El pasado 20 de noviembre se dio apertura a la Casa de la Verdad de Bogotá–Soacha, ubicada en la sede central de la Comisión de la Verdad en Bogotá (Carrera 9 #12C-10). Como antesala al evento, los niños, niñas y adolescentes crearon la red #SomosGeneraciónDeVerdad, para exigir que se garantice el derecho a la verdad del conflicto armado a las nuevas generaciones. Durante la presentación de esta red, explicaron que tanto el municipio cundinamarqués como la capital del país han sido receptoras continuas de población desplazada desde hace cinco décadas, al mismo tiempo que estos lugares han sufrido de discriminación y problemáticas como la llamada “limpieza social”.
Asimismo, mencionaron diversos ataques constantes por parte de distintos actores que estigmatizan a los jóvenes, por lo que estos testimonios de vida constituyeron un asunto de especial atención por parte de esta Casa de la Verdad, que indaga sobre el concepto de “juvenicidio”.
Desde sus voces y experiencias, compartieron un análisis profundo de las violencias que han vivido en sus territorios urbanos e hicieron un reconocimiento de los casos en que jóvenes de las ciudades son estigmatizados, criminalizados, torturados, reclutados, desaparecidos y asesinados por los actores armados legales e ilegales en el país.
“Hagan de la Comisión de la Verdad su casa. No repitamos el horror de la guerra”, dijo Mauricio Katz, secretario general de la Comisión de la Verdad en el saludo de bienvenida.
Organizaciones juveniles e infantiles artísticas y comunitarias de la ciudad capital y del municipio de Soacha se sumaron a las jornadas de inauguración de la sede con obras de teatro, títeres, danza, música y diálogos alusivos a conocer la verdad, para que no se repita la guerra, especialmente en los impactos que dejó en los niños, niñas y jóvenes.
“Bosa y Soacha no son una burbuja. Aquí también hubo y hay conflicto”: José Luis Rodríguez
Acto seguido a la apertura, se realizó un conversatorio entre expertos y los jóvenes asistentes. Los panelistas rechazaron todas las formas de violencia contra ellos y su utilización para fines bélicos y desmintieron el mito de que Bogotá es un lugar donde “se vio la guerra por televisión”.
Nicolás Moreno, de 17 años, hizo un llamado a no polarizar la paz. “No tenemos que ponerle bando a la paz. Es un derecho”. Y añadió: “La verdad y la paz van muy de la mano, porque sin verdad no hay paz y sin paz no hay verdad. Tenemos que trabajarlo a diario con nuestras familiares y con la gente a la que podamos llegar, para hacerles saber que la paz es entender que somos iguales ante la ley. Todos tenemos como deber y derecho la verdad”.
¿Qué nos ha quitado la guerra? “Nos ha quitado una infancia soñada. Nos quitaron la respuesta de qué queremos ser cuando grandes”, respondió Sofía Alfonso, de 16 años, y planteó además que no por estar en el centro del país en Bogotá y Soacha los jóvenes cuentan con más oportunidades.
José Luis Rodríguez, de 17 años, también se refirió a reconocer que la guerra sí los ha impactado directamente: “Dejemos de concebir a Bogotá y Soacha como una burbuja que no fue penetrada por el conflicto armado. Eso es falso. Esta ciudad es fiel prueba de los desplazamientos y exclusiones de un país en permanente conflicto”.
Una casa para los niños y jóvenes
La Casa de la Verdad está ubicada en el sector de San Victorino, en el edificio central de la Comisión en Bogotá, en el quinto piso de la Cra. 9 # 12C-10. También dispondrá de equipos móviles que se desplegarán en los barrios.
Darío Sendoya, coordinador del macroterritorio Bogotá–Soacha, dijo que se abrirá la participación a través de recolección de testimonios, jornadas pedagógicas y espacios de diálogo político para darle la posibilidad a una conversación pública sobre la verdad. “A pesar de todo este dolor, se ha logrado construir paz y contención a las violencias en los barrios y los lugares más violentos del país, con una gran participación de la sociedad civil”, agregó Sendoya.
“Bogotá y Soacha constituyen un macroterritorio del conflicto armado interno con impactos muy dolorosos para las familias que han tenido que sufrir el reclutamiento forzado de sus hijos e hijas, el exterminio social y los llamados ‘falsos positivos’ en el que jóvenes inocentes fueron asesinados y presentados como bajas en combate”, explicó Sendoya.
La Casa de la Verdad de Bogotá – Soacha opera en la Cra. 9 # 12c-10 (Piso 5) en Bogotá