“Heredamos la violencia más que la casa”

Eran más de las ocho de la noche y más de cuarenta jóvenes seguían sentados en el Teatro Las Cascadas, de Cúcuta, tras dos horas de estar conversando sobre la verdad, la memoria, las víctimas, el conflicto y los derechos humanos, en el malecón del río, rodeados de árboles.

Pareciera que la escena descrita fuese de hace décadas y si se viese el teatro en el que estaban reunidos, abierto y rodeado de columnas, hasta se pensaría más fácil en el ágora de los griegos. Pero no, los jóvenes del programa ‘Lunes de Ciudad en Cúcuta’ se reúnen para conversar y pensar la ciudad, y junto con la Comisión de la Verdad, la Secretaría de Víctimas del Departamento y organizaciones sociales han empezado a dialogar sobre qué pasó durante el conflicto colombiano y qué historia se está contando.

“Los jóvenes nos hicieron reaccionar luego del Plebiscito, los jóvenes nos hicieron reaccionar luego de la Consulta Anticorrupción y esos jóvenes seguramente también serán los que nos harán reaccionar frente a la anestesia o quedarnos adormecidos como sociedad si no somos capaces de contar o de construir la verdad”, expresó en su intervención Miguel Grijalba, del equipo territorial de la Comisión de la Verdad en Cúcuta.

“Reconocer el conflicto, reconocer las víctimas es el primer paso para decir ‘Ey, aquí pasó algo que tenemos que cambiar’ y eso se cambia escuchándonos y entendiendo las distintas verdades que son muchas y que son totalmente complejas, que hay que entenderlas para poder llegar a hacer ciudad”, dijo Jonathan García, uno de los jóvenes asistentes al encuentro.

“Se debe esclarecer para saber qué pasó, para no repetirlo, lo malo. Y lo bueno, que se cultive como la semilla, como la flor, que nazca siempre lo bueno”.

Cúcuta es una ciudad que se ha construido con migraciones, por su posición de frontera con Venezuela, recibió miles de desplazados por la violencia de todo el Norte de Santander y de Cesar, Arauca, Santander, Antioquia, Boyacá, Nariño, Putumayo, Cundinamarca, La Guajira y más de medio país. Además, a treinta minutos, en Juan Frío, justo en la línea divisoria con Venezuela, los paramilitares construyeron hornos para desaparecer los cuerpos de sus víctimas, y a cuatro horas en carro se llega a Catatumbo, en donde se han registrado miles y miles de víctimas y algunas de las acciones más aberrantes del conflicto. Actualmente, catorce grupos armados organizados (GAO) se enfrentan en Cúcuta.