“En nombre de mi tía Yolanda Cerón, levantamos la voz por los líderes sociales. No pueden seguir siendo eliminados”
Este fue el llamado de Yenyt Cristina Narváez, sobrina de Yolanda Cerón, en el Encuentro por la Verdad en el que exintegrantes de las AUC reconocieron su responsabilidad sobre el asesinato de la religiosa.
Como consecuencia de los procesos adelantados por la Comisión de la Verdad con excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), tuvo lugar este viernes 25 de junio el Encuentro por la Verdad ‘Reconocimiento de responsabilidades en el caso del asesinato de Yolanda Cerón Delgado’. El espacio, que se desarrolló en el Recinto Quirama, en el Carmen de Viboral, tuvo el propósito de dignificar a las víctimas y escuchar su pedido de verdad sobre los hechos.
La hermana Yolanda Cerón Delgado fue asesinada el 19 de septiembre de 2001, frente a la iglesia La Merced, en el casco urbano de Tumaco, Nariño, por paramilitares del Bloque Libertadores del Sur de las AUC. Para ese momento, ella era directora de la Pastoral Social local. Su trabajo se destacó por hacer defensa del territorio a través de denuncias y una labor de resistencia comunitaria frente a la ocupación del mismo. Ocupación que ejercía la mencionada estructura de las AUC, el narcotráfico y empresas agroindustriales que impulsan el monocultivo. Su trabajo generó una serie de señalamientos y amenazas en su contra y en contra de personas pertenecientes a la Pastoral Social y a las comunidades.
La comisionada Lucía González abrió el espacio con una reflexión en torno a la reconciliación: “Es necesario observarnos y cultivarnos porque en todos nosotros puede habitar lo peor. Pero queremos recordar que también habitan sentimientos de enorme nobleza en cada uno de nosotros y por eso sabemos que todos tenemos una segunda oportunidad sobre la tierra. No queremos más hombres y mujeres destruyendo su propia vida en la guerra. Los responsables del asesinato de la hermana Yolanda Cerón asisten voluntariamente a este espacio para contribuir a que los sobrevivientes, dolientes y la sociedad colombiana conozcan las razones de lo sucedido”.
Por su parte, el comisionado Carlos Martín Beristain expresó que en Colombia el asesinato de líderes sociales sigue siendo un problema grave que muestra la repetición de la violencia: “Todas las violaciones a los derechos humanos, los asesinatos, siguen siendo intolerables. Pero seguimos trabajando por una Colombia distinta”.
El encuentro continuó con líderes sociales cercanos a Yolanda quienes, desde sus historias de vida junto a ella, resaltaron el impacto de su trabajo como lideresa y la grandeza de su humanidad. Ángel María Estacio, líder comunitario del Pacífico nariñense, dijo que Yolanda fue una mujer conquistadora porque dejaba raíces a donde llegaba y esas raíces las sembró en el Consejo Comunitario Acapa. Asimismo, María Valeria Mina, también del Consejo, aseguró que la muerte de la hermana Yolanda causó mucho dolor: “Nadie sabe por qué pasó, tampoco la verdad sobre el por qué nos la quitaron”.
Luego de estos relatos se escuchó en el recinto a los familiares de Yolanda. Yenyt Cristina Narváez, sobrina, reclamó que con el asesinato de su tía: “Quedamos a la deriva y sin el faro que nos guiaba. Una violencia que hasta ese momento se evidenciaba por noticias tocó nuestras vidas de forma inminente y terriblemente dolorosa”.
Yenyt también dijo que su principal deseo es entender por qué alguien que apoya a la comunidad y se entrega a su trabajo termina siendo catalogada como guerrillera para justificar su asesinato: “Estamos en una sociedad donde se normaliza argumentar causales para decir cómo se termina la vida de quienes resultan incómodos para intereses de los poderosos. Hoy a pesar de lo difícil e incómodo que resultó volver a tocar esta herida, estamos aquí para el nombre de mi tía Yolanda levantar la voz y hacer evidente que los líderes sociales no pueden seguir siendo eliminados por la injusticia que abunda en la sociedad. Entiendan que todos somos mensajeros y al eliminarnos jamás se extinguirá el mensaje. Unos vendrán a pasar su existencia de largo haciendo lo que les dicen, otros como el grano de trigo, ofrecerán su vida en favor de quienes así lo requieran. Hoy más allá de saber si merecen o no el perdón, nuestra decisión es otorgarlo como símbolo de la libertad, amor y crecimiento que nuestra tía Yolanda nos inculcó a través de su existencia”.
Mientras que Juan Carlos Cerón, hermano de Yolanda, les envió un mensaje a las comunidades negras: “Sigan adelante porque el trabajo apenas comienza, después de 20 años es un reto para que sigan luchando por lo que les pertenece. Hoy revive Yolanda”.
El reconocimiento de responsabilidades
Guillermo Pérez álzate, conocido como Pablo Sevillano en la guerra, fue extraditado el 13 de mayo de 2008 a Estados Unidos; sin embargo, ha participado activamente en el proceso de Justicia y Paz y hoy, en libertad, continúa su proceso con la Comisión de la Verdad. “Hace años estaba sumergido en el delirante y absurdo conflicto armado, donde todo se pierde, empezando por la humanidad. Luego vino la cárcel, donde pude pensar tratando de encontrar explicación a esta locura. Muchas noches imaginé como algún día tendría la oportunidad de estar frente a los familiares de las víctimas para aceptar la responsabilidad por todo el daño que les causé y pedirles perdón. Terminar con una líder social es terminar con el buen vivir de las comunidades. Con su muerte más que la vida de una persona, se atenta contra la vida de todo el territorio. Por eso también pido perdón a las comunidades del Pacífico nariñense. Más que la vida de una persona, lesioné la vida de todo el territorio y el desarrollo que trae a las comunidades la paz”.
Tras el excombatiente, la comisionada Lucía pidió que los responsables hagan un examen de conciencia profunda y ayuden a parar la guerra en este país: “Esto no depende solo de los que están en el territorio matando, sino de los que están sembrando odio y enemistad”.
Franciso de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, aseguró que Yolanda sigue más viva que nunca: “Acampar en medio de los problemas es la única forma de resolverlos, como lo hizo Yolanda Cerón. A quienes la asesinaron, quiero decirles que ella es la que nos convoca hoy. La hicieron más viva, más fuerte, más convocante. Yolanda está viva porque se entregó por su pueblo”. De Roux hizo un llamado a quienes siguen en armas: “Tengan en cuenta que a los líderes los estigmatizan por culpa de ustedes. Es muy fácil conectar a una persona con quienes siguen en la guerra. También es su responsabilidad”.
Finalmente, recordó que desde el año 2001, alrededor de 4.500 líderes fueron asesinados en este país “porque luchaban sin armas, luchaban por sus comunidades, con la ilusión de que un día iba a haber paz en Colombia”.
El comisionado Leyner Palacios cerró con la invitación a seguir trabajando por el país: “Me quedo con la frase de Yolanda: “Ánimo, que el trabajo apenas comienza” y el trabajo es superar los estragos de la guerra. La verdad nos debe poner de frente a la posibilidad de reconciliación y este encuentro nos demuestra que es posible. Y este arrepentimiento es un mensaje a quienes siguen afectando la vida”.
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