María tú lo sabes, ¿verdad? Ustedes tomaban las decisiones, ustedes conocen su cultura, conocen su pueblo, conocen sus esteros, conocen sus caños, ella empujaba, pero cuando sale el lobo, en este caso, el paramilitar del Bloque Libertadores. Cuando sale el lobo, el pastor se pone delante, se pone primero para decir estas son mis ovejas, yo las conozco a todas por su nombre. Si ustedes llegan a tocar a alguna de ellas, tóquenme primero a mí. Eso fue lo que estaba haciendo Yolanda, por eso, la llevamos tan profundamente entre nosotros, nos estaba mostrando eso.
Por eso este momento tiene una característica sagrada. Estamos aquí no porque se nos ocurrió venir, estamos aquí porque Yolanda nos ha convocado. Ella está presente aquí, en el corazón de sus hermanas, en el corazón de sus queridas compañeros y compañeras de la comunidad, en cada uno. Venimos por Yolanda, es ella la que nos ha traído, por eso quiero decirle a Guillermo y a quienes la asesinaron, olvídense que la mataron. No, Yolanda está en el misterio de la vida y ese es el misterio que nos mueve a seguir luchando, por eso estamos aquí y Yolanda está empujando esa pasión por la vida en nosotros y esa pasión por la verdad que hay en la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. Está viva con nosotros, lejos de matarla la hicieron muchísimo más viva, muchísimo más fuerte, muchísimo más convocante, por eso estamos aquí. Ella está en ese misterio que llamamos Dios, que no podemos comprender, pero ese misterio es el que está moviendo este país para que cambie. Para que las comunidades sean respetadas, para que se haga justicia, para que se diga la verdad. Eso es lo que nos mueve a todos y ese misterio se está abriendo paso en cada hombre y en cada mujer del Pacífico y en cada muchacho que está en las calles y en cada compañera religiosa, empujándonos a cambiar las cosas, a todos.
Quisiera decirles a quienes mataron a Yolanda que ella está viva porque se entregó por su pueblo, pero Guillermo, quienes le dispararon, quien disparó desde la moto, quien manejaba la moto, quien hizo la inteligencia para que la mataran, estos no son errores, estos son usos de la libertad humana, son responsabilidades inmensas porque uno hubiera podido decir yo no manejo la moto hasta allá o yo no disparo, aunque me maten, esto no lo hago, yo no le hago inteligencia a una mujer tan grande. Esas son responsabilidades gravísimas, pero si ustedes quieren vivir como vive Yolanda, si no quieren, no sabemos qué, porque aquí nos vamos a morir todo un día, viven los que dicen la verdad. Viven los que tienen el coraje de contar cómo fueron las cosas, de contar quiénes les dieron las órdenes, quiénes pagaban eso, por qué lo hicieron, esto era lo que estaba pidiendo Yenith, en sus palabras.
Quisiera también decirle una cosa al ELN, a las disidencias, también a la Segunda Marquetalia y a los (Autodefensas) Gaitanistas: caigan en la cuenta de que a los líderes los estigmatizan por culpa de ustedes. Como ustedes andan rodando en los campos, es muy fácil cuando quieren matar a una persona, conectarla con quienes siguen en la guerra. La guerra no lleva a nada, la guerra seguirá destruyendo todo lo que toca. Todo lo que toca lo destruye. Tienen una responsabilidad enorme los que siguen en la guerra, porque le pasan esto a los líderes y por supuesto, como decía, la comisionada Lucía, aquí estamos desde el año 2001, alrededor de 4.500 líderes, del tamaño de Yolanda, fueron asesinados en este país, porque luchaban sin armas, luchaban convencidos de que la guerra no era el camino, luchaban apasionados por sus Consejos Comunitarios y sus resguardos indígenas. Todos los días luchaban con la ilusión que un día iba a ser posible la paz en Colombia. Ellos también están con nosotros y son la fuerza que nos conduce.
Sigamos ese consejo de Yolanda, que bello, “el trabajo apenas empieza” y que lo repitamos de todo corazón para tener más fuerza. Cada mañana, que nos digamos “el trabajo apenas empieza”, porque cualquier día va a ser el último en esta lucha. Cualquier día nos los regalan y nos lo regala este misterio de espíritu que nos acompaña para dar, definitivamente, todo por los demás.
A todos los que estamos aquí presentes, para la Comisión de la Verdad, esto es tan sagrado. Es tan difícil expresar lo que sentimos. Es tan hondo saber que de todas maneras estamos aquí para reconciliarnos, que Guillermo y quienes fueron responsables están diciendo, aceptamos la responsabilidad. Acojamos como las otras comunidades en el tiempo a través de la historia, acogieron a quienes tuvieron la grandeza humana de llegar y decir pedimos perdón. Que este Dios que llevaba el corazón de Yolanda, nos ayude a todos nosotros a seguir adelante.
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